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La
Universidad sin Fronteras
Existe
un interés creciente en un nuevo tipo de universidad
internacional, una universidad que reúna a gente con
antecedentes comunes, por ejemplo, la gente del hemisferio norte,
quienes no necesariamente viven en el mismo país.
por Linda Châteauneuf
Las
fronteras no son una barrera para una nueva generación de
universidades internacionales. Lo que distingue a estas
universidades es su dedicación a un campo particular de
estudio o región. No se pueden encontrar en ningún
mapa. Y no tienen campi, edificios o ningún tipo de
suministro de equipo como las universidades tradicionales.
Las
iniciativas ahora en curso o en la etapa de planeación,
presentan a las universidades una amplia gama de opciones: una nueva
universidad en Europa, por ejemplo, reúne a investigadores y
promueve el intercambio estudiantil entre las universidades en los
países vecinos de Holanda, Bélgica y Alemania.
Mientras tanto El Colegio de las Américas, de
reciente creación, vincula instituciones en América
del Norte, América Central y Sudamérica, enfocándose
en cuestiones de interés común; por otro lado, un Colegio
del Ártico ya propuesto, reuniría universidades
con un lazo común, como la geografía y los retos
que enfrenta el hemisferio norte.
Estas
iniciativas representan un paso lógico en el proceso de
globalización, comentó Charles Jago, presidente
de la University of Northern British Columbia, quien está
involucrado en discusiones sobre la Universidad del Ártico
a través de la membresía en la Association of
Circumpolar Universities. Representan un instrumento para
reunir a la comunidad académica internacional en torno a
temas regionales de interés común. Toda vez que las
fronteras nacionales van desapareciendo y nuevas entidades
internacionales se van delineando, es natural que las universidades
busquen asociaciones más formales a través de las
fronteras tradicionales.
En
Europa, donde las fronteras son mucho más cercanas y los
estudiantes tienen acceso a una movilidad más rápida
entre los países vecinos, dichos esfuerzos se describen
frecuentemente como movilidad en bicicleta, comentó
Julia Race, directora de la Asociación de Cooperación
Académica, una organización europea que promueve
la cooperación académica internacional. Estas
universidades regionales pueden ayudar a compartir costos y promover
una identidad regional, añadió. Frecuentemente están
localizadas en áreas donde los vecinos tienen una larga
historia de desconfianza, o incluso sentimientos peores. Un ejemplo
es la Universidad del Ártico, que además de incluir a
Canadá, reunirá a universidades de Suecia, Finlandia,
Dinamarca, Noruega, Islandia y Rusia, o una universidad
germana-polaca de reciente creación. Uno de los objetivos
primordiales de las instituciones regionales es construir una nueva
confianza entre sus viejos vecinos, con la esperanza de que esos vínculos
terminarán con el conflicto en el futuro.
En
Canadá, las nuevas universidades regionales generalmente han
sido recibidas positivamente por la comunidad académica. Existe
mucho entusiasmo y una gran disposición para participar en el
Colegio de las Américas comentó Pierre Van Der
Donckt, secretario general ejecutivo de la Organización
Interamericana para la Educación Superior, punta de lanza del
Colegio. Sin embargo, añade, la esencia del éxito
del colegio no será clara durante unos cinco años. El
colegio deberá de demostrar que será útil a las
universidades.
Pero
si juzgamos por los testimonios recogidos en la inauguración
oficial del colegio en la Universidad de Montreal el pasado mes de
mayo, el futuro es muy alentador para los estudiantes de las
distintas universidades de América del Norte, América
Central, Sudamérica y el Caribe, quienes atenderán
seminarios que se ofrecen por el nuevo colegio y compartirán
su conocimiento sobre los desafíos que enfrentan sus
respectivos países.
El
rango de asociaciones surgidas del Colegio de las Américas
ayudará a crear un espacio de experiencias y habilidades que
darán nueva luz a los temas de la integración
continental, la cual está avanzando a pasos agigantados,
comentó Guillermo Aureano, director administrativo del
colegio y antiguo profesor de ciencia política de la
Universidad de Montreal.
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