Ante
el paro de actividades que hoy vive la Universidad Nacional
Autónoma de México, impuesto por un grupo de
estudiantes inconformes con la actualización del
Reglamento General de Pagos, aprobado por el H. Consejo
Universitario en su sesión ordinaria del 15 de marzo
pasado, el Consejo Nacional de la Asociación Nacional
de Universidades e Instituciones de Educación Superior,
reunido hoy en sesión extraordinaria, manifiesta lo
siguiente:
Las
instituciones de educación superior son el espacio
creado por la sociedad para preparar a sus jóvenes en
las técnicas y disciplinas científicas, sociales
y humanísticas que les permitan mirar hacia el futuro y
construir un México mejor. Para brindar sus servicios
requieren operar ininterrumpidamente en condiciones
apropiadas. Por ello, la paralización de las labores
universitarias es un grave atentado no sólo contra la
institución sino contra el conjunto de la sociedad.
Los
efectos que este movimiento ocasiona no se reducen sólo
a los cincuenta millones de pesos diarios que invierte nuestra
sociedad en su Universidad Nacional y que se desperdician al
no estar operando, sino que se manifiestan, también, en
la devaluación de la imagen de la institución,
propiciada por quienes proyectan que en ella prevalece la
fuerza, la violencia y el autoritarismo, características
que niegan los valores de la educación pública
universitaria.
Prueba
de lo anterior es el hecho de que grupos de estudiantes
inconformes hayan cerrado diversas instalaciones académicas
donde se concentra un alto porcentaje de la matrícula
de licenciatura y posgrado, a pesar de que sus comunidades se
han manifestado públicamente en contra del paro de
actividades.
En
una sociedad desigual como la mexicana, el Reglamento General
de Pagos aprobado por el H. Consejo Universitario responde a
los principios de la justicia social (igualdad de
oportunidades) | |
y representa un
paso más en favor de la equidad, en la medida en que
establece que quienes puedan contribuir al costo de su formación,
lo hagan en beneficio de los más desprotegidos. Este
Reglamento no atenta contra la Constitución ni contra
la naturaleza misma de la Universidad.
Reiteramos
nuestra convicción de que el Estado tiene la
responsabilidad de contribuir al sostenimiento de la educación
superior pública. Sin embargo, en el contexto de un país
con recursos limitados, las aportaciones económicas de
aquellos estudiantes que se encuentran en condiciones de
colaborar con el costo de su formación profesional,
coadyuvan a mejorar la calidad del sistema público de
educación superior.
La
UNAM es una institución autónoma, con mecanismos
propios para regular su vida académica y dirimir las
diferencias que surjan en su seno. El paro de actividades es
un contrasentido a lo establecido por el H. Consejo
Universitario, órgano que recientemente ha establecido
los mecanismos para que los universitarios analicen y hagan
llegar propuestas que permitan perfeccionar el Reglamento
General de Pagos. Consideramos que estos son los mecanismos
que deben utilizarse para promover el diálogo
respetuoso y construir los consensos en un clima de libertad y
tolerancia. La prolongación del paro de actividades
obstaculiza esta posibilidad.
Nuestras
casas de estudio son y deben seguir siendo los espacios para
la reflexión y la discusión libre de las ideas.
No deben ser utilizadas en beneficio de intereses ajenos a su
naturaleza académica ni aceptar en su seno situaciones
de intransigencia y mucho menos de violencia.
El
Consejo Nacional de la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior
exhorta a los estudiantes inconformes a resolver sus
diferencias por los canales institucionales para que la
Universidad regrese al cumplimiento de las tareas que la
sociedad le ha encomendado. |