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Verde y
Oro
Crónica
de la Universidad Autónoma del Estado de México |
Inocente Peñaloza García
Segunda y última
parte
Capítulo IV
Vida Universitaria
(1928-1999) |
Adolfo López
Mateos fue alumno, maestro y director del Instituto Literario. Aqui
aparece en el viejo colegio en 1958 |
Cien
Años
El primer
centenario del Instituto Literario de Toluca, celebrado en 1928, fue
un suceso memorable. Desde los últimos meses de 1926 se nombró
una junta organizadora que se encargó de preparar un programa
que comprendió un mes de actividades.
La ceremonia
principal fue una velada literario-musical que se efectuó el 3
de marzo de 1928 en el Teatro Principal de la ciudad de Toluca. En esa
fecha se cantó por primera vez el himno institucional, con
letra de Horacio Zúñiga y música del compositor
Felipe Mendoza. Por la mañana, fue colocada la primera piedra
del monumento que hoy distingue la fachada principal del edificio y
que fue terminado en 1933. En su ejecución participaron el
arquitecto Vicente Mendiola y el escultor Enrique Asúnsolo, éste
último con la colaboración de su esposa, la egipcia
Mireille Barhani, que fue modelo.
Conquista
de la Autonomía
En la década
de los 30, surgieron las primeras inquietudes por lograr la autonomía
del Instituto, luego de que en 1929 la Universidad Nacional hiciera lo
propio.
En 1933, un
conflicto provocado por el despido de varios profesores terminó
en una huelga estudiantil que sólo llegó a su fin con la
renuncia del director del colegio y durante la cual se enarboló
por primera vez, en forma colateral, la demanda de autonomía.
En 1938 se
declaró otra huelga que permitió a los institutenses
gozar de una autonomía "de facto" que a nadie
dejó satisfecho. Por ello, en 1943 alumnos y profesores se
lanzaron a un movimiento definitivo, enérgico y violento que
obligó al gobernador Isidro Fabela a enviar al Congreso la ley
de autonomía del Instituto, que fue aprobada el 31 de diciembre
de 1943 y que entró en vigor 15 días después.
Presencia
de López Mateos
El licenciado
Adolfo López Mateos tomó posesión de la dirección
del Instituto Científico Literario Autónomo (ICLA) en el
mes de octubre de 1944, recién lograda la autonomía del
colegio.
En esos días,
López Mateos debe haber recordado que su ingreso como alumno
ocurrió en el mes de junio de 1926, cuando tenía 16 años,
y que a fines de ese año y principio del siguiente participó
en un viaje a pie, de 1,625 kilómetros, entre las ciudades de México
y Guatemala, acompañando a 15 estudiantes del Instituto Politécnico
Nacional.
De igual
manera, López Mateos recordaría que en aquel colegio se
educaron sus antepasados Juan y Manuel Mateos y que en esas aulas dictó
cátedra El Nigromante, esposo de Soledad Mateos.
Como director, López
Mateos impulsó las actividades culturales, fundó la
Escuela de Pedagogía Superior y aspiró a convertir el
Instituto en universidad, pero no pudo lograrlo.
Las
Facultades
En 1955, López
Mateos intervino para que se estableciera en el ICLA la Escuela de
Medicina, de cuya primera generación fue padrino.
Ese año
se elaboró el proyecto de fundación de otras dos
facultades: Ingeniería y Comercio.
La Escuela de
Enfermería, que estuvo un tiempo separada del Instituto, se
reincorporó.
Todo quedó
listo para fundar la universidad, y López Mateos, a 9 años
de haber dejado la dirección del ICLA, estuvo como secretario
de Estado, detrás del proyecto.
Al comenzar
el año académico de 1956, la vida cotidiana del
Instituto no registraba ningún cambio. Durante la ceremonia del
3 de marzo, el director leyó su informe anual de labores, se
hizo entrega de premios a los alumnos destacados del año
anterior y se declaró la tradicional apertura de cursos.
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