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La
extensión universitaria, valioso elemento de resguardo de la
soberanía y unidad nacionales**
Raúl
H. Godoy Montañez*
Partiendo de
la premisa de que la vida universitaria es en todas las instituciones
de educación superior, un proceso histórico,
eminentemente académico y dirigido al cumplimiento de su
objetivo primario que es la generación y recreación del
conocimiento, la realidad actual de la Universidad es producto de su
historia. De ella abreva experiencias y en su devenir desarrolla sus
potencialidades hasta alcanzar el estado de madurez que hoy la
caracteriza.
La esencia de
la Universidad es el conjunto de características que distinguen
al género universitario en general y a cada una de las
instituciones en particular. La esencia universitaria se compone de
los valores que la sustentan, de las actitudes que su comunidad
desarrolla y proyecta, de su compromiso como Institución
fundamental de desarrollo humano y social, de su patrimonio histórico,
de su autonomía convertida en espacio para la libre creación,
de su objeto mismo de ser y de su organización para el hacer.
La esencia
universitaria está también presente en el rescate,
salvaguarda y difusión de la cultura regional y en los
proyectos de servicio que la Institución propone. Busca
revalorizar aquellos elementos de la tradición y la cultura
popular y los adopta, retornándolos al medio por las vías
que lo hacen más ampliamente accesible, impulsa a emprender
acciones de servicio que vinculen a la comunidad universitaria con los
grupos sociales más necesitados a través de proyectos
nuevos o en curso; refuerza la sensibilidad presente en sus
integrantes al proponer a la sociedad como blanco de la función
de extensión universitaria.
Quisiera señalar
que la misión de la Universidad Autónoma de Yucatán
tiene elementos ideológicos que consideran la obligación
moral de la Universidad de contribuir a la democratización y
distribución más justa del conocimiento.
Posibilidad
de trascender
La extensión
ofrece la posibilidad de trascender de manera más directa y
enseñar a nuestros jóvenes los valores de la
solidaridad, de la justicia, de la paz.
En este mismo
marco ideológico consideramos que su función crítica,
integradora y cultural es fundamental, pues permite a las nuevas
generaciones de universitarios entenderse no solamente como recursos
humanos al servicio de una maquinaria social y de producción,
sino también como ciudadanos capaces de construir un proyecto
de vida con solidez profesional y moral.
La extensión
universitaria, en este sentido, es un elemento más de resguardo
de la soberanía y unidad nacionales, figuras muy endebles en
los tiempos que vivimos.
Para
nosotros, está claro que la Universidad trasciende a través
de la calidad de sus egresados que a su vez, son resultado de planes
de estudios relevantes y pertinentes, que generen conocimiento
aplicable en nuestros entornos. La trascendencia de las instituciones
de educación superior, sin embargo, no termina con la formación
de estos profesionales que egresan anualmente de nuestras aulas. Antes
bien, requiere de mediadores intensos que tiendan puentes entre el
patrimonio auténticamente universitario y los más
diversos sectores sociales.
En nuestra
casa de estudios, creemos que el patrimonio universitario debe llegar
a los más diversos sectores sociales y que, por lo tanto, la
función sustantiva de la extensión de la cultura y los
servicios debe ser fortalecida como un espacio de transformación
técnica de los lenguajes, contenidos y formatos, que hagan
posible su acceso a comunidades distanciadas de las universidades.
Ciertamente
algunos procesos de la extensión, como la difusión científica,
la promoción social comunitaria o la educación continua
están orgánicamente unidas a los sectores docentes pero
otros igualmente importantes requieren de procesos de mediación
intensa y diferenciada.
La extensión
así entendida, es una multiplicidad de estrategias de
comunicación universidad-sociedad.
Ahí
están los sectores productivos que necesitan conocimiento
aplicable directamente a la producción y los sectores
marginales que requieren programas de desarrollo social y comunitario.
Extensión
del conocimiento científico
No olvidamos
de ninguna manera y creo que es una parte fundamental que debe
ser fortalecida- la extensión del conocimiento científico
entre pares académicos mediante programas editoriales,
congresos y foros de discusión, como éste. En muchos de
estos casos, hablamos de audiencias diferenciadas para lo que las
casas de estudios deben tener estrategias comunicativas, de modo que
el capital cultural generado en sus instancias llegue a destinatarios
relevantes, y además, que este vínculo permita la
captura de problemáticas sociales que deben ser atendidas tanto
en el plano de la formación profesional de los egresados, como
de modo directo en los más diversos sectores sociales.
El otro
elemento al que deseo referirme es el de la desvinculación
entre las funciones sustantivas. La extensión de la cultura no
debe entenderse como entidad separada de las otras funciones ni como
momentos diferenciados aunque la especialización técnica
que supone, así lo sugiere. Del mismo proceso de transmitir el
conocimiento y de construirlo se implica otro sin el cual aquellos no
serían posibles: el lenguaje y la expresión. Así
como no sería posible pensar al margen del lenguaje y tampoco
decir al margen del pensamiento, las funciones sustantivas de la
universidad se implican unas a otras y ha sido su visión
elemental la que ha tendido a separar en el discurso lo que en la práctica
diaria es una unidad necesaria.
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