En su esfuerzo por mejorar, las IES
requieren de todo el apoyo de la sociedad
El gobierno de la República ha reiterado su compromiso
de seguir impulsando el desarrollo de la educación superior pública.
Así lo han manifestado, tanto el presidente Ernesto
Zedillo, como el secretario de Educación Pública al presentar recientemente el Programa del Sector
Educativo para el presente año.
Para la sociedad mexicana en general, cobra particular
importancia esta decisión gubernamental, sobre todo en estos momentos, en que la Universidad Nacional Autónoma
de México enfrenta una serie de problemas, por todos conocidos, que la ubican ante el gran reto de redifinir
su rumbo y sus estructuras con la participación de toda la comunidad.
Por ello el compromiso con la educación debe permear
a toda la estructura social. La comprensión y el apoyo debe emanar de toda la población y de todos
los niveles de gobierno: federal, estatal y municipal. Nuestras instituciones de educación públicas
requieren de este sustento en su empeño por transformarse para alcanzar niveles de alta calidad académica
y científica que les permita formar profesionales capaces de desempeñarse satisfactoriamente en cualquier
parte del mundo.
Nuestras IES están decididas a lograr esta modernización
y para ello trabajan arduamente basadas en programas de desarrollo institucional que han emanado de una definición
prospectiva sobre los retos que deben asumir para arribar a los escenarios que se han planteado para las próximas
décadas en sus respectivas visiones y misiones.
Además de estos esfuerzos particulares, en el
seno de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, nuestras casas
de estudios han definido una propuesta, que se dará a conocer en los próximos días, de líneas
estratégicas de desarrollo que se deberán asumir para lograr la fortaleza, equidad, pertinencia y
calidad del sistema de educación superior.
Nuestras IES están haciendo su parte, pero es
claro que requieren de la participación comprometida y responsable de sus comunidades en primera instancia,
pero también, insistimos, de todos los niveles de gobierno, y de la sociedad en su conjunto.
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