En estos cincuenta años hemos avanzado al ritmo de las transformaciones
que ha vivido nuestro país y el mundo: Jorge Luis Ibarra Mendívil
En el marco de esta solemne ceremonia, y por tercera
ocasión, la Universidad de Sonora es el escenario privilegiado y honroso de un evento de la mayor trascendencia
para la educación superior de nuestro país, al ser designada sede de la Décima Segunda Asamblea
General Extraordinaria de la ANUIES, dedicada a conmemorar el Cincuentenario de su fundación, ocurrida en
esta misma institución el 25 de marzo de 1950.
En ese momento, nuestra universidad apenas llevaba ocho
años de existencia e iniciaba una fecunda y rica vida académica, alentada por el empuje y la visión
de sus fundadores y los anhelos y expectativas del pueblo de Sonora, con miras a apuntalar el futuro desarrollo
socioeconómico de la entidad y como baluarte para el progreso y ensanchamiento del horizonte cultural y
espiritual de la sociedad sonorense.
La fundación de la ANUIES representa un momento
crucial para el progreso de la educación superior.
La asociación naciente en aquel año asumía
el enorme desafío de aglutinar voluntades en un panorama de esfuerzos incipientes, dispersos y sumamente
heterogéneos, para sentar bases firmes sobre las que se fuera constituyendo un ideario, un acervo teórico
y metodológico y una agenda de compromisos que permitieran dar sentido y coherencia al desarrollo de las
instituciones de educación superior.
Se buscaba que esas mismas bases emanaran de la reflexión
y el consenso entre las instituciones afiliadas y el resto de las agencias e instancias involucradas y pusieran
atención a las complejas determinaciones del contexto histórico-social para marchar en consonancia
con el desarrollo del país y del mundo.
Los efectos y logros de la Asociación han sido
evidentes y sin ellos no sería posible entender ni explicar la evolución de la educación superior
en su conjunto.
Compartir experiencias nos fortalece
La Universidad de Sonora está orgullosa de haber
formado parte de las instituciones fundadoras de la ANUIES y de haber participado en ese esfuerzo conjunto a lo
largo de los cincuenta años transcurridos. Compartir las experiencias, abrirse a la reflexión y el
debate sobre nuestros problemas comunes y concertar líneas de acción nos ha enriquecido y fortalecido
como institución.
Hemos avanzado durante estos cincuenta años al
ritmo de las transformaciones que ha vivido nuestro país y el mundo, pero también hemos sido en cierta
medida agentes y copartícipes en la definición del sentido y la orientación de los procesos
vinculados a nuestro quehacer y nuestra función en la nación y la sociedad.
En este camino la Universidad ha contado con el apoyo
y la comprensión del pueblo y del Gobierno del estado de Sonora y del Gobierno Federal. A ellos, a nombre
de todas las generaciones que aquí nos hemos formado, incluyendo, estoy seguro, a la del señor gobernador,
expreso mi gratitud.
Hemos experimentado en estos años una enorme expansión
de la educación superior, pasando por incontables ajustes y reformas, viviendo a veces la sobrepolitización
de la vida universitaria y superando conflictos, tensiones y resistencias al cambio, pues las universidades, como
centros de reflexión y análisis y como ámbitos privilegiados para la libertad de pensamiento,
se constituyen en crisol y caja de resonancia de los conflictos que afectan a la vida social en su conjunto.
Reconociendo que algunas instituciones viven hoy una
de sus más severas crisis y que la educación superior en su conjunto vive y vivirá en los
próximos años serias redefiniciones, y tomando en consideración tanto las condiciones adversas
en que tuvieron que operar, como las inevitables determinaciones del contexto sociopolítico que ejercen
presión de modo sensible en la vida universitaria, podemos no obstante dar cuenta de un balance general
muy favorable y promisorio para la educación superior en su evolución durante estos cincuenta años.
Ciertamente, hoy contamos con mejores elementos para
diagnosticar, evaluar y diseñar nuestros planes de desarrollo en función de los grandes requerimientos
de la sociedad y tenemos a la vista una mejor visión y conexión con el panorama nacional y mundial
de la educación superior y con la problemática y necesidades de nuestro pueblo, que configuran la
agenda nacional para buscar mejores niveles de vida y bienestar. En estos y otros avances significativos ha estado
presente la ANUIES, con el gran acierto de reunir voluntades, iniciativas y esfuerzos en lo que nos une e identifica
como instituciones de educación superior, pero preservando el margen necesario para que cada institución
de acuerdo a sus particularidades y, en su específica relación con su entorno, sea agente de su propio
destino histórico y pueda responder con iniciativa y creatividad a los desafíos que enfrenta para
el cumplimiento de sus elevados fines.
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