Por la consolidación del Sistema Nacional de Posgrado, crece
la demanda de becas del CONACyT para hacer estudios dentro del país
- Se ha otorgado el 60% para maestría, 20% para doctorado y 19% para otros estudios
- A partir de 1990, para conseguirlas, se requieren promedios superiores a ocho
- El 94% de exbecarios trabaja en áreas altamente relacionadas con su posgrado
- Para atender el desafío de la demanda, se impulsará el cofinanciamiento con
instituciones y empresas
A treinta años de haberse
puesto en operación, el Programa de Becas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT),
ha financiado los estudios de posgrado de 100 mil 21 profesionales, quienes realizaron estudios tanto en el país
como en el extranjero.
Lo anterior se establece en el informe ejecutivo que
el director general del CONACyT, Carlos Basdresh Parada presentó recientemente y a lo largo del cual se
puntualiza sobre los resultados del programa desde 1971 hasta el presente año.
En el documento se señala que este tipo de programas
resulta fundamental, porque cada día se requieren recursos humanos de alto nivel, asociados a la innovación
académica, empresarial y gubernamental; se menciona que es creciente la necesidad de consolidar un sistema
científico y tecnológico amplio, competitivo y capaz de atraer y retener a los prefesionistas mexicanos.
Impacto social y económico
Dentro de los puntos relevantes del informe, se destaca
el estudio sobre el impacto social y económico del programa, del cual se desprende que para las tres cuartas
partes de los exbecarios el acceso a la educación superior ha sido una vía de movilidad social.
Al respecto, revela que el 30% de los padres de los exbecarios
cuenta con estudios a nivel terciario, el 43% cursó la primaria y la cuarta parte hizo estudios de nivel
medio; y la ocupación laboral de los exbecarios y de sus padres muestra que sólo el 27% de los jefes
de familia tuvieron posiciones similares a las alcanzadas por la gran mayoría de los exbecarios.
En lo relativo a becas otorgadas, durante el trienio
1971-1973 el promedio anual de becas fue de 927, mientras que en el periodo 1998-2000 se concedieron 6 mil 113
becas, lo cual refleja un crecimiento seis veces mayor. Además, se ha buscado incrementar el porcentaje
de becas completas y se ha favorecido al mayor número posible de personas al estimarse que la relación
becas/becario sea de 1.13 con una tendencia decreciente.
Se agrega que el 74% de las becas se otorgaron para la
realización de estudios en el país, mientras que el 26% se dio para quienes hicieron estudios en
el extranjero. Con relación a este último punto, una de cada dos becas fue para cursar posgrados
en instituciones de educación superior de Estados Unidos, siguiendo en importancia Francia, el Reino Unido
y España.
Asimismo se señala que se ha registrado un incremento
sensible en los apoyos para realizar estudios en el país, lo cual obedece a la paulatina consolidación
del Sistema Nacional de Posgrado, así como a la menor disponibilidad de recursos financieros.
Con relación al nivel de estudios, del total de
becas otorgadas de 1971 a 2000, 60% de ellas fueron para realizar estudios de maestría, el 20% para doctorado,
19% para otros estudios y el 1% para posdoctrado. Es destacable que mientras más bajo es el nivel de estudios,
mayor es la concentración de becas nacionales, en tanto que las de doctorado y posdoctorado son en su mayoría
para efectuar estudios en el extranjero. Sin embargo, a partir de los ajustes realizados en 1995 al programa, y
al fortalecimiento de los programas de posgrado nacionales, el 82% de las becas otorgadas fueron para realizar
estudios en el país.
Aumenta el número de becarios
Al referirse a la distribución de las becas otorgadas
por área del conocimiento, el informe indica que las áreas de ciencias aplicadas a la Ingeniería,
las ciencias básicas y naturales, y las ciencias sociales y administrativas, ocupan las mayores proporciones
en el total de las becas. De cada 100 becas 28 fueron para estudios en Ingeniería, y 23 para las ciencias
básicas y naturales.
Aunque las dos terceras partes de las becas han privilegiado
las áreas arriba mencionadas y directamente vinculadas con la innovación, el estudio realizado demuestra
que de 1980 a 1998, la matrícula estudiantil de posgrado del país se concentró en las áreas
de ciencias sociales y administrativas, ciencias de la salud, educación y humanidades.
Al referirse a la participación por género,
el informe da a conocer que existe una mayor participación masculina en el Programa de Becas, pues de cada
10 becas siete fueron para hombres y tres para mujeres. Sin embargo, la participación femenina ha ido en
aumento desde finales de los años ochenta.
Otro aspecto que se destaca es el relacionado con la
edad de los becarios. La mayoría de ellos cuenta con 28 años y la mayor proporción se concentra
en las edades que oscilan entre los 25 y 29 años, grupo que representa el 41% de los becados, pero resulta
significativo que se ha estado presentando una disminución en el número de becarios ubicados entre
los 17 y 24 años, y el incremento del grupo de 35 años o más. Lo anterior obedece a que el
Programa ya no brinda apoyo a las tesis de licenciatura, orientando estos recursos a los estudios de doctorado.
Por lo que se refiere al rendimiento académico,
los resultados reflejan mejorías notables debido a que a partir de 1990 se establecieron lineamientos más
rigurosos para la selección de becarios, resaltando la importancia en los promedios altos y tendiendo a
desaparecer los promedios menores a ocho.
Otro aspecto relevante es el relacionado a la distribución
de los beneficios del Programa, el cual pone hoy en día mayor preocupación por atender a personas
residentes en distintas zonas geográficas del país. Vale destacar que en 1989 el 40% de los becarios
residía en el Distrito Federal, porcentaje que a la fecha ha disminuido al 35%.
Con relación a los exbecarios que trabajan fuera
del país, el análisis muestra que, del total, el 5% trabaja y vive fuera; que el país que
mayor atracción tiene para este grupo, es Estados Unidos, pues el 64% reside ahí, mientras que el
26% lo hace en países europeos y el 5% en Canadá.
Las dos terceras partes de los que optaron por trabajar
fuera del país provienen principalmente de los campos de las ciencias básicas y naturales, Ingeniería
y aplicadas a la Biología; y la mitad de quienes no regresaron cursó estudios de maestría
y el resto de doctorado y posdoctorado.
En este punto es conveniente destacar la capacidad que
tiene el país para formar recursos humanos en ciencia y tecnología , dado que se encontró
que al menos la cuarta parte de ellos recibió un ofrecimiento para trabajar fuera de México al concluir
sus estudios, a lo que una proporción menor respondió favorablemente.
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