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INTRODUCCIÓN Contenido
Como en todo el mundo, en Dinamarca la televisión ha influido negativamente sobre su auditorio, principalmente
el infantil. Ello se ha hecho notar sobre todo en el aumento de las ventas (130 por ciento en los últimos
tres años) de los cuadernos de tiras cómicas o de historietas ilustradas sin texto, o con él
reducido al mínimo. Este tipo de publicaciones se reproducen en todos los países, editadas bajo diferentes
rubros comerciales, pero en realidad dependientes de poderosas empresas trasnacionales.
Preocupados por lo anterior, los maestros y los padres de familia se han dado a la tarea de buscar la manera inmediata
de contrarrestar dichos efectos negativos y se ha realizado un debate público sobre si en las escuelas se
enseña o no a los niños daneses a leer bien. Se llegó a la conclusión de que probablemente
se hace hincapié más en otras asignaturas que sobre la que debiera ser la principal: el conocimiento
de la lengua danesa a través de la lectura.
En vista de lo anterior se hizo quehacer nacional el dar la mayor importancia a la literatura infantil. De inmediato
varios ministerios, casas editoriales, instituciones privadas de la más variada índole y personas
en lo particular convocaron a concursos destinados a la literatura infantil, con óptimos resultados.
A la fecha, los libros infantiles ya no son algo que desdeñen los escritores dedicados a temas enjundiosos.
Los premios, sobre todo el otorgado por el Ministerio de Asuntos Culturales, son cuantiosos, en tanto que la critica
danesa especializa su atención en exaltar las mejores producciones, en la misma forma que lo hace con los
títulos de autores consagrados nacional e internacionalmente por obras destinadas a los adultos. Es ésta,
pues, una línea de política pedagógica bien definida: el libro tiene que dar al niño
algo que pueda competir con éxito con las formas pasivas de atraerle, como la TV y los cuadernos de historietas.
Actualmente los libros para niños en Suecia y Noruega, son sumamente leídos en Dinamarca. Escritores
como Thorbjern Egner, de Noruega, y Astrid Lindgren, de Suecia, se cuentan entre los preferidos por los pequeños
daneses. Comparten este favor infantil Halfdan Rasmussen, Cecil Bedker y Ole Lund Kierkegaard, escritores daneses.
Este último es uno de los más jóvenes y asimismo uno de los más conocidos internacionalmente.
Además de ser escritor es maestro de una escuela aldeana. Estas son sus palabras: "Es importante tener
que laborar con los pequeños; en tiempos pasados creía que el niño podría darme inspiración,
cosa en la cual ya no creo. Pero por el contrario, considero importantísimo conocer bien su manera de hablar
cuando uno quiere escribir para ellos."
Juntamente con la cuestión de los conocimientos idiomáticos del niño y la mayor o menor altura
de la literatura dirigida a él, se ha presentado en Dinamarca la controversia sobre la publicación
de libros socialistas para niños. El núcleo de la discusión se centra en una antología
sobre El libro infantil y la lucha de clases, obra en la cual se manifiesta que "el libro marxista para niños...
puede contribuir a que el ente social cambie".
De 1973 a 1975 han aparecido en Dinamarca 53 libros infantiles con tendencia socialista; es decir, un porcentaje
muy pequeño en relación con los 500 títulos que en general se publican anualmente. Pero en
la antología citada se reconoce "que los libros infantiles con tendencias izquierdistas que han aparecido
hasta ahora se dirigen principalmente a padres e hijos pertenecientes a sectores universitarios".
La mayoría de los libros infantiles de izquierda son traducciones de idiomas extranjeros; pero existen algunas
editoriales pequeñas que se han especializado en la edición de libros daneses que tienden a influir
en la formación política del niño. Se piensa que esto puede dar motivo a disidencia en padres
y maestros de escuela, pero no es posible que tal disensión, se afirma, contradiga las palabras del escritor
francés Georges Duhamel: "Si llegara el día en que los maestros dejaran de implantar en el niño
el respeto por el libro, el mundo en el que vivimos estaría maduro para acatar una nueva época de
barbarie."
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