ILLICH, IVAN Y OTROS. Un mundo sin escuelas, Editorial Nueva Imagen. Traducción: Marco Antonio Pulido. México, 1977, 204 pp.
En "Después de la Escuela, ¿qué?", artículo publicado por
la revista "Social Policy" en 1971, Iván Iilich apunta una
vez más hacia la formulación de una sociedad diferente, criticando la
actual desde el paradigrna escolar.
La escuela, dice, está hecha a imagen y semejanza de la sociedad, y es ella como institución autoritaria la que de manera notable crea y manipula una visión del mundo que determina la conducta de la sociedad en general: es la que enseña a aprender, siendo, pues, fuerte intermediaria entre el hombre y "su realidad". Analizando las actitudes hacia el aprendizaje, el conocimiento, Illich nos dice que esta forma de entrar en contacto con el mundo depende de instituciones, que somos "dependientes sicológicos" de ellas (médicas, políticas, sicológicas, cte.), las cuales adquieren cada vez un mayor poder dé decidir nuestras vidas. Así pues, Iilich ubica nuevamente su crítica al sistema escolar dentro de una hacia "El Sistema" en su totalidad. "Después de la Escuela, ¿qué?" parte de la pregunta- ¿qué debe ser la enseñanza?, es decir, qué solución alternativa propondremos a la escuela de hoy. Puntualiza en seguida que la crisis escolar no deja intactos a los países socialistas, que su "curriculum oculto' (básicamente autoridad, dependencia) ejerce sus funciones aun en las sociedades que han intentado un cambio. Que en Cuba, por ejemplo, se corre el riesgo de que surja una burocracia "revolucionaria" al continuarse con una educación a pesar de todo, jerárquica, con una "... capitalización institucional del potencial humano a través de un curriculum oculto. . . " (P. 15). Las soluciones propuestas a la crisis escolar, continúa el autor, son más bien superficiales, se olvida analizar el "aspecto ritual de la enseñanza". Al transformarse la necesidad de aprendizaje en necesidad de escolarizar, se transforma ". . el significado de la palabra conocimiento, de un término que indica intimidad, intercambio con otras personas y experiencia vital, en uno para designar productos profesionalmente empacados, títulos cotizabas en el mercado y valores abstractos" (p. 20). La escuela enajena al hombre de su conocimiento, lo expropia de su capacidad de conectarse con (y aprender de) su medio, y es al mismo tiempo, la institución que más eficazmente maneja la ecuación conocimiento = poder. Poder traducido desde luego en privilegios sociales que a su vez proporcionan el acceso a la "Buena Vida" que es la escuela misma promueve. Illitich no olvida las excelentes formas de manipulación que constituyen los "medios", afirma que su alcance es de tal magnitud que sobrepasa muchas veces a lo aprendido en los contactos personales, en la escuela, en la familia, cte. Por cualquier parte que la vemos, "el acceso a la realidad está controlado". Y si esta situación se vive como natural, la cosmovisión del hombre (del alumno) queda manipulada y su capacidad de participación dirigida. De esta manera, litich llega a plantear lo que llama "tres demandas radicales" para facilitar el aprendizaje, acabar con la enajenación y alentar así nuevas formas de relación. "1) Tener acceso a los hechos (la información). "2) Tener acceso a los recursos de Producción. "3) Hacerse responsable de las limitaciones con que unos y otros pueden ser aprovechados" (p. 35). Todo el complejo ciencia-tecnología debe ser utilizado para crear un modo de vida adecuado al hombre, contrariamente a lo que vemos ahora; el saber-hacer como refuerzo del poder en turno. Lo que se contempla primeramente es entonces que "... aquellos que están por igual desposeídos y desilucionados del sueño de la felicidad gracias al aumento constante de sus cuotas de consumo, necesitan definir lo que ara ellos constituye una sociedad deseable" (p 41). Un mundo sin escuelas, además del mencionado artículo de Illich, contiene una serie de ensayos realizados por educadores e investigadores norteamericanos del área, a propósito de las ideas propuestas por el autor tanto en La Sociedad Desescolarizada como en el "Y Después de la Escuela ¿qué?". . Herbert Gintis: "Hacia una economía política de la educación: una crítica radical a Deschooling Society de Ivan Illich". La crítica de Gintis es más que nada una refutación desde la perspectiva marxista de análisis social. Así Gintis niega la posibilidad de que el cambio surja a partir de una variable dependiente (superestructura ideológica) como es la escuela. Considera que el análisis de Illich es incompleto, pues a pesar de su potencial desmixtificador de la ideología liberal y su "Buena Vida", no va más allá de esta negación. Encuentra en Illich como error fundamental, su "sobreentendido" de una esencia humana a la cual apela su llamado (hermanos y hermanas epimeteicos, en "La Sociedad Desescolarizada"). . Colin Greer: "Escolarización Total". Greer, director de la universidad sin Muros en Staten Island Community College, reconoce en Illich a un crítico radical que ve lo que muchos otros olvidan en las reformas educativas que proponen: "la subordinación del monopolio escolar al Orden social", es decir, evidencia la imposibilidad de "regenerar", a la escuela de su desviación y rescatarla como tal. Sin embargo, considera que la futurización de Illich no es convincente dado que aunque presenta pautas para implementar alternativas educacionales, no las conecta con los cambios estructurales. Comparte con Illich la urgencia de plantear opciones al caos actual, pero no así su "fe", en que tales propuestas se realicen, ya que duda de si hay "suficientes hombres contemporáneos preparados para afrontar las nuevas demandas por caminos radicalmente nuevos". Pide entonces, un nuevo análisis que -nos permita descubrir el por qué han sido creadas las deplorables formas de organización social en que vivimos, y así, evitar reproducirlas al plantear tina opción de cambio insuficiente. - Sumner M. Rosen: "Tomar a Illich en serio". Este autor ubica la capacidad de despertar polémica de Illich, en que sus trabajos como los de McLuhan giran alrededor de un tema central. Critica en lilich la densidad de su prosa, lo vistoso pero poco clarificador de sus metáforas, y lo que denomina "afán teológico" por "alcanzar universales", lo cual se refleja en la simplicidad de su visión. Defiende a la revolución económica y política como la parte central en cualquier movimiento de cambio. - Judson Jerome: "Después de Illich, ¿qué?". Judson Jerome, autor de un libro sobre el movimiento de las comunas, piensa como Illich que cualquier reforma a la escuela o a la sociedad es en sí misma contraproducente. Plantea que'la desescolarización, las nuevas oportunidades de educarse, resultado de ella, podría conducir a una (otra más) acumulación de poder; que, por lo tanto sería necesario crear otras instituciones para controlarlo, y que tal situación no cristalizaría en "la alegría de una vida consciente", búsqueda de Illich. Sin embargo, apoya la idea de que es necesario acabar con la intrusión de las instituciones en la vida individual, familiar y comunal, acabar con nuestra dependencia hacia especialistas en todos los campos. Propone entonces la sustitución de la escuela por contextos educativos diferentes, humanistas (¡humanos!) que nos permitan redescubrirnos ". . .los unos a los otros, redescubriendo los procesos de la vida y la relación que tienen con la tierra y con la gente" (p. 142). Y puntualiza.- ". . pueda imaginar nuestro movimiento encaminado a forjar una sociedad en la que muy poca gente tenga tina vocación distinta a la de ser simplemente gente" (p. 143). o . Arthur Pearl: "Motivos para escolarizar Norteamérica". En su artículo, Pearl reconoce la existencia de la crisis escolar y la bondad de los trabajos de Illich y otros educadores en cuanto a su énfasis en la deshumanización que vivimos, pero advierte corno peligrosas las soluciones planteadas por ellos, pites dice, no son alternativas correctas, y sí pueden "perder" a los interesados en el problema. Para él, desinstitucionalizar significa permitir qtie impere la "ley de la selva" y que en consecuencia surja un nuevo grupo opresor. No cree en el aprendizaje libre, sino en el liderazgo democrático, pues ve en el ser btimano la tendencia a evitar aprender "las verdades importantes", dado que en la situación presente resaltan "poco agradables y exigen de él un cambio de actitud qtie, en su concepto, puede ser rechazado. Afirma entonces que.- "La educación universal es necesaria y debe estar organizada porque las amenazas a la existencia del hombre son universales" (p. 148). - Roy P. Fairfield: "La necesidad de un coeficiente de riesgo". Fairfield coincide en la necesidad de desescolarizar (desescolarizar como desinstitucionalizar), pero enfoca su crítica a Fin análisis de los riesgos que esto supone. Por una parte, a nivel maerocósmico, la resistencia de la sociedad al cambio, las mañas del sistema; a nivel microcósmico, por otra, los condicionamientos personales. Ambas perspectivas nos ofrecen a ftittiro conflictos personales, riesgos de, caer en la persecución del poder" (en ambos sentidos) y nos obligan a su vez, a crear nuevas coordenadas educativas que sustittiyan al "sentido común" preponderante. Fairfield toca un punto vital: si la desescolarización se impiernenta (con todo lo que significa, y ya se ha hablado de ello) nos veremos involuctados en un proceso orientado más hacia el riesgo qtie hacia la seguridad; se ofrecerá -según esto- la posibilidad real de aprender, y corno él afirma ". . . aprende'r es verdaderamente algo peligroso si uno actúa de acuerdo con lo que ha aprendido" (p. 162). Hay toda una tensión hacia la permanencia, la estabilidad, la "seguridad". Sin embargo, Farfield considera que la desescolarización, aún vista como imposible, es la única meta deseable de perseguir. . Maxino Greene: "Y todavía es, noticia". Profesor de sicología educativa en "Teacher's College, Coltimbia University, Maxine Greene ataca literalmente a Illich y a su obra. Todo lo que Illich dice es ya conocido por lo menos desde hace cincuenta años, su única fuerza reside en el Liso del término "desescolarización'. Para Greene, Illich sólo ha servido como catalizador de un despertar de conciencia tipo "mes culpa" entre los edticadores qtie ven equivocadamente en la esetiela, tina variable independiente. Se sorprende de que litich continúe siendo "noticia". - Neil Postman: "Mi problema, Iván Illich". Postman ve en Illich a sin místico y por lo tanto a un utópico, movido por su fe, y funcional sólo en hipótesis; en consecuencia, impermeable a toda crítica. Equipara a la sociedad desescolarizada con "La Ciudad de Dios". . Ronald Gross: "Después de desescolarizar, aprendizaje libre" Partiendo junto con Illich de que lo importante en este asunto es la manera (actitud) en que el aprendizaje se visualiza, Gross reconoce que "... estamos comprometidos en una búsqueda a ciegas, variada, claudicante, impulsiva y a veces violenta, hacia nuevas formas de enseñanza de crecimiento y de desarrollo de nuestra potencialidad" (p. 192). Por otra parte, dice que las nuevas posibilidades de aprender se encuentran en el área de las comunicaciones, pues ya desde ahora vemos que: "Los maestros más influyentes de nuestros días no están en los salones de clase: son aquellos que dominana los medios de comunicación de masas o las profesiones principales, el gobierno, aquellos que planean nuestras ciudades, organizan nuestro trabajo y hacen nuestra música y nuestro cina (p. 200) Es necesario, pues, "reavivar" la capacidad de los estudiantes y del hombre en general, más que generar instituciones "cada vez mejores" (más poderosas). En otras palabras, para Ronald Gross lo que se requiere es "reafirmar nuestro control sobre nuestro aprendizaje, reposeer la capacidad de modelar nuestra mente, revivir la potencia de nuestras facultades creadoras e intelectuales" (p. 202". Un mundo sin escuelas ofrece al lector la oportunidad de adentrarse en el tema Illich-Educación-Sociedad, al reunir opiniones bastante discímiles al respecto. Su atractivo principal reside, pues, el la variedad de los análisis y la profundidad de algunos de ells. Es aunque limitada, una contribución al libre-pensar necesario para llegar a definir nuevamente qué es lo que está sucediendo en la escuela y en la sociedad, naturalmente s esto se considera necesario.
ALICIA LOZANO MASCARUA.
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