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INTRODUCCIÓN
Es oportuno señalar que mi propósito en la participación de este seminario no es "describir"
el sistema de educación soviético, sino presentar algunos criterios sobre la construcción
del socialismo y el proyecto pedagógico que lleva implícito. Estos criterios o puntos de vista, redactados
en forma de notas, han sido elaborados con miras a realizar un estudio posterior sobre el desarrollo de la educación
en la URSS; por tanto ustedes encontrarán en esta ponencia muchos huecos que podrán llenarse con
el trabajo de los comentaristas y las aportaciones que surgen en todo seminario. En segundo lugar, me interesa
indicar que esta ponencia constituye un conjunto de opiniones personales y discutibles. Por último, debo
decir que se trata de un trabajo exento de compromisos y liberado de la tiranía de los textos.
Pues bien, es hora de que pasemos a señalar algunos aspectos.
1. CONDICIONES HISTORICAS CREADAS POR LA REVOLUCION
1.1 Las revoluciones sociales, específicamente las revoluciones socialistas, en cualquier tiempo
y lugar, se definen por la extensión y profundidad que tienen. Por su extensión afectan al conjunto
de clases sociales y por su profundidad producen cambios radicales en los fundamentos de la totalidad social. En
ellas perece lo viejo y nace lo nuevo. El paso drástico de cambiar el orden antiguo y forjar uno nuevo implica
la liquidación de una formación social para que surja otra, cualitativamente distinta, que asimila
una nueva concepción del mundo en cuyo desarrollo el proceso de la educación juega el papel de un
componente esencial.
1.2 Con la Revolución Socialista de 1917 surge la sociedad socialista y se construye el estado
soviético. "Con la supresión de la propiedad privada sobre los medios de producción y
la liquidación de las clases explotadoras se formó en la URSS, por primera vez en la historia de
la humanidad, una sociedad de trabajadores compuesta por obreros, campesinos koljosianos e intelectuales laboriosos"
(Smirnov, G., 1974, p. 119).
1.3 A partir de entonces (1917), el desarrollo cultural y educacional de la sociedad soviética
tomó nuevos cauces. Las relaciones de producción del sistema socialista, la participación
de las masas trabajadoras mediante sus respectivas organizaciones y el poder del estado en manos del proletariado,
son las nuevas condiciones generadas por la Revolución para cambiar la estructura y funcionamiento del aparato
educativo y crear las instancias de formación cultural que requiere la nueva sociedad. Estos cambios históricos
determinan que la educación en la URSS refleje objetivamente las profundas relaciones entre la sociedad
y el estado, de las cuales el proceso de educación es parte esencial en todo proyecto histórico de
clase.
1.4 La sociedad socialista y el estado soviético constituyen la suma de condiciones históricas
en que se da el proceso educacional de aquel país. La distinción que se hace entre sociedad socialista
y el estado soviético es simplemente formal y no se trata de aislar dos entidades supuestamente separadas.
Esta distinción tiende a facilitar el estudio de la función conectiva que desempeña el proceso
educativo en el desarrollo social y, por otra parte, a dar mayor precisión a la capacidad creativa del estado
soviético en la solución de tareas planteadas por la sociedad que representa y dirige. Por ello,
la historia de la educación soviética proporciona a la sociología de la educación un
modelo que, como tal, no es ideal ni futuro, sino real y presente.
1.5 Al cabo de casi siete décadas, puede afirmarse que la URSS ha logrado construir un sistema
de socialismo avanzado, una poderosa base industrial y un conjunto estable y dinámico de relaciones específicas
que regulan los medios y objetivos educacionales en función de las necesidades de su sociedad y de los niveles
de su economía nacional. En tal sentido, puede asumirse que los logros obtenidos en la economía planificada
se hacen extensivos a la dirección del proceso educacional, con el fin de alcanzar metas y fines que dan
solidez y trascendencia histórica a la sociedad de aquel país.
1.6 Al evidenciarse que la educación no es un fenómeno social indeterminado o neutral,
sino un proceso conscientemente dirigido, sistematizado y planificado, deviene en un proyecto pedagógico
que incorpora, de manera efectiva, los distintos elementos y factores de que dispone la nueva sociedad para afirmarse
y desarrollarse. Por ello, en la instauración del proceso educacional de la URSS, hay que distinguir una
etapa en la cual la educación contribuyó a la formación de nuevas relaciones sociales, y otra
-la actual- que sirve para asegurar (con otros componentes de la sociedad y estado soviéticos) la reproducción
de las relaciones socialistas de producción.
2. TAREAS PRIORITARIAS DE LA SOCIEDAD SOVIETICA
2.1 En lo que toca a la educación, los pueblos de la URSS, incluyendo la Rusia prerrevolucionaria,
ocupaban uno de los últimos lugares de Europa. Cuando ellos tomaron la vía del socialismo, tenían
diferentes niveles de desarrollo: desde el régimen tribal patriarcal hasta el capitalismo moderno, y, consecuentemente,
sus niveles de instrucción y cultura también eran distintos. Esta situación se refleja en
lo que Lenin escribió: "a excepción de Rusia, en Europa no hay ya ningún país
tan bárbaro, en el que las masas populares hayan sido tan expoliadas en el sentido de la enseñanza,
la ilustración y el saber" (Kuzin, N., y Kondakov, M., 1977, p. 10).
2.2 Toda revolución social, y con mayor especificidad la socialista, conlleva un proyecto histórico
dirigido a crear una realidad cualitativamente superior. Para lograrlo hay tareas que deben resolverse necesariamente.
En tal sentido, la sociedad socialista, con el poder constituido de los soviets, dio prioridad a los problemas
económicos y a la organización de la economía nacional, a la industrialización del
país, a la colectivización de la agricultura y al logro de una revolución cultural que hiciera
viables la educación del pueblo, la capacitación de trabajadores calificados y la formación
de científicos y técnicos especializados en las diferentes ramas del conocimiento (Nozhko, K., y
otros, 1968, p. 19).
2.3 Las fuerzas motrices de la revolución social tuvieron que enfrentarse a la reacción
interna, a la intervención extranjera y a las desviaciones concomitantes que se producen con el surgimiento
del nuevo régimen económico y social. La capacidad transformadora de una revolución se expresa
de manera concreta a través de la conciencia que tienen de su obra las masas participantes, esto es, la
ideología con que actúan. Por ello, "inmediatamente después de la Revolución de
Octubre, al lado de las numerosas tareas impostergables que requerían la edificación del nuevo estado
y la resistencia al enemigo, ante el Partido Comunista se plantearon las tareas de difundir la ideología
socialista entre las amplias masas populares, educar al hombre nuevo e incorporar a los trabajadores a la vida
pública activa" (Smirnov, G., 1974, pp. 101-102).
2.4 Pero, ¿qué es la ideología socialista para una sociedad de nuevo tipo? Aquí
no se trata de analizar el carácter representacional, falso o imaginario, descubierto en el estudio teórico
de la ideología burguesa, declarada o encubierta e ilusoria, que domina en la educación capitalista,
sino de percibir con claridad que la ideología reclamada por las organizaciones sociales y políticas
de la nueva sociedad se identifica con el conocimiento teórico y práctico de la revolución
socialista. Esta ideología, incorporada al proceso de educación y a la vida cotidiana, orientará
la actividad de millones de hombres en la formación y reproducción de las relaciones sociales que
constituyen el fundamento de la sociedad socialista.
2.5 La ideología del socialismo está consustancialmente unida a la educación soviética.
Su incorporación al proceso de enseñanza, en todos sus niveles, prueba la validez de las tesis de
Marx en el sentido de que "la eliminación de la conciencia de representaciones erróneas se realiza
mediante circunstancias que cambian y no por medio de deducciones teóricas (Suchodolski, 1966, p. 138).
Por ello es que desde el nacimiento del orden soviético se planteó sin disimulos la necesidad de
difundir la ideología socialista, con el fin de que la educación no sólo contribuya a suprimir
las desigualdades y antagonismos reforzados por la propiedad privada y la enseñanza, sino también
a formar hombres dotados de una moral de nuevo tipo.
2.6 En la base del proceso educacional soviético yace la búsqueda de una nueva moral. Sólo
una visión deformada de los sucesos acaecidos a partir de 1917 permite negar la naturaleza ética
del proyecto pedagógico que comporta la revolución socialista. Es claro que la educación moral
del socialismo no se funda en las concepciones del idealismo burgués, ni en las tradiciones de las clases
dominantes, mucho menos en las exaltaciones religiosas e irracionales. Desde luego, por las raíces filosóficas
que sustentan a la pedagogía socialista, la nueva moral tomó como fundamentos suyos los conocimientos
científicos del mundo que permiten descubrir las leyes que actúan en la naturaleza y en la sociedad.
Los conocimientos científicos abren nuevas posibilidades para las acciones y los valores humanos que, vinculados
a la práctica, constituyen el fondo de toda moral. Esta tarea, intencionalmente disminuida por críticos
y estudiosos de distinta filiación, fue y es fundamental para estudiar los fines de la educación
soviética y el producto que genera.
2.7 En resumen, puede decirse que las tareas prioritarias de la sociedad soviética no se redujeron
sólo a las de tipo material y económico, sino que abarcaron de manera implícita y explícita
las que corresponden a la educación y la cultura. Al fin y al cabo, las revoluciones sociales y las formaciones
sociales a que dan paso, no son sólo complejos históricos donde actúan fuerzas y elementos
anónimos, sino hombres que conocen esas fuerzas y administran aquellos elementos. Para hacerlos más
eficientes en la organización de la economía, en la reorganización de la sociedad y en el
progreso científico y tecnológico, la educación deviene en un componente esencial; desarrollarla
con plena comprensión de su importancia, también fue tarea prioritaria del régimen soviético.
3. REGIMEN SOVIETICO Y REVOLUCION CULTURAL
3.1 La clase social que toma el poder aprende a ejercerlo mediante innumerables actos en que participan
las masas populares; sin embargo, el aprendizaje no es unilateral y se ejercita a través de nuevas formas
participativas que se instituyen en la democracia socialista. Esta praxis pedagógica determina que el poder
soviético descubra su verdadera función, esto es, la función de dirigir efectivamente a la
sociedad.
3.2 El poder político, además de ser una magnitud social que resulta de la correlación
de fuerzas y de la ubicación de clases en la estructura social, significa la capacidad que éstas
tienen para dirigir la sociedad hacia metas y objetivos previstos y deseados. En esta perspectiva, el proyecto
histórico del socialismo es también un proyecto pedagógico porque de lo que se trata es de
llevar a la realidad un nuevo sistema de vida fundado en ideas y valores, en técnicas y conocimientos, que
se aprenden y enseñan en función de fines sociales y educativos globales y específicos. En
tal sentido, "el régimen soviético, por sí mismo, es una escuela colosal. La ampliación
de la educación va tan lejos que no se pueden ver los límites que ella tiene. La influencia pedagógica
del régimen soviético penetra en todos los rincones de la vida cotidiana. Su influencia transformadora
aumenta notoriamente día a día" (Pistrak, en Lindenberg, D., 1972, p. 335).
3.3 Las condiciones históricas creadas por la Revolución, las tareas prioritarias ejecutadas
por el pueblo y la capacidad de dirección del régimen soviético determinaron, a su vez, el
desarrollo paralelo de la revolución cultural, como "parte integrante indispensable de toda revolución
socialista, independientemente de las peculiaridades nacionales formadas históricamente en un país
dado y del nivel de cultura heredado. Como es natural, las formas de su realización son diferentes en cada
país, pero su esencia social es idéntica. Esta consiste en la sustitución de la cultura capitalista
por la socialista y en la democratización completa del sistema espiritual de la sociedad" (N. Kuzin
y M. Kondakov, 1977, p. 6).
3.4 El desarrollo paralelo de la revolución cultural es una característica del desarrollo
global de la sociedad socialista, y habrá que considerarla como una regularidad de las revoluciones sociales
de la época actual. El desarrollo paralelo no significa que la revolución cultural tenga el mismo
nivel operativo ni la misma función estratégica que el desarrollo de las tareas prioritarias; por
su especificidad, el desarrollo paralelo implica que puede darse en forma subordinada pero siempre simultánea
a las tareas prioritarias, como se dio en la URSS. Una óptica inadecuada de esta correlación, en
los inicios del régimen soviético, condujo a desviaciones que culminaron en los años 30, con
el planteamiento de la "muerte de la escuela", aduciendo una supuesta "extinción del estado"
(N. K. Krupskaia, en Lindenberg, D., 1972, pp. 388-390).
3.5 La formación de la sociedad socialista, vista desde la perspectiva de la historia mundial,
demandó muchos milenios, pero desde el punto de vista de la revolución, prueba que puede realizarse
en pocas décadas. La revolución socialista, como proceso de mutación de las formaciones sociales,
abarca tanto la transformación económico-social como la revolución cultural. Ambas revoluciones
son aspectos inseparables de un mismo proceso y la educación, aunque está incluida en la revolución
cultural, juega un papel conectivo insoslayable entre la transformación de la base material de la sociedad
y la revolución cultural. Esta realidad, admitida por los sociólogos burgueses como "un experimento",
que no es tal, constituye "un viraje objetivo que abre una nueva época en la historia de la humanidad"
(Smirnov, G., 1974, p. 322).
3.6 Hasta el momento, se ha mencionado dos veces el papel conectivo de la educación y la nota
que antecede termina con una transcripción sobre "el viraje objetivo". ¿Qué significan
estos conceptos? ¿Qué "conecta insoslayablemente" la educación soviética?
Estos aspectos pueden verse de dos maneras. Por una parte, el proceso educativo, al instaurarse en un régimen
de nuevo tipo que "conduce con voluntad consciente los niveles del desarrollo social al dar una dirección
determinada a todos los fenómenos sociales" (Pistrak, en Lindenberg, D., 1972, p. 335), tiene que vincular,
insoslayablemente, la política global del estado con el desarrollo socialista. Por otra parte, el desarrollo
socialista es un viraje objetivo de la historia porque no es una reforma del capitalismo, sino su abolición;
en este viraje conscientemente dirigido, la educación es un proceso que conecta la reproducción de
relaciones sociales de producción con la creación de condiciones adecuadas para pasar a la sociedad
comunista. En este sentido, su función conectiva hace que supere los límites históricos en
que se ha establecido.
4. EL TRABAJO COMO CATEGORIA PEDAGOGICA Y LA CLASE OBRERA
4.1 El marxismo-leninismo es la filosofía teórica y práctica de la revolución
socialista y de la construcción del comunismo. Como filosofía teórica es un sistema de ideas
científicas, susceptible de aplicación parcial o total. Como práctica, es un método
complejo y articulado del conocimiento que no se agota en el conocimiento e interpretación de la realidad,
sino que deviene en guía para la transformación de la naturaleza y de la sociedad, cuya existencia
depende de la actividad productiva de los hombres y de las relaciones que ellos establecen. Ahora bien, la producción
material, actividad primordial de los hombres socialmente organizados, tiene su razón de ser en el trabajo,
definido por Marx como "actividad consciente".
4.2 El régimen soviético, para ser consecuente con los fundamentos del marxismo-leninismo,
reconoció el trabajo como un nuevo principio pedagógico. "El trabajo está en la base
de todo y por ello los niños se ocupan en primer lugar del trabajo. A este respecto, en la educación,
pueden cometerse dos errores. Uno de ellos consistiría en aprender varios oficios; el otro en ejecutar una
sola actividad corporativa cualquiera. Ni uno ni otro punto de vista es aceptable. El rol del trabajador de la
URSS no se parece al que desempeña ningún otro trabajador del mundo. El trabajador soviético
no es sólo un engranaje en la máquina complicada de la producción, ni es el ejecutor servil
de una voluntad extraña. Es el creador y el arquitecto de un mundo nuevo" (Choulguine, en Lindenberg,
D., 1972, p. 354).
4.3 Esta categoría pedagógica, para los pedagogos soviéticos, tiene dos niveles.
En el nivel epistemológico "el trabajo tiene un doble papel. Por una parte es el mejor medio para estudiar
la realidad (vínculo entre el alumno y la naturaleza) y, por otra, es el mejor medio para estudiar el trabajo
en sí mismo, como fundamento de la sociedad" (Pinkevich, en Devaud, E., 1932, p. 32). En el nivel operativo
determina que el niño o joven "conozca los principios fundamentales de la producción y que al
mismo tiempo se familiarice con el trabajo práctico. Hay que hacer que tenga una cultura bastante amplia,
que reciba una enseñanza adecuadamente orientada en el sentido que tiene la producción para que pueda
aplicar su iniciativa, su potencia creadora en el mejoramiento de la producción, en su perfeccionamiento.
Un artesano estrechamente limitado, un especialista en su oficio, son poco útiles para la Unión Soviética"
(Choulguine, en Lindenberg, D., ibid).
4.4 Los fundamentos pedagógicos prueban su validez en la práctica, en la política
educativa que se ejerce. Con este criterio, Lunacharski redactó un decreto aprobado por el Consejo de Comisarios
del Pueblo (16 de octubre de 1918), cuyos puntos salientes son: "Todas las escuelas de la RFSSR dependientes
del Comisariato del Pueblo reciben -con excepción de las escuelas superiores- la designación de `escuela
única laboral'" (Art. 1); "El fundamento de la vida escolar debe ser el trabajo productivo, concebido
como actividad productiva y socialmente necesaria. Debe estar estrechamente ligada y de manera orgánica
a la enseñanza y debe aprehender científicamente la realidad en su totalidad. En tanto que el trabajo
productivo aumenta su complejidad creciente y supera el horizonte del universo inmediato del niño, debe
familiarizarlo con las más diversas formas de producción, hasta las más elaboradas" (Art.
12) (Lindenberg, D., ob. cit., pp. 301-302).
4.5 La institucionalización del trabajo recorta con mayor nitidez los perfiles de una educación
clasista para llegar a una sociedad sin clases. Con este fin, "durante el periodo de la dictadura del proletariado,
es decir, durante el periodo en que se preparan las condiciones que permitirán la plena realización
del comunismo, la escuela no debe solamente poner en práctica los principios del comunismo en general, sino
también debe ejercer la influencia ideológica, organizativa y educadora, del proletariado, sobre
las capas semi-proletarias y no proletarias de las masas trabajadoras, para educar una generación que pueda
introducir definitivamente el comunismo. El próximo jalón, en esta vía, es la aplicación
continua de medidas ya tomadas por el poder de los soviets para fundar las instituciones de la escuela y de la
educación" (VIII Congreso del PCUS, marzo, 1919, en Lindenberg, D., ob. cit., p. 308).
4.6 La categoría pedagógica del trabajo, en una sociedad de trabajadores y con un estado
dirigido por la clase obrera, no tiene el mismo sentido que en el capitalismo. El enfoque científico de
la producción, en una etapa de industrialización avanzada, como es el socialismo, obliga a formar
hombres capaces de trabajar con ciencias y tecnologías de alto rendimiento. El trabajo cotidiano es un medio
de vida y, por otra parte, el producto del trabajo es propiedad social que sirve para satisfacer las necesidades
de la sociedad y desarrollar las aptitudes de sus miembros. En tal sentido, la preparación de fuerzas productivas
cualitativamente distintas a las del sistema capitalista es una práctica revolucionaria. A través
de ella, la clase obrera descubre horizontes desconocidos hasta entonces para destacarse como la fuerza motriz
del desarrollo social y ser, al mismo tiempo, la creadora de una nueva época en la historia de la humanidad.
4.7 El hecho de que la clase obrera y los trabajadores en general dirijan la sociedad, implica formar
una vanguardia social que rompa la sucesión de élites tradicionales. La sociedad soviética
es todavía una sociedad de clases y, por tanto, el aparato educativo realiza funciones similares a otros
de distinta estructura social. Pero realizar funciones similares no significa reproducir relaciones sociales semejantes.
Esta afirmación se hace más explícita al leer: "nuestro país ha entrado en una
fase de desarrollo en que la clase obrera debe crear su propia clase intelectual de técnicos capaces de
defender sus intereses en la producción, en tanto que intereses de la clase dominante. Ninguna clase dominante
ha dejado de tener su propia élite intelectual. Pues bien, nada permite dudar que la clase obrera de la
URSS escape a esta ley" (Stalin, Discurso sobre el Plan Quinquenal, citado por Devaud, E., París, 1932,
p. 141).
4.8 El texto que antecede corresponde a una etapa bien definida del desarrollo soviético y, en
la actualidad, no podría ser aplicado tal como fue escrito. El carácter dinámico de la sociedad
soviética determina que cambien las antiguas formas de dictadura del proletariado. A partir de los años
60, el poder soviético proclama la existencia de un "estado de todo el pueblo". Este cambio es
congruente con las características del socialismo avanzado y permite analizar el proceso de educación
en una nueva perspectiva. Sin perder su esencia de clase, puesto que la URSS es una república de trabajadores,
el proceso de educación beneficia no sólo a la clase obrera, sino que está al servicio de
las distintas clases de una sociedad que se prepara, conscientemente, en la construcción de una sociedad
sin clases. En tal sentido, la educación de la clase obrera, deviene en la educación de todas las
clases social y nacionalmente liberadas que comparten el proyecto histórico de construir el comunismo.
5. EDUCACION POLITECNICA
5.1 El desarrollo socialista de la clase obrera y la formación del hombre soviético no
parten sólo de la categoría pedagógica del trabajo, sino que se amplían con el principio
de la educación politécnica. Para una mejor comprensión de lo que implica este principio en
la educación soviética, es necesario eliminar la anfibología de su significado. Los educadores
y el estado no le dieron el significado que tiene en los países capitalistas desarrollados, donde se entiende
por formación politécnica aquella enseñanza de nivel medio superior o superior que ofrece
un entrenamiento en varias tecnologías. En el caso soviético, la educación politécnica
constituye un principio con cuya práctica se busca vincular la escuela con la vida (Smart, K. F., en King,
E. J., 1963, p. 153).
5.2 Con la implantación de la educación politécnica "la escuela soviética
vincula la educación comunista con el aprendizaje teórico y práctico del trabajo productivo;
el estudio de los elementos fundamentales de la economía social y del proceso de producción, con
el dominio de los principales medios modernos de esta producción para la preparación de obreros calificados
y completamente dedicados a la construcción socialista. Para obtener este resultado, las escuelas se relacionarán
con las empresas industriales, las estaciones de máquinas y tractores, sovjoses y las granjas colectivas"
(Devaud, E., 1932, pp. 113-114).
5.3 La relación de la escuela con el aparato productivo complementa la enseñanza de los
principios de las ciencias, la orientación en los problemas actuales de la política, la economía
y la cultura para que el hombre tenga una formación integral. En tal sentido, el Comité Central del
Partido Comunista fijó directrices al Comisariado de Instrucción Pública indicando que "deben
prestar una atención redoblada a incorporar a la enseñanza profesional, técnica y politécnica
todas las fuerzas técnicas y agronómicas idóneas con el fin de utilizar toda empresa fabril
o agropecuaria bastante bien organizada"... "Las formas y el sistema de utilización de las empresas
y establecimientos de la economía para la enseñanza politécnica deben ser determinados de
acuerdo con los correspondientes organismos económicos, a fin de que no altere la marcha normal de la producción"
(Lenin, 1976, pp. 258-260).
5.4 El principio de la educación politécnica dio resultados distintos en la historia de
la educación soviética. "Este periodo (1950-1970) se distingue por el esfuerzo de combinar `educación
general' con `educación politécnica'. Esta combinación es similar a lo que no se había
logrado en las escuelas únicas laborales de los 20'; la terminología de `vincular la escuela con
la vida' y el concepto central de `educación politécnica' son similares. Su diferencia consiste en
la situación de la escuela y de la sociedad. En los 50' el estudiante se vincula con la industria y en los
20' con los oficios" (Rosen, S. M., 1971, p. 42). Esta diferencia de resultados en la aplicación de
un principio educativo refleja los pasos dados en la industrialización y desarrollo cultural de la URSS.
5.5 El derrocamiento del sistema capitalista es el prerrequisito de la liberación de los trabajadores
y de su desarrollo en la educación y la cultura. "Sólo en una industria socializada es posible
que cada trabajador pueda disfrutar de la vida en un nivel más alto de prosperidad material, enriquecido
por el pleno desarrollo, entrenamiento y empleo de sus capacidades innatas. Para que el trabajador comprenda y
controle la totalidad de los medios de producción, su educación intelectual, física, moral
y estética debe completarse y tomar forma con la educación politécnica" (Smart, K. F.,
ibid, pp. 154-155).
6. ESCUELA Y LUCHA DE CLASES
6.1 El carácter transitorio de la sociedad surgida en 1917 no es sólo un rasgo digno de
ser analizado por las ciencias sociales, sino su propiedad objetiva, escrupulosamente asimilada por el pensamiento
y la acción. Los soviéticos conciben a su sociedad como una fase del desarrollo histórico-natural
de la humanidad y trabajan en ella para construir la sociedad comunista. La conciencia que tienen de esta dinámica
propia de la sociedad soviética, fundada en la teoría del marxismo-leninismo y en la experiencia
de la lucha de clases, es el principio activo de la organización y funcionamiento de la escuela.
6.2 La escuela no es sólo el lugar de instrucción y de educación al que concurren
maestros y alumnos, sino una parte del estado y de la totalidad social donde se libra una intensa lucha de clases,
principalmente en el magisterio, durante los primeros años del régimen soviético. "Encubriéndose
con los lemas de salvación de la `auténtica democracia' y de las `conquistas de la revolución',
los jerarcas supremos del magisterio soviético se orientaban especialmente hacia la autonomía de
la escuela y su apoliticismo. En las condiciones de la lucha contra la autocracia zarista, la idea de la autonomía
de la escuela era apoyada por la parte democrática del magisterio y tenía significado progresista.
Pero después de la Revolución de Octubre, cuando el Estado soviético se había fijado
como objetivo la instrucción de las amplias masas populares y cuando los intereses del Estado y de la escuela
se unieron formando un todo, la idea de la autonomía escolar cobró un sentido contrarrevolucionario"
(Fediukin, S., 1976, p. 103).
6.3 El aparato escolar heredado por la sociedad soviética necesariamente debía ser abatido
porque "la escuela fue convertida por entero en instrumento de dominación de clase de la burguesía,
estaba toda ella impregnada del espíritu de casta burgués, perseguía el fin de proporcionar
a los capitalistas lacayos serviciales y obreros hábiles" (Lenin, 1976, pp. 215-216). Con el ejercicio
de la dictadura del proletariado surgió otro aparato con escuelas que "también son clasistas,
pero de la clase proletaria. Mas, la conciencia proletaria que nosotros formamos debe guiar a la humanidad hacia
la libertad y la felicidad. Por todo el tiempo que subsista el estado, la escuela no podrá ser sino una
escuela de clase, con la diferencia de que los intereses de esta clase se confunden con los intereses superiores
del género humano" (Lunacharski, A., en Devaud, E., ob. cit., p. 11).
6.4 La conversión de la escuela burguesa en instrumento de supresión de la división
de la sociedad de clases, fue parte integrante de la vida soviética, al instituirse la escuela única.
"En nuestro sistema tenemos la escuela única, lo que quiere decir unidad de clase y no escuela de un
solo tipo. Tenemos la escuela única desde los puntos de vista de la ideología, de los fines de la
educación y de las formas principales del trabajo pedagógico. Se puede decir con seguridad que la
escuela soviética es la única del universo que se propone la finalidad de preparar a la persona en
la filosofía materialista revolucionaria y de darle una ideología social única orientada hacia
esos mismos fines" (Pistrak, en Lindenberg, D., ob. cit., p. 339).
6.5 La categoría pedagógica del trabajo y el principio de la educación politécnica
(secciones 4 y 5 de esta ponencia) son partes constitutivas de la enseñanza general impartida en la escuela
soviética. En la sociedad soviética el trabajo no es sólo una obligación sino una cuestión
de honor para cada ciudadano. "Desde los primeros días de enseñanza, la escuela inculca a los
alumnos una actitud consciente y creadora hacia el trabajo. Las distintas labores de aprendizaje en la escuela
y en la producción son complementadas con el trabajo socialmente útil de los alumnos que es algo
así como el comienzo del cumplimiento de su deber cívico" (Kuzin, N., y Kondakov, M., 1977,
pp. 43-44). A su vez, "la enseñanza politécnica consiste en dar a conocer a los alumnos, mediante
el estudio de los fundamentos de las ciencias, los principios de organización de la producción moderna;
las perspectivas del perfeccionamiento de su técnica y su tecnología; los lugares de producción
(fábricas, granjas, etc.) cercanos a la escuela, inculcando a los alumnos hábitos laborales a nivel
preprofesional mediante la organización del trabajo manual y mecanizado en los talleres de la escuela"
(Ibid.).
6.6 En la sociedad soviética y en cualquier otra sociedad moderna, la escuela es un aparato ideológico
del estado y "desempeña un rol determinante en la reproducción de las relaciones de producción
amenazado en su existencia por la lucha de clases mundial" (Althusser, L., 1974, p. 46). Esta situación
hace que la escuela soviética amplíe sus tareas estableciendo vínculos permanentes y cada
vez más diversos con distintos sectores sociales que participan directamente en la producción y la
dirección de la sociedad. Los niños y los jóvenes se relacionan con obreros y koljosianos,
científicos, artistas, escritores y otras personalidades que, a través de sus respectivas organizaciones,
trabajan en fines congruentes con la construcción de la sociedad comunista. Los principios pedagógicos
en que se sostiene, y su eficaz inserción en las relaciones estado-sociedad, determinan que la escuela soviética
sea el modelo más explícito de aparato ideológico forjado en la lucha de clases e inseparable
del desarrollo de la sociedad socialista.
7. PEDAGOGIA Y MODERNIZACION SOCIALISTA
7.1 ¿Qué es lo que yace en el fondo del proceso educacional de la URSS? ¿Es un proyecto
pedagógico o un proceso de modernización? El proyecto pedagógico es inherente al desarrollo
de la teoría pedagógica y se dirige, en lo fundamental, al logro de un ideal histórico que
se concreta en la formación del hombre nuevo, en tanto que el proceso de modernización busca y prueba
modelos en los cuales la educación funciona como un medio para adecuar los requerimientos de la sociedad
a las posibilidades de su desarrollo; sin embargo, ambos conceptos no son excluyentes. El proyecto pedagógico
implica un proceso de modernización cuando conlleva los elementos necesarios para actualizar una sociedad
atrasada; de modo semejante, el proceso de modernización, aunque no se proponga, explícitamente,
producir un arquetipo humano, forma categorías de hombres condicionados por los niveles del desarrollo social.
7.2 La simplificación que antecede no debe confundirnos. El proceso educacional soviético,
aunque conlleva los elementos necesarios, no es el factor determinante de la transformación social. Las
fuerzas motrices de esa transformación, como lo hemos visto, son las clases sociales y su lucha, la vanguardia
que las dirige, el establecimiento y ejercicio de su poder hegemónico para cambiar la base material y la
superestructura ideológica de la sociedad. En esta perspectiva, "la educación es un proceso
natural, y la pedagogía, como ciencia social, puede devenir en ciencia rigurosa bajo la condición
de que adopte el método que hace que una ciencia social sea verdadera ciencia. Este método es el
marxismo" (Blonski, en Lindenberg, D., ob. cit., p. 311).
7.3 La educación soviética es el intento abierto e indudable de llevar a la práctica
la Tesis III de Marx sobre Feverbach: "La teoría materialista de que los hombres son producto de las
circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias
distintas y de una educación distinta, olvida que las circunstancias se hacen cambiar precisamente por los
hombres y que el propio educador necesita ser educado. (...) La coincidencia de la modificación de las circunstancias
y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria"
(Marx-Engels, 1957, p. 713).
7.4 El proyecto pedagógico soviético se funda en la práctica revolucionaria que
señala la tesis de Marx. Para realizarlo se requiere de medios idóneos y de fines concretos y alcanzables.
La preponderancia de los medios equivoca el proyecto, lo despoja de su cualidad revolucionaria reduciéndolo
a un propósito pragmático, equivalente a cualquier otro del reformismo educacional capitalista. Por
otra parte, el excesivo énfasis que se dé a los fines, sobre todo si éstos no son concretos,
convertirá el proyecto en utopía. Por ello fue necesario contar con los educadores que, para que
sean medios idóneos, debían ser educados por la revolución. En cuanto a los fines, éstos
están definidos por los objetivos de la revolución socialista y la construcción de la sociedad
comunista, sociedad del hombre nuevo, es decir, del arquetipo humano que busca el proyecto pedagógico del
socialismo.
7.5 Es asunto de consecuencia lógica afirmar que el proyecto pedagógico soviético,
en la consumación de sus logros, ha contribuido a modernizar una sociedad atrasada, pero no hay que confundir
la construcción del socialismo avanzado con un proceso natural de modernización, porque éste
es inherente a la estrategia de perpetuación que tiene el sistema capitalista. El proyecto pedagógico
soviético es parte de la consolidación y desarrollo de otro sistema, no sólo opuesto sino
negador del capitalismo. La modernización de la URSS es una modernización de otro tipo en la cual
desaparecen las instancias de la explotación social y la opresión nacional. Por ello, la pregunta
de si el proceso educacional soviético es un proyecto pedagógico o un proceso de modernización
exige respuestas razonadas y coherentes en el campo de las ciencias sociales, particularmente en el de las ciencias
de la educación.
8. EL SISTEMA EDUCATIVO Y EL HOMBRE SOVIETICO
8.1 La pedagogía tradicional ha tropezado en todo tiempo con el problema de lograr el tipo de
hombre que desea formar, y en mayor grado si se trata de universalizar el tipo buscado. La posibilidad de consumar
un proyecto pedagógico no depende tanto del cambio de circunstancias y condiciones en que se desenvuelve
el proceso educativo, como de otras: que el proyecto, en sí mismo, se origine en las condiciones que determinan
su necesidad histórica y se desarrolle en circunstancias que favorezcan su ejecución. El proyecto
soviético surge y se instituye como un sistema educativo, precisamente, en un marco como el señalado,
cuyos elementos constitutivos pueden estudiarse bajo tres aspectos: de orden histórico (la historia de la
sociedad rusa y de los otros pueblos soviéticos, el proceso liberador que culmina con la Revolución
de Octubre de 1917, la organización del estado soviético); de orden estructural (el surgimiento de
la sociedad socialista, la planificación de su economía, el desarrollo de nuevas relaciones de producción,
la formación e incremento de fuerzas productivas cualitativamente distintas) y de orden ideológico
(difusión universalizada del marxismo-leninismo, papel dirigente del Partido Comunista, desarrollo de la
actividad transformadora de las masas).
8.2 Por otra parte, la institucionalización del proyecto soviético es el resultado de las
etapas que ha atravesado el proceso educativo. La fase inicial de su instauración corresponde a la liquidación
de la escuela de esencia burguesa, y su sustitución por la escuela única de la dictadura del proletariado.
A esta fase le siguen otras en que la educación se adaptó a las necesidades de la sociedad y a la
política global del estado. En todo ese periodo era natural que se produjeran crisis que afectaron tanto
a la orientación pedagógica como al funcionamiento del aparato escolar. Pudo superarse ese periodo
con el ejercicio de los primeros planes quinquenales que aceleraron el ritmo de desarrollo del sistema escolar.
Reconstruyendo lo destruido por la Segunda Guerra Mundial, el estado soviético continuó desarrollando
una política educacional que tiende a reforzar el aparato educativo y lograr metas de gran magnitud en la
formación de científicos y técnicos de todo nivel. Esta tendencia persiste en la etapa actual.
8.3 Al cabo de varias décadas de su aplicación, el proyecto pedagógico devenido
en sistema no ha perdido su naturaleza primigenia, tal cual fue definida en 1928: "La esencia del sistema
soviético consiste en que no se considera acabado y estable, sino dinámico, como un sistema de transición"
(Pistrak, en Lindenberg, D., ob. cit., p. 335). Las etapas que ha atravesado y el carácter dinámico
que posee determinan la necesidad de su planeación. Y ésta, como práctica oficial y conscientemente
ejercida, ya es una propiedad que identifica al sistema educacional soviético como un proyecto pedagógico
inconfundible e irrepetible en otra formación social de distinto tipo.
8.4 Planear el sistema educacional soviético, atendiendo a su esencia dinámica, implica
utilizar los conocimientos y métodos de la tecnología social más avanzada para que la educación
contribuya efectivamente al tránsito del socialismo al comunismo. Aunque ésta no es la oportunidad
para referirse a los procedimientos de la planeación educacional en la URSS, es oportuno mencionar que éstos
descansan en el ejercicio del centralismo democrático (Nozhko y otros, 1968, p. 81), de tal modo que los
propósitos, objetivos, metas y medios requeridos para la transición están determinados conscientemente
por los trabajadores de la enseñanza, las organizaciones sociales, el Partido Comunista y los órganos
del poder estatal.
8.5 La peculiaridad del planeamiento de la educación reside en la capacidad que tiene el hombre
para crear modelos, para reproducir en su conciencia el sistema complejo de sus componentes, de sus vínculos
y de su funcionamiento, así como los resultados que debe obtener. La planeación prevé obligatoriamente
plazos, niveles, ritmos en las distintas esferas, grados y especialidades que integran el proceso educativo. Está
fuera de duda que la práctica del planeamiento educacional implica una manera de ejercer la dirección
de la vida intelectual de la sociedad, y de cada uno de sus miembros, de manera tal que la sociedad quiere que
sus miembros actúen según su imagen.
8.6 El sistema educativo cuya planificación se articula y coordina con el plan general de desarrollo
de la sociedad, tiende a enraizarse más profundamente en los principios en que se sostiene el proyecto pedagógico
orientado a contribuir en la construcción de una sociedad sin clases. En tal sentido, el sistema prepara
el producto que busca obtener. Y éste no puede ser otro que un tipo de hombre formado con los ingredientes
sociales, históricos e ideológicos asimilados y creados por la revolución y la sociedad socialista.
8.7 ¿Hasta qué punto el sistema planificado ha logrado formar un nuevo tipo de hombre,
un hombre nuevo? Los conceptos de "hombre nuevo" y "nuevo tipo de hombre", si los reducimos
a meros "productos" del sistema, se convierten en abstracciones inconsistentes. Desarrollar una teoría
en torno a estos conceptos conduciría a la elaboración de una antropología filosófica
de acento pedagógico, ajena a la naturaleza científica del materialismo histórico. En lugar
de ello, sería más adecuado decir que en la sociedad soviética el individuo ha adquirido una
personalidad, distinta de las que predominan en la sociedad capitalista, en cuya formación el sistema educativo
juega sólo una parte, aunque fundamental, junto a otros factores de una sociedad compleja y desarrollada.
8.8 La sociedad soviética, no obstante sus problemas intrínsecos, es la primera sociedad
socialista construida por los hombres de manera consciente, fundada en determinados principios teóricos
y prácticos. Esta es la premisa fundamental de la cual debe partirse para examinar la realidad efectiva
del hombre soviético, que no debe confundirse con el "superhombre", concepto simbólico
que en la filosofía burguesa se asocia a la representación de una última etapa de la evolución
biológica "donde la forma `inferior' de existencia `superándose' eleva por encima de sí
a una existencia `inédita' como su propio contrario". No deben confundirse conceptos ni realidades.
El hombre soviético, en cuya realización participa efectivamente el proceso educacional, no es ni
será una etapa de la evolución biológica, sino el producto de la historia, de la revolución
socialista y de la ciencia del desarrollo social aplicada a la formación de su personalidad.
8.9 El proyecto pedagógico, institucionalizado como sistema planificado, consciente y científicamente
articulado en el desenvolvimiento de la sociedad socialista, se desarrolla en el marco del determinismo social
que "se distingue principalmente por el hecho de que el objeto y el sujeto de la determinación son
idénticos. Las leyes sociales regulan la actividad práctica de los hombres, no actúan a pesar
de los hombres que componen la sociedad sino a través de sus propia acciones" (Academia de Ciencias
de la URSS, 1974, p. 189). En tal sentido, con la personalidad de que le ha dotado el socialismo, el hombre soviético
ha descubierto que superada la alienación con la supresión de la propiedad privada de los medios
de producción, está en camino del rescate completo de su esencia humana, es decir, está en
el camino señalado por el proyecto pedagógico que conducirá al comunismo.
9. REFLEXIONES FINALES
Las notas que anteceden, si bien son relativamente independientes una de otra, me permiten plantear algunas
reflexiones. No son aspectos metodológicos ni constituyen las conclusiones de esta conferencia. Se trata
simplemente de reflexiones que, por el grado de evidencia que tienen para mí, puedo llamarles convicciones.
La principal de ellas consiste en que todo discurso sobre los procesos educacionales es ideológico. En tal
sentido, el análisis del proceso de educación de la Unión Soviética implica una toma
de posiciones que no puede soslayarlas ni el objetivismo más puro. En segundo lugar, asumo que este proceso
educacional tiene un contenido ejemplarista, en el más alto sentido de la palabra. Por último, y
como consecuencia de lo anterior, estoy convencido de su riqueza transformadora, aspecto que le da el carácter
de un sistema que trasciende las limitantes históricas de su tiempo. Comentaremos brevemente estos aspectos.
¿Por qué el estudio de la educación soviética, o de la "educación en
la Unión Soviética", como está impreso en el programa de este seminario, implica una
toma de posiciones? ¿No sería más apropiado decir que se puede estudiar este tema con absoluta
imparcialidad? Las respuestas a ésta y otras preguntas que pueden formularse están determinadas por
muchos factores, pero el principal consiste en la filiación o adherencia de sus estudiosos y comentadores
al sistema en que viven o que desean construir, o a la clase social a que pertenecen, defienden o combaten. Por
ello, aun la mera enumeración, o descripción, de los elementos y estructuras de este sistema complejo
y activo de educación transparenta una valoración, una dosis grande o pequeña de ingredientes
ideológicos. Esta situación se hace más notoria cuando se trata de evaluaciones o enjuiciamientos
críticos de la educación soviética. En tales casos, los ingredientes ideológicos ya
no "se filtran" sino que se imponen con rudeza, aunque se vistan de muy aseados ropajes metodológicos.
También he mencionado el sentido ejemplarista de la educación soviética. Me interesa comentar
este aspecto haciendo referencia a otra concepción teórica y práctica de la educación,
lejana en el tiempo, pero presente en la historia. Me refiero a la educación griega, diversa en sus manifestaciones,
multiforme en sus estilos y dinámica en sus funciones derivadas de los cambios operados en la sociedad antigua.
Con todas sus características, aquella concepción perseguía la formación de un arquetipo
humano, paradigma que perdura en nuestros días suscitando la admiración de legos y doctos en la materia.
Pues bien, la educación soviética, para las perspectivas de la historia actual, se presenta de manera
semejante. También es ejemplarista y paradigmática. Busca y está logrando la formación
del arquetipo del hombre soviético, con la diferencia fundamental de que lo deseado y buscado por el proyecto
pedagógico soviético se convierte en modelo de virtuales aplicaciones presentes y futuras, si se
toma en cuenta la correlación mundial de fuerzas y el conjunto de factores que inciden en los cambios que
prepara, genera e instituye la revolución socialista. En síntesis, no es un paradigma guardado en
el museo de las ideas pedagógicas, sino un ejemplo que penetra en los insterticios de la trama más
tupida y fuerte de la crisis actual en que se hunde un sistema económico y social y surge otro para continuar
el desarrollo de la humanidad.
Por último, me he referido a que el proceso educacional trasciende los límites históricos
en que se ha establecido. En mi criterio, éste es el aspecto más significativo por cuanto que su
levadura ideológica y el ejemplarismo que le son inherentes se subsumen en esta nueva dimensión de
un proceso histórico irrevesible. La organización, integración y planeamiento de la educación
soviética corresponden a una sociedad dinámica, consciente de su tránsito, que pasa de ortodoxas
formas de un socialismo regido por la dictadura del proletariado a etapas cualitativamente distintas que hacen
más cercana y cierta la consumación del comunismo. Esto quiere decir que la educación en la
URSS no sólo es, o fue, un sistema creado para atender necesidades sociales y políticas contingentes
o coyunturales, sino que constituye todo un proyecto pedagógico puesto en marcha por la primera revolución
socialista, en la cual surgieron dos realidades, la sociedad y el estado soviéticos. En esta sociedad, y
como parte irrenunciable de las funciones del estado soviético, puede comprenderse objetivamente la extensión
y profundidad que tiene la educación en la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas.
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