GUEVARA NIFBLA, GILBERTO (compilador): La Crisis de la Educación Superior en México, México: Imagen, 1981, 334 pp.
A finales de 1979, la Universidad Autónoma Unidad Xochimilco, organizó
un ciclo de conferencias bajo el título de "La Crisis de la
Educación Superior en México", en el que participaron destacados
investigadores de la problemática de la educación superior en el país.
El propósito del ciclo fue tocar temas en particular: el marco sociopolítico
del problema educativo, la forma que toman las expresiones de la crisis
de la educación superior, en concreto, problemas de planeación,
financiamiento, mercado de trabajo y otros, y por último, las
alternativas posibles solución a dichas crisis.
En el ciclo participaron investigadores universitarios provenientes de diversos campos del conocimiento científico: microbiólogos, bacteriólogos, economistas, filósofos, políticos, físicos, antropólogos, biólogos, sociólogos, médicos, psicólogos y abogados, pero todos ellos interesados en la educación superior, por su actividad docencia e investigación en diversas universidades. Cabe señalar que la problemática de la educación superior se plantea a partir del marco de la crisis del capitalismo en el país, estableciendo las relaciones entre acumulación de capital y educación y los problemas derivados de ello a la luz de factores tales como planeación, educación paralela, sistemas abiertos de enseñanza, socialización del trabajo profesional, crisis fiscal y financiamiento. Gilberto Guevara refiere en la Introducción una discusión en torno de la existencia de crisis en las universidades mexicanos; para ello, establece como punto de partida el año de 1968 en el que se dio una "batalla política" y el "pos-68" que marca la época de "paz". Posteriormente analiza la incapacidad del sistema educativo rnexicano para producir los cuadros técnicos que el desarrollo del país reclamaba en ese momento histórico. Otra parte importante de esta Introducción radica en el análisis del derecho de organización sindical del trabajador universitario que, sobre todo en el sexenio del presidente Echeverría, cobró auge con el surgimiento de organizaciones a lo largo del país. En otra de las contribuciones del texto que se reseña, Rolando Cordera aborda el problema de la crisis del capitalismo en México refiriéndose más bien a la crisis de una "forma" de crecimiento, o de un "estilo" de desarrollo o de un "patrón" específico de acumulación de capital. Sobre la misma línea de análisis, Arnaldo Córdova subraya el hecho de que la crisis política anticipa la crisis económica y la profundiza. Según Córdova, esta crisis se presenta en cualquier sistema político como un agotamiento prematuro del sistema de dominación. Así, revisa el modelo de dominación a partir de 1938 basado en la corporativización de las masas trabajadoras bajo la dirección del Estado y a través del partido oficial, mismo que entró en crisis a partir de 1940 y hasta 1968 en que el Estado entra de nuevo en crisis. Más en particular, Tomás Amadeo Vasconi toca el problema del modelo de acumulación latinoamericano a partir de los mecanismos del mercado internacional, lo cual permitió un alto grado de urbanización y servicios que acompañan al crecimiento de las ciudades, así como la emergencia de las clases medias, mismas que impulsaron el proceso de acumulación capitalista. Así, la universidad, creada conforme al modelo napoleónico, se ocupó de la formación de algunas cuantas profesiones, sobre todo aquellas que articularon favorablemente el desarrollo de la sociedad oligárgico-liberal. En el trabajo de Olac Fuentes, por otra parte, se afirma que a partir de 1978 el Estado ha planteado toda una gama de iniciativas legales y materiales que configuran una nueva política frente a las universidades mexicanos. Resalta la creación de la Universidad Pedagógica Nacional, el Plan Nacional de Educación Superior, la Ley de la Coordinación de la Educación Superior, la creación del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica y la recomendación de normas para las relaciones laborales en la universidad. En su contribución, Fuentes comenta que estas acciones representan medidas congruentes y complementarias entre sí y que terminaron con la confusión y ambigüedad que prevalecieron en los primeros 18 meses del actual gobierno, en materia de política educativa con referencia a la educación superior. Se afirma que las políticas de modernización y control configuran todo un modelo para reformular las funciones reproductoras de la universidad mexicana y para disolver las "irracionalidades" que presenta ante sistema de dominación y el aparato productivo. Juan Carlos Portantiero habla de dos grandes etapas en la emergencia del movimiento estudiantil en América Latina, la del periodo clásico de la reforma universitaria de 1918 a los 50, y la que estalla a finales de los 60 y que, pese a su trayectoria marcada avances y retrocesos, todavía se halla en plena vigencia. Cada una de ells, afirma el autor, responde a contradicciones distintas que tienen que ver con la relación que en cada uno de los momentos se establece entre universitarios y sociedad global. Con más detalle se analizan los casos de Perú y Argentina, para concluir que la sociedad plantea una contradicción y que sólo la política es llevarla al plano del conflicto en el que los sectores sociales, sujetos históricos, al tornar conciencia de la misma, puedan superarla, desafío que se plantea actualmente a los estudiantes y a claustros que integran la universidad. Jaime Castrejón analiza lo ideológico y estructural de las corrientes de pensamiento que se han dedicado a estudiar el educativo, sobre todo en lo que a plantación se refiere. Más adelante habla de cómo surgió la planeación a partir de Segunda Guerra Mundial y se ha venido dando por etapas en las que se han discutido toda una gama de posibilidades a la luz de diversas posiciones. Posteriormente ilustra, con casos de universidades mexicanas, los éxitos y fracasos de la plantación educativa. Eliezer Morales Aragón aborda las condiciones históricas que hicieron posible surgir a la moderna universidad mexicana y las viscisitudes por las que ha tenido que pasar hasta llegar a la época actual. Afirma que la izquierda mexicana nunca ha tenido tesis propias para la educación superior pero que sí existen, sin embargo, una serie de ideas precisas que la izquierda aporta a la concepción y ejecución de una política educativa dirigida y llevada a cabo por regímenes de la revolución. Más adelante insiste en que la izquierda no ha logrado alcanzar una posición propia para la educación superior y que como fenómeno relativamente nuevo, los criterios más socorridos son los de tipo liberal o positivista. Menciona la selectividad en el acceso a la educación superior, inclusive en los regímenes socialistas, el crecimiento en la demanda, la relación entre deserción y niveles de ingreso per cápita de la población y termina precisando en la necesidad de mantener las libertades políticas e intelectuales dentro de la universidad. Jorge Padua plantea que el sistema promueve la movilidad necesaria para el mantenimiento de su legitimidad, aunque, sin embargo, esa movilidad es mínima, condicionada y, en general, no cambia la estructura de privilegios ni de poder. Así, analiza los cambios en la estructura de la población (crecimiento, urbanización y estructura de edades) y los cambios en la estructura de la producción (composición del empleo, principalmente), para relacionar los efectos de ambas sobre la estructura de clases. Concluye diciendo que las clases medias y las clases altas han mantenido casi el monopolio de la educación en todos sus niveles y que se están dando intentos, aunque escasos, de controlar el proceso educativo por parte de organizaciones obreras o campesinas, pero más que nada como vías de acceso al sistema de toma de decisiones. José Angel Pescador aborda la crisis fiscal en México para después analizar algunas ideas en torno al financianliento de la en relación con el crecimiento que ha tenido el sistema particularmente desde 1967 a la fecha, para posteriormente reflexionar sobre el problema del financiamiento a la luz la eficiencia y la equidad, es decir, discutiendo los propósitos que perseguiría cualquier política de financiamiento que se propusiera elevar la calidad de la educación, restringir los costos con está operando actualmente y coadyuvar a una mayor igualdad de oportunidades. Más adelante analiza la clara intervención del Estado en la economía, la crisis fiscal y el endeudamiento, tanto interno como externo. Después analiza la estructura tributaria del gobierno federal y lo que sucede cuando se restringen las posibilidades de un mayor gasto en educación a la luz del crecimiento la demanda educativa; así, señala que en 1970 el gobierno federal participaba con un 23% del gasto total en educación superior, cifra que llegó a un 53% en 1976. Al analizar el fenómeno de la privatización de la enseñanza menciona que a nivel superior ha mantenido constante en un 11 o 12%, esto es, de cada cien estudiantes de educación superior, doce están inscritos en escuelas privadas. Finalmente analiza la crisis financiera de la educación superior y las alternativas de financiamiento para señalar que la masificación de la educación ha resultado favorable desde el ángulo político social, aunque no hay que olvidar que subsisten contradicciones sistema de educación superior que deben ser analizadas sobre a la luz de las restricciones financieras del sector educativo. Jorge Witker afirma en su contribución que la tarea de la universidad latinoamericana debe inscribirse necesariamente en el contexto global de la dependencia, definida como la característica que le a un país generar sus propias estructuras productivas, sociales, culturales, etc., determinando por ende, a través de factores exógenos incontrolables, la fuerza de sus impulsos, al carecer de autonomía real para imponer e instaurar un modelo de desarrollo propio. Ante tal situación establece la relación dialéctica la sociedad y la universidad, y especifica la forma en que la universidad contribuye al desarrollo y progreso de la región. Por su parte, Edmundo de Alba caracteriza al sistema de educación superior en tres subsistemas: el universitario, el tecnológico y el educativo (35 universidades públicas, el CIES y el IPN más los 48 ITRs, y las escuelas normales que integran la educación media superior y la superior, respectivamente). Proporciona estadísticas recientes acerca de la matrícula en los subsistemas y aborda más adelante el problema de la investigación científica en los subsistemas en términos de inversión en investigación, apoyo financiero, recursos humanos y apoyo institucional, para establecer al final relaciones entre el sistema productivo y la investigación y bosquejar perspectivas al futuro. Rafael Pérez Pascual aporta un punto de vista crítico sobre proceso y las tendencias en el desarrollo del sistema de investigación científica en México que, para el autor, se limita en el campo de las ciencias naturales y la investigación básica. Así dice que la ciencia en México está marcada por el capitalismo dependiente y analiza su curso en las épocas de 20-30, 40-50, 60-70 y 70 a la fecha, mismas que denomina como los inicios, la institucionalización y profesionalización, la consolidación y el crecimiento y crisis, marcada por el desarrollismo y academicismo. En este contexto, propone alternativas para la investigación, la difusión divulgación del conocimiento científico, la enseñanza y la organización y estructura del aparato científico. Guillermo de la Peña e Ingrid Rosenblueth, al abordar las posibilidades de la educación paralela, analizan la relación entre universidad y el cambio social, y la importancia que tiene el estudio de las profesiones como un instrumento para conocer esta relación. Con base en dichos planteamientos, los autores hacen algunas referencias a las posibilidades de transformación de las orientaciones presentes en la universidad respecto del status-quo. A partir de largo análisis de la carrera de ingeniería química en términos de sus orígenes, evolución y estado actual, así como de los problemas de oferta y demanda de sus egresados, los autores plantean los perfiles del profesionista y, sobre todo, la posibilidad de investigación en el área de sociología educativa con énfasis en la educación superior. Augusto Moreno y Moreno plantea la experiencia y los resultados del Sistema del sistema de Universidad Abierta en la UNAM y su relación con ciertos aspectos de la problemática nacional, así como algunas reflexiones en torno a la eventual restricción de la educación superior en el país. Después de analizar los sistemas abiertos otros países, describe el de la UNAM y lo ubica dentro del marco de las instituciones de educación superior del país y la propia problemática nacional, para terminar proponiendo el apoyo, incremento y desarrollo de las actividades productivas y de servicios para grandes sectores de la población, puesto que en esas condiciones es de esperarse, dice, una función racional y operativa por parte de los Centros de Educación e Investigación nacionales. Alfredo Tecla Jiménez escribe sobre, la Universidad Popular, cuyo antecedente se fija en 1918 en el modelo de universidad pueblo de Córdoba, Argentina. Analiza también las tesis de la universidad-partido y la universidad-fábrica para concluir con el señalamiento de las características fundamentales a las que se enfrenta la institución universitaria como aparato de Estado. El último de los ensayos es el de Luis Felipe Bojalil saber, actual rector de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana. Bojalil escribe acerca de los antecedentes que dieron creación a la UAM en 1973 y cómo ésta surgió dentro de un contexto específico y a partir de necesidades tales como el crecimiento de la demanda escolar, la inaplazable necesidad de mejorar el sistema educativo nacional en su nivel superior y la necesidad de integrar la educación superior al desarrollo económico. El autor afirma que la UAM nació de la aspiración de romper con las estructuras educativas heredadas del pasado colonial y liberal, y en particular enfoca en el caso de la Unidad Xochimileo en donde la ética de servicio está orientada a los problemas relevantes de las grandes mayorías de la población. Posteriormente aborda la formulación pedagógica de la unidad funcional denominada "módulo" y que es la que da origen al sistema modular que se lleva a cabo en la UAM-Xochimilco. Así, un módulo no es un paquete de información, sino más bien una unidad que se constituye en torno a un problema de la realidad o "un objeto de transformación" que es abordado a través de diferentes ciencias y técnicas, en un proceso metodológico que integra la investigación con la docencia y el servicio. La innovación educativa que representa el modelo del sistema modular de la UAM-Xochimilco, a ya casi ocho años de su implantación, es resaltada al final del trabajo de Bojalil. La obra compilada por Guevara Niebla representa un esfuerzo loable por conocer las características, modalidades y alternativas de la educación superior en México. El libro es variado en los enfoques, las presentaciones e inclusive en la "extracción" profesional o el "origen profesional" de los autores, todos, conocedores de la realidad universitaria ya sea por su trabajo académico de investigación o docencia, como de labores administrativas del trabajo de la universidad. Así, con marcos establecidos en lo político y lo económico, fundamentalmente, la obra aporta nuevas alternativas para afrontar la crisis de la educación superior actual en México. LUIS BERRUECOS. |