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INTRODUCCIÓN Contenido
El propósito fundamental de este trabajo es el de proporcionar a los estudiantes y profesores de la carrera
de filosofía un material de apoyo básico para la docencia y la investigación. Me propongo
presentar algunas consideraciones sobre la importancia de una obra de esta naturaleza y sobre la estructura de
la misma.
Abordar el tema de la elaboración de una bibliografía implica remitirse, en principio, a tres instancias:
educación, cultura e investigación.
Entendemos por educación un proceso humano, vital, socialmente condicionado -y por lo mismo cambiante, complejo
y contradictorio-, que consiste en la transmisión, proyección e intercambio de conocimientos, valores
y patrones de conducta, que se presenta históricamente en cada sociedad.
En otros términos, podríamos entenderla como la formación que requiere el hombre para comprenderse
en el marco de las posibilidades reales, naturales y sociales, y proyectarse hacia la creación de un mundo.
A partir de este concepto, podemos afirmar que es tarea de la docencia enseñar al estudiante a pensar y
a usar la palabra en la búsqueda de formas de expresión, donde su originalidad tenga cabida y se
oriente hacia posiciones cada vez más concretas y definidas en los terrenos de la cultura. Puede encontrar
así, como una definición de la cultura, respuestas relevantes de las diferentes expresiones que permiten
al hombre ubicarse en el marco de sus necesidades históricas.
Los diferentes lenguajes de la cultura, cercanos o alejados, se entrecruzan y llegan a confundirse, presentando
al estudiante dificultades en los atisbos originales de la investigación, lo que hace necesario establecer
mecanismos que permitan una adecuada orientación metodológica, como puede ser la utilización
de recursos bibliográficos, para formular las tácticas y estrategias que forjen el instrumental necesario
para consolidar las bases iniciales del conocimiento profesional. De esta manera, apoyados en una sólida
base, los criterios y la experiencia misma podrán generar modelos, predicciones y paradigmas que permitan
comprender los contenidos cambiantes y contradictorios de la misma realidad. Cierto dominio de estos paradigmas
viene ya, de alguna manera, a enriquecer las inquietudes y la creatividad inicial del estudiante.
Con lo que antecede, se hace referencia de manera especial al problema de la enseñanza superior, dado que
el tema que nos ocupa es inherente a este nivel. A través de la educación superior se pretende lograr
la formación de profesionales que sean conocedores de los discursos científicos relevantes que la
historia de la cultura ha presentado; asimismo, este proceso de formación exige confrontar estos contenidos
con las expresiones concretas de la realidad y las necesidades sociopolíticas de la comunidad.
"Para [Bertrand] Russell, la función primordial de la universidad en la vida social consiste en cumplir
dos finalidades básicas: educar a hombres y mujeres para determinadas profesiones, y segunda, para fomentar
la cultura y la investigación, sin tener en cuenta la utilidad inmediata... Las universidades existentes,
apunta Russell, se organizan en base a dos teorías educativas. La que sostiene que el fin de la educación
superior es brindar cultura al individuo y desarrollar sus capacidades al máximo. Y la que sostiene que
el fin es formar ciudadanos útiles y considera la educación más en relación con la
comunidad que con el individuo. . . Finalmente, considera que debido a la estructura actual de la sociedad es inevitable
pronunciarse a favor de una educación que tenga más en cuenta la comunidad que el individuo"(1).
(1) HIERRO, GRACIELA, Filosofía de la Educación. México, Colegio de Bachilleres, Programa
de Actualización y Formación de Profesores, Area Pedagógica, Módulo II, 1980, p. 26.
Se hace indispensable, para cumplir debidamente con los propósitos de la educación superior, la definición,
en términos concretos, de las necesidades curriculares del estudiante. A esta tarea se orientan ya algunos
esfuerzos de los organismos especializados, de tipo didáctico o psicopedagógico, que en forma cada
vez más desarrollada existen ya en las universidades.
Estos organismos se han dedicado, entre otras tareas, a realizar un seguimiento del alumno, desde el nivel de bachillerato,
e intentan obtener la definición de un perfil del estudiante, lo que puede permitir, mediante una adecuada
orientación profesiográfica, la definición de vocaciones y la selección de las carreras
profesionales de nivel superior.
Desde el nivel del bachillerato, por otra parte, se propicia que el estudiante enriquezca su acervo de conocimientos
por medio de los contenidos propedéuticos de cada uno de los planes de estudios de las diversas instituciones.
Estos contenidos, aunados a la actitud interrogante, cuestionadora del adolescente, serán contrastados con
la asesoría pedagógica para identificar las inquietudes creativas y las necesidades racionales que
presentan los estudiantes de las diversas disciplinas del nivel de la educación superior.
En este sentido, el manejo de los conceptos, la diferenciación y la interrelación de los mismos,
deberá conjuntarse con su aplicación a las experiencias concretas ya consolidadas o que se encuentran
en proceso de desarrollo, para ir definiendo los contenidos de cada una de las disciplinas en la formación
del futuro profesional.
Otra tarea fundamental del proceso educativo es la de forjar en el estudiante el conocimiento de los procesos de
investigación, a través de los cuales aprenda a señalar los elementos distintivos que marcan
la extensión y los límites del conocimiento. Es decir, a encontrar en la investigación el
conjunto de criterios teóricos y estrategias hipotéticas que establece el hombre de ciencia para
proyectar el conocimiento e interpretar las realidades concretas.
LA BIBLIOGRAFIA EN RELACION CON LA EDUCACION SUPERIOR
Contenido
La lógica de la investigación científica y el rigor de la docencia exigen el conocimiento
de las variables y funciones de los presupuestos y discursos que las ciencias manejan. En estos términos,
una bibliografía resulta un auxiliar de inestimable valor, en tanto que puede recoger, con una metodología
rigurosa, las diferentes expresiones que el pensamiento humano ha generado a través de la historia.
La cada vez más amplia producción editorial del mundo contemporáneo, a más de las obras
que constituyen el acervo cultural humano, hacen de la recopilación bibliográfica una necesidad indispensable
que satisfacer para el investigador de cualquier disciplina.
Los diversos niveles del conocimiento establecen, por otra parte, diferentes modalidades para la elaboración
de catálogos de libros acordes a los requerimientos específicos para cada uno de los casos. Así,
es posible registrar exhaustivamente las obras referentes a un tema específico de una disciplina determinada,
o bien realizar un listado selectivo de obras fundamentales referentes a un tema general.
Parecería imposible, por otra parte, elaborar una bibliografía exhaustiva general de cualquier disciplina,
por lo que la opción generalmente escogida es la de formular selecciones de textos, sobre la base de criterios
específicos del especialista que elabora la bibliografía, o bien de orientaciones teóricas
que determinen los objetivos de la misma. De todas formas, una bibliografía debe contener la información
suficiente que ubique al investigador tanto en las formas como en los contenidos de la relación de textos
que presenta.
Entendemos pues por bibliografía una recopilación de los textos que constituyen un reflejo de la
historia del pensamiento, y que es organizada por el especialista de una manera sistemática y coherente,
acorde con los principios de cada disciplina en particular, y en su aspecto formal, con los principios de la bibliografía
en general.
Los elementos teóricos y las reglas analíticas y descriptivas de la bibliografía proporcionan
directrices que coadyuvan a una más adecuada orientación de los criterios del investigador. Dentro
de ellos, la forma y el contenido de los discursos y el desarrollo de las ideas científicas establecen guías
que ubican los intereses de los profesionales en los distintos campos de la cultura,
En la actualidad, aún no se ha concedido a la información bibliográfica la importancia que
debe tener tanto para la investigación científica como para la docencia en todos los niveles, pero
especialmente en el de la educación superior. En la mayor parte de los casos, el funcionamiento de las bibliotecas
se concibe como meramente administrativo o técnico, pero carece de la concepción de una dinámica
que permita orientar más eficazmente al estudioso en la búsqueda de información.
Para su mejor funcionamiento, las bibliotecas tendrían que contar con un cuerpo de asesores, profesionales
de las diversas disciplinas, que permitieran vincular el propósito creativo inicial del investigador con
los lenguajes escritos de la cultura que constituyen los acervos bibliográficos.
Si bien estas propuestas se sitúan en el terreno del funcionamiento óptimo de las bibliotecas, las
dificultades de su realización nos orientan a señalar la importancia fundamental que adquiere entonces
la bibliografía como puente de comunicación entre los elementos de la cultura y los interrogantes
del investigador.
A partir de estos conceptos, debemos afirmar entonces que una bibliografía no puede ser como en muchas ocasiones
se ha malentendido, un arbitrario e inútil listado de títulos. Todo lo contrario, la elaboración
bibliográfica debe constituir un reflejo objetivo y sistemático, y por lo mismo práctico y
aplicable, de los diferentes aspectos de la producción cultural.
Existen, desde luego, diferentes parámetros para la elaboración de estos catálogos, que de
cualquier manera deben constituir guías en el conocimiento: desde la bibliografía meramente descriptiva,
que incluya sólo los elementos formales del registro de cada texto, hasta la bibliografía analítica,
que sobre la base de ciertos elementos críticos permita una reflexión profunda del investigador de
la consulta, para la selección de las obras más acordes con los propósitos de su investigación.
Cada formulación bibliográfica presenta características que permiten ofrecerla con ventaja,
según los objetivos que persiga.
Así, una bibliografía descriptiva proporciona, de manera inicial, una información que puede
ser desconocida para el investigador. En segundo término, la sola descripción permite que el investigador
seleccione por sí mismo, partiendo de los propósitos de su estudio, los textos que le parezcan más
convenientes,sin dejarse guiar por una opinión sobre los textos, que puede ser reflejo de las orientaciones
y preferencias del autor de la selección bibliográfica.
De esta manera, los elementos técnicos de una bibliografía adquieren relevancia no en un aspecto
meramente cuantitativo, sino como factores que permiten evaluar la calidad del texto registrado. La seriedad reconocida
de un traductor, el renombre de una editorial, o la actualidad o antigüedad de la fecha de la publicación
se convierten en recursos de apoyo, que facilitan la precisión de la búsqueda; de manera semejante
sucede con la extensión o limitación de una obra, consignada en el número de volúmenes
y de páginas, y por descontado, el nombre del autor, el título del libro y el lugar de la edición.
Cabe mencionar el hecho de que la elaboración bibliográfica es un saber interdisciplinario, puesto
que, no obstante que la recopilación se refiera a algún tema muy concreto y específico, de
hecho remite a referencias relacionadas con diversas disciplinas, que pueden servir de apoyo al investigador. Tanto
más si la bibliografía abarca la consideración de un tema general del conocimiento, como es
la que aquí reseñamos. Todo ello, sin contar con que la misma bibliotecología establece, independientemente
de los recursos técnicos de que pueda valerse, los fundamentos teóricos y de conocimiento que tendrían
que hacer del bibliógrafo un conocedor de las diversas ciencias, para evitar que su labor se convierta en
el desarrollo mecánico de una técnica inútil.
"...a medida que se quiere circunscribir la tarea bibliográfica a la mera aplicación de unas
reglas y unos métodos técnicos, se le va alejando cada vez más de su concepción científica,
ya que se pretende que no tiene cabida en su cultivo ninguna aportación personal de creación. Por
una extraña paradoja, la preocupación de darle un valor supercientífico, al separarla del
gran sector de las humanidades, la convierte en un trabajo artesanal (2)"
(2) MANTECON NAVASAL, JOSE IGNACIO, El Instituto de Investigaciones Bibliográficas y la Bibliografía
Nacional." En Boletín de Investigaciones Bibliográficas. México, Instituto de Investigaciones
Bibliográficas, UNAM, T. I, Núm. 2, julio-dic., 1969, p. 81.
Por otra parte, toda bibliografía, como toda producción cultural, es, necesariamente, una obra histórica.
Es decir, se encuentra inscrita en un tiempo y en un espacio determinados, delimitados por el momento y el lugar
en que se produce. "Teniendo en cuenta esta. .. consideración, la de que el fin de toda bibliografía
es la de proporcionar al lector, al investigador o al estudioso una información sobre lo producido intelectualmente
por el hombre, es fácil llegar a la conclusión de que toda bibliografía, aun la nacida con
el más aséptico concepto de 'documentación', es una historia del arte o ciencia a que se contrae,
y el bibliógrafo antihistoricista se encuentra en la misma divertida situación del personaje de Moliére
que hablaba en prosa sin saberlo"(3). Quizá fuera conveniente, por ello, establecer la condición
de que los repertorios bibliográficos deben ser producto del trabajo de especialistas de la disciplina de
que se trata, o al menos estar asesorados por ellos, sin desconocer la importancia de los conocimientos del bibliotecólogo.
(3) Ibidem, p. 82.
El autor de un repertorio bibliográfico debe asumir, por lo mismo, la certeza de que su obra refleja la
circunstancia que la rodea, no sólo en la medida en que incorpora las obras hasta ese momento publicadas,
sino también los criterios y las corrientes de pensamiento o posiciones ideológicas vigentes, de
las cuales el autor es partícipe. Puede, por tanto, una bibliografía, ser perfectible y superarse.
La bibliografía se convierte entonces en vaso comunicante entre las ciencias y los científicos, reflejo
objetivo y sistemático de la producción cultural de todas las épocas. Es pues un lazo de unión
en el tiempo y en el espacio.
Por otra parte, todo repertorio bibliográfico es la expresión de una valoración crítica
que plasma el profesional que lo elabora; es el resultado de un proceso de selección, que necesariamente
parte de los propósitos que persigue la recopilación. En este caso, dado que presentamos una bibliografía
general para una licenciatura en Filosofía, los criterios de la selección realizada se integran a
los objetivos de la carrera a que está destinada.
SOBRE LA BIBLIOGRAFIA GENERAL DEL COLEGIO DE FILOSOFIA
Contenido
El Plan de Estudios de la licenciatura en Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM
señala, entre sus propósitos fundamentales, el de " . . . formar individuos aptos para analizar
críticamente desde la perspectiva filosófica el quehacer humano en general y las diversas expresiones
filosóficas en sus elementos, sus interrelaciones y sus principios de organización" (4). Hacer
operativos estos fines implica, entre otras cosas, cimentar la formación del estudiantado en los materiales
programáticos y los recursos bibliográficos que los orienten en su formación académica
para el ejercicio de la investigación y la docencia en su profesión.
(4) Organización Académica. México, Facultad de Filosofía y Letras UNAM, 1980-198t,
p. 62.
Es evidente que el imperativo de responder concretamente a los requerimientos de estudiantes y profesores de cualquier
disciplina para la preparación de clases y de trabajos de investigación, implica la necesidad de
proporcionar los instrumentos de trabajo que posibiliten orientaciones que complementen las que son ya dadas en
los programas de estudios.
Ello no quiere decir que estas premisas identifiquen el marco total de las necesidades académicas del alumno,
porque es claro que la filosofía no puede transmitirse como un saber hecho y acabado, y menos proporcionarse
sólo en un bloque bibliográfico.
Las estructuras de investigación de la filosofía, aunadas con el diálogo creativo entre el
profesor y el alumno, generarán el interés para profundizar en los problemas, lo cual requerirá
de la búsqueda de nuevas fuentes de conocimiento que permitan al estudiante forjarse un criterio crítico,
filosóficamente fundado. En este caso, la bibliografía adquiere una nueva dimensión la que
representa el constituir un elemento fundamental en el proceso mismo de la educación superior. El repertorio
bibliográfico permite aquí comunicar al estudiante con el profesor y con sus cursos, pero por otra
parte, establece una relación entre el estudiante y el desarrollo del pensamiento filosófico a través
de la historia.
La experiencia recogida al dar a conocer los borradores y los originales de este trabajo a algunos profesores del
Colegio de Filosofía, nos permitió constatar la utilidad de la misma confirmando que estaría
referida no a la simple consulta de elementos de apoyo para los cursos profesionales de la carrera sino como información
válida para los mismos profesores en sus investigaciones, y para los pasantes de la licenciatura que se
encuentran en el proceso de elaboración de sus tesis profesionales.
La selección de los textos para la elaboración de este repertorio tuvo como fuente original el conjunto
de indicaciones bibliográficas proporcionadas por los profesores del propio Colegio de Filosofía,
en los programas de las materias que imparten.
A este acervo original se fueron agregando los resultados de una investigación que comprendió la
revisión de los ficheros de la Biblioteca Samuel Ramos, de la Facultad de Filosofía y Letras; la
del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM; la Biblioteca Central de la Ciudad Universitaria;
la Biblioteca Nacional y, parcialmente, la biblioteca de El Colegio de México. Fueron revisados también
los catálogos recientes de las principales editoriales mexicanas -Siglo XXI, Fondo de Cultura Económica,
Grijalbo, Nueva Imagen, Nuestro Tiempo y otras-, y finalmente, algunos compendios bibliográficos, como la
Bibliografía Filosófica Mexicana, editada por el Instituto de Investigaciones Filosóficas,
y la Bibliografía Mexicana, que anualmente edita el Instituto de Investigaciones Bibliográficas,
ambos de la UNAM. Se incorporó asimismo una bibliografía exhaustiva de las obras del doctor José
Gaos.
De los títulos consultados se hizo una selección, ante la imposibilidad de registrar todos los textos.
No se trata, pues, de un repertorio bibliográfico exhaustivo, sino de una bibliografía centrada en
las necesidades de la investigación y la docencia que sugiere el abordaje de los estudios de la licenciatura
en Filosofía.
La organización de los registros bibliográficos obedece, en principio, a la estructura del Plan de
Estudios de la licenciatura en Filosofía. Es decir, las obras registradas están distribuidas en las
nueve áreas de que dicho Plan de Estudios consta. Es por ello posible que en ocasiones alguna obra aparezca
registrada en dos o más secciones, o bien por el contrario que se encuentre exclusivamente en alguna de
las subdivisiones por área.
Para facilitar al lector la consulta de este repertorio, las fichas fueron organizadas en orden alfabético.
El proyecto inicial de elaboración de esta bibliografía contemplaba la ordenación de los registros
de acuerdo a cada uno de los programas, pero la constante repetición de muchos de ellos, que por obvias
razones aparecen en diferentes materias, nos obligó a colocar cada una de las obras en las áreas
que, en principio, parecen corresponder más a su contenido, aunque teniendo siempre presente la interrelación
de los problemas y de las áreas entre sí.
Las indicaciones bibliográficas señaladas en los programas de las materias aparecían muchas
veces incompletas. Se realizó la investigación bibliográfica correspondiente para reunir los
datos completos de cada ficha, pero en algunas ocasiones ello no fue posible, especialmente en los casos de artículos
publicados en revistas editadas fuera del país, de difícil localización, por lo que algunos
registros aparecen todavía carentes de algunos datos.
Con el fin de facilitar a los lectores la consulta de los textos, la investigación comprendió también
la localización tipográfica de cada volumen en las bibliotecas revisadas. De esta manera, en la parte
inferior izquierda de la ficha correspondiente a cada uno de los textos aparece la colocación que le corresponde,
y en la parte inferior derecha, las siglas correspondientes a la biblioteca donde fue localizado. Se incluye, desde
luego, un índice de abreviaturas que comprende tanto a las bibliotecas, como a algunas publicaciones periódicas
que aparecen frecuentemente.
AREAS DE CLASIFICACION BIBLIOGRAFICA Contenido
Pasaremos en seguida a reseñar algunas características generales de los contenidos de esta bibliografía
que, como he mencionado anteriormente, se circunscribe al ordenamiento que por áreas de materias implica
el estudio de los problemas y temas que históricamente ha constituido el proceso y desarrollo del filosofar.
Sería imposible mencionar los contenidos temáticos de las obras registradas; ello implicaría
la elaboración de una bibliografía analítica. Mencionaremos por ello solamente las características
generales de las obras contenidas en cada área dentro de las que se hallan representadas las principales
tendencias filosóficas, en particular las vigentes hoy día.
El área I del Plan de Estudios de la licenciatura en Filosofía comprende las Materias Propedéuticas
e Instrumentales que incluyen los siguientes cursos: Introducción a la Filosofía; Principios y Técnicas
de la Investigación Filosófica; Didáctica de la Filosofía y Práctica Docente
Dirigida; Filosofía de la Educación, y un Seminario de Investigación y Tesis.
Se incluyen en esta primera sección las obras a través de las cuales el estudiante podrá tener
un conocimiento preciso de los principales temas o problemas que constituyen el objeto de las disciplinas filosóficas
capitales, sea que a este objetivo se llegue por la vía histórica o por medio del conocimiento de
algún sistema filosófico en particular. Asimismo, el alumno encontrará obras de consulta y
apoyo que le permitan llegar a dominar las técnicas adecuadas para llevar a cabo investigaciones filosóficas
formal y materialmente bien conducidas.
A este respecto, este apartado constituye una primera aproximación al quehacer filosófico, que permite
al estudiante de primer ingreso a la carrera de Filosofía, o al estudioso del nivel medio superior, acceder
al conocimiento filosófico a manera de iniciación. El apartado II, que comprende el área de
la Lógica, incluye las siguientes materias: dos cursos de Lógica (I y II), de manera obligatoria,
y como materias optativas: Lógica Superior, Lógica Avanzada, Problemas de Lógica, Lógica
de Aristóteles, Conceptos Básicos de las Matemáticas, Introducción a la Lingüística,
Lingüística Estructural y Transformacional, Filosofía del Lenguaje, Filosofía de la Lógica,
Seminario de Filosofía Exacta, Seminario de Problemas de Lógica y Ciencia Factual; y finalmente,
Seminario de Fundamentos de las Matemáticas.
A través de los textos que hemos incorporado en este segundo apartado, se intenta coadyuvar al cumplimiento
de los objetivos establecidos para el área correspondiente, a saber: que el estudiante llegue a poseer y
dominar los instrumentos formales que le permitan analizar la estructura y validez o invalidez de los lenguajes,
de los conceptos y de las argumentaciones. Aparte de que el alumno deba tener este dominio de los principios y
métodos para el correcto análisis conceptual de los lenguajes, en etapas más avanzadas, también
se propone en esta área que el estudiante se inicie en el tratamiento de ciertos problemas filosóficos
de la lógica y del lenguaje, como los de la verdad, el significado, la axiomatización, la relación
entre lógica y ontología, la relación entre lógica y conocimiento, y otras más
que corresponden a este campo.
Se incluyen en el área III, denominada Teoría del Conocimiento y Filosofía de la Ciencia,
como materias obligatorias la Teoría del Conocimiento y Filosofía de la Ciencia. Y en esta misma
área, en calidad de materias optativas, se encuentran cuatro cursos sucesivos de Historia de la Ciencia,
Introducción a la Lexicología y Semántica, Introducción a la Ciencia y la Tecnología,
Semántica Filosófica, Inducción y Probabilidad, Métodos de Investigación, Metodología,
La Teoría del Conocimiento de Platón y Kant, Los Universales: el Realismo, y cinco Seminarios, con
los siguientes títulos: Semántica y Epistemología, Estudios Interdisciplinarios, Problemas
del Conocimiento, Metodología, y finalmente, Epistemología.
Por la importancia que recientemente ha venido adquiriendo este aspecto del conocimiento filosófico, el
área referida a la teoría del conocimiento es de las más abundantes en cuanto a los textos
que en ella se incorporan. A ello se debe que el apoyo bibliográfico que estos textos proporcionan, contribuya
en buena medida a lograr que el estudiante de filosofía llegue a adquirir una idea lo más precisa
posible de la naturaleza del problema filosófico del conocimiento en general, y que pueda llegar a dominar
no sólo la información, sino también una capacidad suficiente para examinar, plantear y criticar
las más importantes soluciones filosóficas que se han ofrecido en torno a la naturaleza, origen,
alcance y fundamentos del conocimiento en general.
Es posible también que a través de los textos recopilados en esta sección, pueda lograrse
el mismo propósito para el caso específico del estudio de los problemas filosóficos que surgen
del análisis del conocimiento científico. Podríamos decir que encontramos en las obras registradas
en este apartado la manifestación de estos temas, que abordan la problemática de la estructura de
las teorías científicas, el método científico, la explicación científica
y los fundamentos del conocimiento científico, lo mismo si se enfocan estos problemas desde el punto de
vista lógico y epistemológico que si se los enfoca desde el punto de vista histórico y dinámico.
La cuarta sección de esta bibliografía corresponde al área de Antropología Filosófica
y Etica del ya citado Plan de Estudios. Incluye una sola materia obligatoria, Etica, y siete materias optativas:
Axiología, Antropología Filosófica, Filosofía de la Religión, Etica y Política
de Aristóteles, y tres Seminarios: de Axiología, Problemas de Etica y Filosofía de la Educación.
Nadie que intente penetrar en el conocimiento filosófico podrá pasar por alto la consulta de algunos
de los textos incluidos en este apartado. Esta consulta contribuirá a posibilitar el discernimiento de los
problemas propios de la ética o filosofía moral, frente a los que pertenecen al campo de la moralidad
concreta y la antropología empírica. Por otra parte, podrá cumplir así otro objetivo
del estudio de la ética: lograr el dominio adecuado para plantear, examinar y criticar, e incluso proponer
intentos de solución a los problemas distintivos de estas disciplinas filosóficas.
De la misma manera que en el caso anterior, el área V, correspondiente a la Estética y Teoría
del Arte, consta de una sola materia obligatoria, en esta caso Estética, y varias optativas: Estética
Contemporánea, Problemas de Estética, Conceptos y Principios de la Literatura, Conceptos del Arte,
Principios y Conceptos de las Artes, Filosofía y Literatura, a más de tres Seminarios: de Estética,
de Filosofía y Poesía, y de Filosofía y Literatura.
Aspecto fundamental del conocimiento filosófico, el campo de la estética recoge una amplia producción
bibliográfica en la que se abordan los problemas que se plantean al filósofo a propósito de
las obras de arte en general, frente a los problemas más particulares y circunstanciales que se plantea
el crítico de arte. Hemos incorporado en esta sección muchos de los textos que pueden permitir al
estudioso el desarrollo de una capacidad idónea para examinar y criticar filosóficamente, así
como buscar soluciones a problemas como el de la naturaleza de la obra de arte, el problema del conocimiento estético.
También de importancia relativamente reciente, la producción bibliográfica que se refiere
a la Filosofía de la Historia y de las Ciencias Sociales resulta sumamente abundante, y ello se refleja
en la estructura del área VI. La única materia obligatoria, Filosofía de la Historia, se ve
complementada por un gran número de materias optativas: Historia de la Filosofía de la Historia,
Filosofía Política, Economía y Filosofía, Historia y Sociología, Ideología
y Sociedad, Teoría Política Contemporánea, El Método de las Ciencias Sociales, Metodología
de las Ciencias Sociales, Métodos y Técnicas de la Investigación Histórica, Problemas
y Conceptos de la Historia, Materialismo Histórico, y cinco Seminarios: de Filosofía de las Ciencias
Sociales, de Filosofía Política, Estudios Interdisciplinarios, Materialismo Histórico, y finalmente,
un Seminario sobre El Capital.
La selección de textos bibliográficos incluidos en esta área se orienta a la posibilidad de
que el investigador acceda con el mayor rigor y claridad posibles, a un campo de problemas filosóficos específicos
que se ofrecen al examinar la naturaleza y estructura de las ciencias que se ocupan de los fenómenos sociales,
de la sociedad y de la historia. Es posible también que a través del conocimiento de algunos de estos
trabajos, el estudioso conozca, se plantee, examine y pueda criticar teóricamente, problemas a los que nos
enfrentan estas disciplinas: ¿tienen las ciencias sociales una estructura, un método, unas leyes,
una forma de explicar, diferentes a las que son propias de las ciencias llamadas naturales? ¿En qué
consiste la naturaleza, el método, la explicación, las leyes, el alcance, los límites y fundamentos,
del conocimiento científico-social? Cuestiones como éstas se plantean centralmente al filósofo
de las ciencias sociales, al filósofo de la historia, al filósofo del derecho y de la política.
Las respuestas a estos problemas, vertidas a través de múltiples manifestaciones, se orientan no
sólo a la interpretación teórica de la sociedad, sino también a la posibilidad de influir
en su transformación.
Las obras que se recogen para integrar el apartado séptimo de la selección bibliográfica se
comprenden bajo el rubro de Ontología y Metafísica. Estos enunciados corresponden también
a las dos materias obligatorias del área respectiva, a las que se agregan, como materias optativas: Metafísica
de Aristóteles, Ontología Contemporánea, y los Seminarios de Metafísica y Ontología.
El problema central de la metafísica, esto es, la pregunta por la naturaleza del ser en general, y que la
distingue de las cuestiones que son propias de las ciencias particulares, es el tema alrededor del cual se ubican
los contenidos de las obras incorporadas en este apartado. La consulta de las mismas nos parece que puede despertar
y acrecentar en el estudiante el sentido inquisitivo para analizar los textos clásicos de la Metafísica
antigua, medieval, moderna y contemporánea, a través de los distintos enfoques que diversas corrientes
han presentado.
La Historia de la Filosofía, con seis cursos obligatorios en los que se recorren las principales aportaciones
al conocimiento filosófico que se han dado a través del desarrollo de la humanidad, es el tema del
área VIII. A ella corresponden también los temas comprendidos en las materias optativas que la integran:
Lectura de Textos Filosóficos Griegos, La Filosofía de Platón, La Filosofía de Aristóteles,
Filosofía Antigua Greco-Romana, Civilización Greco-Latina, Los Arabes, Lectura de Textos Filosóficos
Medievales, La Filosofía de Santo Tomás, La Cultura en la Edad Media, Humanismo y Renacimiento, Reforma
y Contrarreforma, La Filosofía Moderna: Descartes-Bacon, La Filosofía de Spinoza, La Filosofía
de Leibnitz, Filosofía de la Ilustración, Filosofía Alemana, Filosofía Francesa, Filosofía
Inglesa, Filosofía Tomista, Historia de las Ideas, La Filosofía de Kant, La Filosofía de Hegel,
La Filosofía de Marx, Filosofía Contemporánea, Filosofía Alemana Contemporánea,
y cinco Seminarios: Filosofía Griega, Textos Filosóficos Griegos, Kant, Filosofía Moderna:
Hegel; y por último, Existencialismo.
Hemos pretendido, a través de la selección de textos recogidos para este apartado, proporcionar los
elementos para adquirir la información suficiente sobre las corrientes que registra la historia universal
del pensamiento filosófico, y además de ello, las obras que permiten despertar y desarrollar el interés
y la capacidad para analizar, comentar e interpretar los textos originales de los filósofos, y valorar la
importancia que aún conserven para comprender la filosofía del presente.
Finalmente, el área IX, de Filosofía en México y en Latinoamérica, que incluye como
materia obligatoria la de Filosofía en México, y como materia optativa la de Filosofía Latinoamericana,
incluye también tres Seminarios: de Filosofía en México, de Historia de las Ideas en Latinoamérica
y de Ideología Política en América Latina.
Los contenidos bibliográficos incorporados en esta sección se orientan no sólo a proporcionar
información sobre la obra filosófica de los autores mexicanos y latinoamericanos, a través
de las distintas épocas históricas, sino también a deslindar el lugar e importancia que les
corresponda en la historia universal de la filosofía, a más de relacionarlos con la problemática
que el conocimiento filosófico confronta con el fin de posibilitar un análisis crítico de
los planteamientos específicos que ha formulado la producción filosófica de este continente.
Este trabajo, porque es una obra de elaboración personal, constituye un repertorio colectivo por la multiplicidad
de producciones que recoge. Pero al mismo tiempo, es un producto que se ofrece a la comunidad filosófica
para su discusión y análisis crítico, con el fin de establecer mayores exigencias de rigor
para su mejoramiento. "La paulatina constitución de una comunidad filosófica más amplia...
podría suministrarnos la 'masa crítica' que requiere el pensamiento racional para ponerse a prueba,
depurarse, y acceder a un ejercicio permanente de autoexigencias"(5).
(5) VILLORO, LUIS. "Discurso Inaugural del Primer Congreso Nacional de Filosofía", Guanajuato,
Gto., diciembre, 1981.
Todo repertorio bibliográfico, como toda obra humana, es perfectible. Esta primera versión de una
bibliografía para la licenciatura en Filosofía, tiene la intención de ofrecerse a los profesores
y estudiantes de la carrera como una obra que puede ser consultada de manera inmediata con alguna utilidad. Pero
se presenta también como una plataforma de trabajo que proyecta un marco inicial que puede enriquecerse
posteriormente con las aportaciones y sugerencias que los miembros de la comunidad del Colegio de Filosofía
y de otras instituciones puedan hacer, para futuras ediciones.
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