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El 31 de agosto de 1984 será siempre recordado como la fecha en la cual la Universidad de Yucatán
obtuvo, de derecho, su autonomía.
Fue la culminación de un proceso iniciado a principios de 1981, durante el cual las autoridades universitarias,
los profesores y los alumnos pugnaron en forma abierta por la inclusión de la palabra "autónoma"
en el texto de su ley orgánica.
Esta situación se originó en virtud de que la Universidad creada el 25 de febrero de 1922 por Felipe
Carrillo Puerto, no contenía en los articulados del decreto y las leyes correspondientes la palabra "autónoma",
pese a que de hecho el gobierno de Carrillo Puerto como todos los posteriores se la reconocieron.
El proceso que desembocaría en el reconocimiento de la autonomía comenzó en noviembre de 1980,
cuando la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado negó el registro a los dos sindicatos universitarios
creados dos meses antes. Estos son: la Asociación de Personal Académico de la Universidad de Yucatán
(APAUDY) y la Asociación Unica de Trabajadores Administrativos y Manuales de la Universidad de Yucatán
(AUTAMUDY).
El rechazo de la Junta se basó en la tesis oficial de que "La Universidad de Yucatán no era
autónoma."
La APAUDY pidió amparo a la Justicia Federal y en diciembre del mismo año las dos asociaciones solicitaron
a la Rectoría que el Consejo Universitario hiciera las aclaraciones necesarias ante el Gobierno del Estado
en relación a la autonomía.
En enero el Juez Segundo de Distrito falló a favor de la APAUDY, estableciendo que la Universidad de Yucatán
está estructurada como Universidad Autónoma desde su fundación. El fallo se basó en
los Decretos 15, 98 y 127 del Gobierno del Estado.
Un mes después, el Rector de la Universidad solicitó al Gobernador el reconocimiento oficial de la
autonomía para el registro correspondiente de las asociaciones laborales en la Junta de Conciliación
y Arbitraje. El Gobernador prometió dedicar atención al asunto.
El 25 de febrero, en la Sesión Extraordinaria del Consejo Universitario en homenaje a Felipe Carrillo Puerto
al conmemorarse el LIX aniversario de la fundación de la Universidad de Yucatán, los doctores Honoris
Causa de la Casa de Estudios, José Esquivel Pren, Alberto Trueba Urbina, Silvio Zavala y Arcadio Poveda,
afirmaron públicamente que la Universidad "nació autónoma".
Los doctores Honoris Causa insistieron en que la petición al Gobierno del Estado debía ser de "reconocimiento"
y no de "otorgamiento".
El 9 de marzo de 1981 el Consejo Universitario solicitó por escrito al Gobernador el reconocimiento de la
autonomía universitaria. El Jefe del Ejecutivo Estatal comunicó a la representación universitaria
la elaboración de un proyecto de Ley Orgánica para la Universidad estructurado por su Gobierno, el
cual se negó a proporcionar. Además exigió a la representación universitaria la presentación
en un plazo perentorio de una iniciativa de actualización de su Estatuto o de su Ley Orgánica.
La Comunidad Universitaria, después de un amplio trabajo de consulta, el 29 de abril entregó al Gobernador
el Proyecto de Ley Orgánica. Sin embargo el Ejecutivo, en el mes de junio, envió al Congreso del
Estado su iniciativa de Ley Orgánica, dejando de lado la redactada por la Comunidad Universitaria.
El proyecto de Ley del Gobierno carecía de sus artículos transitorios, pero a pesar de eso, el Congreso
lo aprobó con la oposición de cuatro diputados, el 23 de junio del mismo año.
El día 7 del siguiente mes, la Universidad de Yucatán interpuso recurso de amparo ante el Juez Segundo
de Distrito, el cual lo concedió el día 13, con la suspensión provisional contra los efectos
de la aplicación de la Ley Orgánica promulgada.
El 20 de julio se concedió la suspensión definitiva en el juicio de amparo, y el Gobierno del Estado
retuvo, durante casi un mes, el Subsidio Federal.
El clima de tensión entre Gobierno y Universidad se recrudeció por esas fechas, llegando a extremos
de violencia y en septiembre un grupo de "porros" se apoderó del Edificio Central como fuerza
de presión para el desistimiento del amparo.
El 6 de noviembre de 1981 el Juez Segundo de Distrito emitió el fallo de fondo, negando el amparo a la UDY,
pero la Casa de Estudios interpuso el Recurso de Revisión, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación
por considerar que el fallo del Juez era injusto, violatorio de la autonomía universitaria garantizada por
la Fracción VIII del Artículo III Constitucional.
En noviembre de 1982 asumió la Rectoría el Ing. Alvaro Mimenza Cuevas, que entre los asuntos prioritarios
de su gestión asumió la defensa de la autonomía universitaria.
Esta situación se mantuvo estática, en virtud de las elecciones gubernamentales que dieron al estado
un nuevo Jefe del Ejecutivo.
El nuevo Gobierno colaboró a disminuir la tensión y se mostró propicio a una nueva revisión
del caso. Pero el proceso se aceleró cuando el Gobernador electo pidió licencia y asumió el
cargo el señor Víctor Cervera Pacheco, quien definitivamente se mostró dispuesto a respetar
y a reconocer de hecho y de derecho la autonomía de la Universidad de Yucatán.
En realidad la Ley Orgánica aprobada es el anteproyecto enviado por el Consejo Universitario al Jefe del
Ejecutivo Interino.
La promulgación de la nueva Ley Orgánica, la cual otorga a la Universidad la autonomía de
derecho, convirtiéndola en Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) devolvió a la Casa
de Estudios su tranquilidad para el desempeño de sus funciones.
Con la autonomía plasmada en su nueva Ley Orgánica, la Universidad ha comenzado una nueva etapa de
superación académica, científica y cultural. Las tensiones son ya cosa del pasado y han servido
como experiencia que permite valorar aún más el saberse respetados y estimados en la medida adecuada.
Las autoridades universitarias, con base en la nueva Ley, se han dado a la tarea de reestructurarla y propiciar
cauces que permitan su crecimiento programado.
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