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Antecedentes Contenido
El problema de la actualización en el diseño curricular apela a una posición crítica
permanente de parte de quienes se encuentran involucrados en la confección de planes de estudio. Mantenerse
al día en el campo correspondiente de conocimiento significa, en términos de acumulación de
la información, prestigio y respetabilidad frente a una comunidad académica determinada; aquel que
intenta mantenerse al corriente de las últimas producciones en un plan de estudios cualquiera, siente la
angustia del fanático de los rotativos que no puede leer el diario del día anterior ni interrumpir
su lectura por una semana. Sin embargo, en la última década, los intentos han sido múltiples
y laboriosos, han propiciado la evolución del discurso curricular en nuestro país. Intentaremos describir
nuestra experiencia llevada a cabo en el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociales, motivada por un proyecto de revitalización de los planes de estudios en 1982.
Después de innumerables discusiones sobre la conveniencia de modificar nuevamente el plan de estudios de
1976, se llegó a la siguiente conclusión: tomando en cuenta los cambios periódicos del plan
de estudios de la carrera, y la enorme dificultad que conlleva la autorización del Consejo Técnico
de la Facultad y del Consejo Universitario, se procedió a realizar una revitalización del currículo
en Ciencias de la Comunicación.
En aquel momento, la instancia más calificada para prestar asesoría sobre diseño curricular
era el Centro de Investigaciones y Servicios Educativos (CISE) de la propia UNAM, con el que se llevó a
cabo un convenio en marzo de 1982. El CISE designó a un experto en cuestiones curriculares para apoyar al
grupo de investigadores que se encontraba trabajando sobre diversos aspectos concernientes al plan de estudios
de la carrera. Por revitalización se comprendía el reestructurar y dar actualidad a los contenidos
de las diversas asignaturas que conforman el currículo. Para tal efecto, se llevaron a cabo sondeos entre
docentes, estudiantes y profesionales y se realizaron estudios sobre lo que teóricamente, y desde el punto
de vista epistemológico, debiera ser el comunicador social.
En 1951, fecha de la fundación de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, se instituyó
la carrera con el título de Periodismo, y desde entonces han existido cinco planes de estudios diferentes.
El primero de éstos se estableció para formar periodistas de amplios conocimientos sobre cultura
general. Se fundamentaba básicamente en la concepción de un profesional del estilo de los de fines
de siglo pasado y principios del presente.
Las siguientes reformulaciones del currículo consideraron la experiencia académica antecedente y
los cambios externos que provocaron modificaciones en el perfil profesional. Con el tiempo, el plan de estudios
adquirió un carácter más especializado y se multiplicaron las asignaturas técnicas,
fundamentalmente de redacción periodística y algunas materias afines como la publicidad, la propaganda
y las relaciones públicas. Con la adopción del plan de estudios de 1976, vigente hasta la fecha,
la carrera pasó a llamarse Licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
En el mes de marzo de 1982, el Departamento de Comunicación presentó en el Congreso Anual del Consejo
Nacional para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación(*) una ponencia
que resumía los principales postulados y consideraciones que se le tuvieron en cuenta para la reestructuración
de las áreas académicas del currículo de la carrera. Varias universidades del interior de
la República se interesaron por las propuestas explicadas en la revitalización que se había
planteado. Desde luego, surgieron numerosas dudas, debidas sobre todo al desconocimiento del contexto en que se
dieron las modificaciones. Y a esa inquietud se debió el interés por escribir el presente artículo.
Trataremos, pues, de responder a las anteriores y a otras preguntas.
(*) CONEICC es un organismo que agrupa 26 escuelas y facultades dedicadas a la enseñanza de la comunicación.
Los congresos anuales pretenden ser un intercambio de experiencias y un foro de discusión sobre temas relevantes
del área de ciencias de la comunicación.
En la actualidad, el plan de estudios de la carrera (vigente a partir de 1976, fecha en la que culminaron los esfuerzos
de las unidades académicas de los departamentos para sistematizar la enseñanza de las cinco especialidades
de la Facultad) responde a nuevas modalidades y opciones. Un extenso documento, producto de las reuniones, se sometió
a los profesores de la Facultad para solicitar sus observaciones y puntos de vista sobre las nuevas propuestas.
La modalidad de los planes de estudios quedó finalmente establecida de la siguiente manera:
La Formación Básica, común a las licenciaturas de la Facultad (Ciencias de la Comunicación,
Administración Pública, Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales y Sociología),
comprende cinco áreas fundamentales de las Ciencias Sociales: Historia Mundial Económica y Social,
Teoría y Metodología; Métodos y Técnicas de Investigación; Economía Política;
y Formación Social Mexicana.
En seguida tenemos la Formación Básica de la licenciatura, en la que se trabaja alrededor del problema
específico de cada especialidad, y permite al estudiante conocer las principales corrientes teóricas
en el campo de la comunicación y sus posibles aplicaciones en la práctica profesional; del mismo
modo, brinda la posibilidad de conocer los rumbos que ha tomado la práctica investigativa y las metodologías
empleadas. En este periodo se cursan asignaturas tales como: Teorías de la Comunicación, Introducción
a la Lingüística, Desarrollo, Régimen y Estructura de los Medios de Comunicación Colectiva,
Géneros Periodísticos Informativos de Opinión e Interpretativos, Técnicas de Información
por Radio, Cine y Televisión, Psicología y Sociología de la Comunicación Colectiva.
Posteriormente, en séptimo y octavo semestres, se ingresa a lo que comúnmente se denomina como opciones
vocacionales, divisiones que obedecen a los campos del mercado de trabajo.
Las asignaturas de la Formación Básica de especialidades se encontraban agrupadas en 3 áreas
académicas que pretendían ser el antecedente de las opciones vocacionales, correspondientes a los
3 campos profesionales fundamentales. Esas áreas, periodismo, investigación científica de
la comunicación y audiovisual, no tenían sus funciones suficientemente delimitadas; paralelamente,
el paso del tiempo orilló a los estudiosos del currículo a actualizar los conocimientos que día
a día se generaban, y se siguen generando, en el cambiante e indefinido campo de las Ciencias de la Comunicación.
Así, el cambio de 1976 marca una importante transición de lo que postulaba la que podríamos
llamar la vieja guardia, que concebía los estudios como exclusivos del ámbito periodístico,
a las nuevas exigencias que plantean el conocimiento y el desarrollo epistemológico -aunque incierto- de
la comunicación social.
Estos nuevos requerimientos del novedoso campo de estudio hicieron evidentes necesidades específicas que
debían resolver tanto los expertos en desarrollo curricular, como los propios especialistas en comunicación.
Por ello, se solicitó auxilio al Centro de Investigación y Servicios Educativos de la UNAM para que
apoyara al Departamento en la metodología y pasos que debían seguirse en la modificación del
currículo de la carrera.
Problemática curricular y sentido de la revitalización del plan de estudios
Contenido
La decisión de revitalizar el plan de estudios de la carrera de Ciencias de la Comunicación significó
la posibilidad de efectuar algunas modificaciones curriculares, a partir de los problemas y necesidades que habían
sido detectados en el Departamento de Ciencias de la Comunicación.
Desde esta perspectiva, la asesoría se llevó a cabo a través de varias reuniones de trabajo
con el personal académico del Departamento dedicado a esa tarea. Empero, si bien se consideró necesario
contar con la participación significativa de maestros, alumnos y egresados para la realización de
este proyecto, las posibilidades de tiempo y disponibilidad, así como las condiciones circunstanciales que
privaban en ese momento, limitaron la participación esperada, lo que nos llevó a formar un grupo
de trabajo integrado por personal académico-administrativo del Departamento.
Es conveniente señalar que, debido al contexto y las limitaciones que circunscribieron la propuesta de revitalización
del plan de estudios, ésta se planteó únicamente como un proyecto de transición entre
el plan de estudios vigente y un nuevo plan que se elaborase posteriormente, lo cual implicó ciertas dificultades.
Por una parte, ante los problemas y necesidades identificados en la práctica docente de la carrera -determinada
en parte por el currículo respectivo-, la propuesta de revitalización posibilitaba reestructurar
el plan en algunos aspectos, iniciar su aplicación y prever su evaluación, con la perspectiva de
consolidar un trabajo de mayor amplitud y profundidad. Por otra parte, si bien se contaba con todo el apoyo de
las autoridades de la Facultad y del Departamento, existía el riesgo de que los cambios efectuados no perdurasen
el tiempo necesario para lograr su concreción más acabada, dado que no se podía lograr el
reconocimiento del Consejo Técnico en el corto plazo.
Obviamente, se asumió este riesgo, considerando el enriquecimiento significativo que representaba la revitalización
del nivel teórico y empírico, tanto en su fase de análisis como en la de su aplicación.
Es preciso mencionar que ante la imposibilidad de efectuar una evaluación curricular con la profundidad
necesaria, se buscó elaborar una propuesta que respondiera al análisis de la problemática
y que tuviera solidez teórica en sus fundamentos pedagógicos y sociales.
La revitalización se pensó como una propuesta de ajuste de los contenidos de la formación
básica de la especialidad, así como de las opciones vocacionales del plan de estudios, con el fin
de consolidar y enriquecer la formación teórico-práctica correspondiente a la disciplina de
las Ciencias de la Comunicación.
La elaboración de la propuesta de revitalización implicaba analizar críticamente diversos
aspectos de la teoría curricular, así como algunas propuestas y experiencias curriculares alternativas,
con el objeto de sostener una posición ante la problemática curricular que se debatía en ese
entonces.
El trabajo de revitalización implicaba, por otra parte, reconocer el compromiso de la Universidad con las
necesidades sociales en el campo de la Comunicación. Por tanto, pretendimos que la propuesta se fundamentara
en una concepción global del currículo del aprendizaje, de la formación profesional y del
papel de la Universidad frente al campo de la Comunicación en nuestro país.
En este sentido, el análisis de la problemática curricular se inscribió en la consideración
de los siguientes aspectos: el contexto de la UNAM, la caracterización disciplinar de las Ciencias de la
Comunicación, las diversas prácticas profesionales relativas a este ámbito, los planes de
estudios anteriores al de 1976 y algunos otros concernientes al mismo campo, de otras universidades del país.
La reflexión conceptual, por lo tanto, se centró en el análisis de los siguientes planteamientos:
- La necesidad de reelaborar un currículo que tomara en cuenta no únicamente las exigencias coyunturales
de la profesión, sino la aplicación del conocimiento para el desarrollo social.
-El currículo como propuesta de aprendizaje y sus determinaciones en la práctica de docentes y alumnos.
-El aprendizaje como proceso de construcción del conocimiento y transformación de la realidad en
el campo de las Ciencias de la Comunicación.
- La necesidad de formar integralmente al individuo, posibilitando su participación en actividades extracurriculares,
mediante servicio social o participando en algunos aspectos de la práctica profesional, tales como visitas
de observación a diferentes zonas del país, exposiciones, conferencias, etcétera.
- La necesidad de generar la corresponsabilidad entre estudiantes y docentes en torno de la problemática
curricular y académica en general.
-La definición de la formación profesional en sus aspectos teórico, metodológico, técnico
y crítico, ante la problemática de la demanda de las diferentes prácticas profesionales.
Todo lo anterior con el afán de posibilitar la formación de un profesional acorde con las necesidades
de cambio y transformación de nuestra sociedad; así, el comunicador social deberá ser un científico
comprometido con su momento histórico y con las necesidades de los grupos sociales menos favorecidos.
Ese análisis giró en tomo al interés de posibilitar la formación de comunicadores sociales
habilitados para el cambio; entendiendo el cambio como un proceso tendiente a la evolución de la práctica
social en nuestro campo, tanto en la transformación de los modelos de comunicación, como en lo relativo
a la representación de amplios sectores en la práctica de comunicación, al manejo de los medios,
etc., de acuerdo con la situación prevaleciente en el país.
Descripción de la revitalización Contenido
A continuación presentamos los aspectos principales del proceso de revitalización del plan de estudios,
con el propósito de que pueda ser objeto de reflexión y estudio crítico, tanto para nosotros
como para todos aquellos que intervengan en procesos similares.
A partir del análisis efectuado y de la consideración de las investigaciones que se habían
realizado en el Departamento en torno del currículo y el campo profesional del egresado de la carrera, se
elaboraron las directrices de cambio de los contenidos del plan.
En una primera aproximación a esta problemática, se esbozaron los criterios para estructurar en 4
áreas, con el fin de reorganizar y actualizar los contenidos, las materias que se encontraban concentradas
en 3; se plantearon asimismo las principales características de la formación profesional del comunicador,
con la perspectiva de que éste, en la práctica de su profesión, genere la comunicación
social que exigen esos grupos sociales menos favorecidos.
En lo que se refiere al análisis del plan de estudios, se elaboró un mapa curricular en lo general,
a partir de los objetivos y los temas enunciados en los programas de cada una de las materias del currículo
de 1976.
No se llevaron a cabo ni el análisis de los contenidos básicos ni su estructuración curricular,
ya que no fue posible trabajar en la organización de los contenidos de todas las asignaturas ni conocer
el manejo puntual que cada profesor hacía de los contenidos básicos en su asignatura; por tanto,
reconocemos que el mapa elaborado no demuestra toda la complejidad de los contenidos estudiados y consideramos
que constituye una labor de transición que requiere ser retomada en el corto plazo y en la que deben participar
los docentes correspondientes.
Por ello, el mapa se elaboró enunciando solamente las materias con sus objetivos, con el fin de tener una
visión de la estructuración de la carrera, del significado de cada una de las asignaturas en el plan
de estudios, de la integración y evolución del conocimiento en el transcurso de los cinco semestres
de Ciencias de la Comunicación y de las relaciones existentes entre los aprendizajes propuestos en cada
materia; asimismo, se buscó la congruencia de éstos con los objetivos de la carrera y con el perfil
del egresado descritos en el plan de 1976.
Como ejemplo, y con la finalidad de mostrar un panorama de los aprendizajes propuestos en los programas del plan
de 1976, incluimos a continuación los cuadros de las materias que integran la Formación Básica
de la Especialidad (4º, 5º y 6º semestres) y los de las Opciones Vocacionales (7º y 8º
semestres), en los cuales se señalan los objetivos correspondientes.
En los cuadros es posible observar las características, así como las deficiencias fundamentales,
que se detectaron como resultantes del análisis del mapa curricular, las cuales se resumen en los siguientes
puntos:
1. En el plan de estudios de 1976 continúa predominando la orientación periodística en numerosas
asignaturas que abordan de manera limitada el campo de las Ciencias de la Comunicación y en las que se aprecia
un exceso de información en ciertos temas y una escasez en otros. Nosotros creemos necesario trabajar más
otros aspectos de las Ciencias de la Comunicación como el área audiovisual o la propia investigación.
2. Como característica de la formación académica, predomina la enseñanza teórica
-que consideramos imprescindible- y resulta insuficiente la formación en el manejo y aplicación de
aquellos contenidos que requieren ejercitación práctica.
3. Queremos señalar que las deficiencias que se observan en la formulación de los objetivos, son
un reflejo de la imprecisión de los propósitos que se enuncian en el apartado "Descripción
de las asignaturas" del plan de estudios de la carrera de 1976, ya que los objetivos de la Formación
Básica de la Especialidad (4º, 5º y 6º semestres) expresan casi textualmente los propósitos
mencionados. Ello denota por una parte, que los objetivos no podrían ir más allá de los aprendizajes
propuestos en el propio plan y por otra parte, que no se realizó un trabajo de elaboración de objetivos
a partir de la interpretación de los propósitos, sino que prácticamente se copiaron de éstos.
Cabe mencionar que en el mismo plan de estudios no se encuentra la descripción de las materias correspondientes
al 7º y 8º semestres, por lo cual los objetivos de éstas no se copiaron del plan; sin embargo,
observamos que presentan el mismo tipo de deficiencias de los demás objetivos, tanto por la imprecisión
de los aprendizajes propuestos, como por la manera en que se encuentran formulados.
Conviene aclarar que, en el análisis curricular efectuado, no nos interesaba ver si los objetivos estaban
elaborados técnicamente de acuerdo con la taxonomía de Bloom, ya que consideramos que es irrelevante
aplicarla con todo el rigor técnico que implica esa clasificación, pues no aporta elementos significativos
para incidir sobre el proceso de aprendizaje.
Nuestro interés se centró en analizar de qué manera los objetivos formulados delineaban las
características del proceso de aprendizaje. En esta perspectiva observamos las siguientes deficiencias:
-En los objetivos no se manifiesta la dimensión y complejidad de los aprendizajes propuestos, es decir,
su alcance y evolución a través de las diversas materias subsecuentes.
-El enunciado de los contenidos básicos de cada asignatura impide apreciar tanto su despliegue y complejidad,
como el manejo que se propone que los alumnos hagan de ellos en su proceso de aprendizaje.
- En la mayoría de los objetivos no se precisan los productos del aprendizaje, esto es, lo que se espera
que los alumnos manifiesten de alguna manera a partir de su proceso de aprendizaje.
- En el conjunto de los objetivos del plan de estudios no se percibe la integración de los conocimientos
propuestos, lo que nos lleva a suponer que los alumnos difícilmente llegan a visualizar el objeto de estudio
en su estructura y complejidad, ya que si bien los objetivos por sí solos no garantizan esta comprensión
del fenómeno, consideramos que las deficiencias en su formulación repercuten en la elaboración
y aplicación de los programas de estudio, los cuales orientan de manera significativa el proceso de aprendizaje.
4. En las materias que de manera especial tienen objetos de estudio en común, se aprecia repetición
y falta de seriación en sus contenidos básicos.
Tal es el caso, por ejemplo, de las materias que tienen que ver con el periodismo escrito; así, en 4º
semestre, en la asignatura Géneros Periodísticos Informativos, los objetivos fundamentales plantean
lo siguiente: "estudiar el procedimiento a seguir en la recopilación de datos, organización
y redacción...", en 5º semestre, la asignatura seriada correspondiente, Géneros Periodísticos
Interpretativos: "estudiará el procedimiento a seguir en la recopilación de datos, organización
y redacción..."; en 6º semestre, Géneros Periodísticos de Opinión, "estudiar
el procedimiento que se sigue en la recopilación de datos, organización y redacción...";
7º semestre, Taller de Prácticas Profesionales I, "identificar los distintos géneros periodísticos
en cuanto a su estructura y estilo"; en el mismo semestre, el Taller de Edición de Originales, establece
más o menos los mismos puntos en los siguientes términos: "redactar los distintos géneros
periodísticos tratando de afirmar su propio estilo...", en el 8º semestre, el Taller de Prácticas
Profesionales II dice: "identificar las características estructurales y periodísticas del género
periodístico seleccionado..."
Se puede apreciar con facilidad, no únicamente la repetición de contenidos a lo largo de los semestres
sino, lo que es más preocupante, los niveles en que se manejan los verbos, pues no corresponden siquiera
a la clasificación primaria establecida por Bloom; es hasta el 8º semestre cuando se solicita como
actividad de aprendizaje el identificar las características estructurales y estilísticas del género
periodístico, mientras que, en 4º, 5º y 6º, la actividad se limita casi exclusivamente a
la recopilación de información.
Ello provoca una falta de relación entre los contenidos de las materias, como puede observarse en los cuadros,
no únicamente en el nivel vertical, es decir, entre las asignaturas de un semestre a otro, sino de forma
horizontal, o sea, la que se da en todas y cada una de las materias que conforman un mismo semestre.
Uno de los logros del plan de estudios de 1976 fue el eliminar la seriación de asignaturas, lo que permite
al estudiante una libre elección de materias y de semestres; pero esa libertad tiene sus bemoles: al inscribirse
el estudiante en materias en las cuales los contenidos están estructurados para ser manejados después
de un conocimiento previo, se rompe la estructura interna del currículo, lo que implica, además,
problemas de heterogeneidad de niveles de información entre los integrantes del curso, con los problemas
de retraso y entorpecimiento consecuentes.
5. En un intento por caracterizar el aprendizaje que se propone lograr en cada semestre, se observa desarticulación
entre diversas materias y no se percibe una integración clara del conocimiento de la comunicación.
6. En los semestres correspondientes a las Opciones Vocacionales no se llega a concretar la especificidad de cada
área, a través de las materias que los integran.
Consideramos que la exposición de esas fallas en los cuadros del plan de estudios proporciona una mayor
comprensión de la problemática curricular, y de los fundamentos de los cambios propuestos posteriormente
en el proyecto de revitalización.
Uno de los primeros pasos que se dieron para llevar a cabo la revitalización fue el definir las áreas
académicas. En el departamento han existido tradicionalmente tres áreas, más nominales que
formales, derivadas de las opciones vocacionales, a saber:
Area de Investigación.
Area de Periodismo.
Area Audiovisual.
De los criterios fundamentales que se tomaron en cuenta para redefinir las áreas, podemos citar el criterio
de afinidades temáticas que podría facilitar la puesta en práctica de los contenidos mínimos
básicos para cada asignatura, así como la interrelación de objetivos de aprendizaje.La intercomunicación
entre materias afines se consideró de primera importancia, dada la frecuente repetición de contenidos
de un semestre a otro que, lejos de afirmar el conocimiento, provocaba el desinterés y el aburrimiento.
De esas tres áreas se conformó una estructuración de contenidos en cuatro, coordinadas por
un profesor en cada caso; la aglutinación responde a objetivos no únicamente académicos sino
también administrativos para el control de la calidad académica y la unificación de criterios.
No es el objetivo de las áreas dividir el conocimiento o establecer especializaciones, sino precisamente
un intento por unificar y dar un nuevo impulso al plan de estudios, así como por mejorar la comunicación
entre alumnos, docentes e institución.
Es importante insistir en que la división de las áreas es también resultado de la elaboración
de objetivos académico- pedagógicos del perfil profesional, tales como: la interdisciplinariedad
de la aproximación teórica, la cual está apoyada en una metodología adecuada al fenómeno
de la comunicación y que resulta en la investigación científica, la evaluación y la
crítica de la comunicación social; la producción de comunicaciones con lenguajes y técnicas
adecuadas; y la producción de comunicación social alternativa.
Como se dijo antes, las áreas académicas existían de manera informal derivadas de las opciones
vocacionales, sin embargo no existían de manera formal y estructural que permitiera una clara definición
de objetivos y funciones de cada una de ellas. A continuación resumimos los objetivos que se persiguen en
cada una de las nuevas áreas propuestas, esto es:
- Area de Teorías.
- Area de Investigación y Metodología.
- Area de Comunicación Escrita e Impresa.
- Area de Producción Audiovisual.
Area de Teorías Contenido
Su objetivo es formar al alumno en el manejo de los conceptos, categorías y afirmaciones de las teorías
sociológica, psicológica, lingüística, semiótica, política y económica
en sus relaciones con la comunicación social, desde un punto de vista crítico hacia el fenómeno.
Por ello, en esta área están concentradas las materias que conforman el marco teórico multidisciplinario
de la comunicación colectiva, y sus diferentes niveles y modalidades. Con esas bases el estudiante podrá
articular las diferentes teorías en su práctica de investigación, análisis, crítica
y producción.
Area de Investigación y Metodología Contenido
Tiene como objetivo capacitar al alumno en los métodos y técnicas de recolección de información,
que es tarea común para la investigación, la producción y la difusión de comunicaciones.
Por esto, esta área estará en permanente interacción con todas las que integran la carrera
de Ciencias de la Comunicación, dado que apoya y da coherencia al trabajo teórico-práctico
de investigación, análisis y critica, y también al trabajo periodístico y al quehacer
de otros medios audiovisuales.
Otro objetivo del área es capacitar al alumno en el uso del método científico, o conjunto
de normas que dirigen el pensamiento científico, desde su carácter más general o epistemológico
hasta las metodologías específicas de las diferentes teorías y corrientes de pensamiento relacionadas
con la comunicación social.
Asimismo, esta área tiene como objetivo el de coordinarse con el área de Comunicación Escrita
o Impresa para la capacitación de los alumnos en la elaboración de trabajos escritos y audiovisuales,
o sea, capacitarlos para la recolección de datos, para seleccionar el método más pertinente
y para usar el idioma adecuadamente.
Area de Comunicación Escrita e Impresa Contenido
Su objetivo es formar al alumno en el manejo e interpretación de la comunicación escrita en todos
sus géneros, aplicados a los diferentes medios y públicos. Asimismo, tiene como propósito
formar al estudiante como intérprete de la realidad, como guía de opinión y como difusor de
la educación, la ciencia y la cultura.
Area de Producción Audiovisual Contenido
Como parte de la formación en el campo de la comunicación social, el estudio de los recursos audiovisuales
existentes constituye un factor primordial en las sociedades contemporáneas.
En esta área se conjuntan las materias que en sus contenidos proporcionan al alumno, los elementos necesarios
para el manejo de la imagen y el sonido en la interpretación y elaboración de mensajes a través
de medios como el cine, la T.V., la radio, la fotografía y los derivados que de ellos resulten (audiovisuales,
multimedia, etc.).
Una vez aglutinadas las asignaturas en cada área, y por ende los profesores, se puede proceder al trabajo
colegiado en su interior, lo que permitirá la comunicación entre profesores encargados de la misma
asignatura, a su vez inscrita en la misma materia de interés. Esa relación académica permitirá
uniformar el contenido mínimo básico de las asignaturas y la retroalimentación entre profesores
para comunicarse experiencias e intercambiar información.
En lo que concierne a la modificación de contenidos, se consideraron cambios en la seriación de las
materias, se eliminaron las repeticiones y se estudiaron y modificaron los niveles de conocimiento que idealmente
deberían seguirse de semestre a semestre.
Asimismo, se introdujeron los contenidos que el grado de avance de la disciplina y el propio campo profesional
demandaban. De esta manera se consideraron temáticas eminentemente prácticas, entre las cuales podemos
mencionar:
- Taller de fotografía, - Introducción a la semiología, - Seminario de tesis, - Taller de
guión de historietas, - Diseño gráfico, - Comunicación educativa, - Comunicación
popular, y - Otros.
Se trató de subsanar una serie de deficiencias que se detectaron; por ejemplo, no se estudiaba nada sobre
teoría y práctica de la toma fotográfica y sí se pretendía que el estudiante
realizara reportajes gráficos. Por otra parte, se daban nociones de lingüística y de teoría
del discurso, pero únicamente en el nivel de la palabra escrita, dejando de lado todo el referente a la
simbología icónica y a la retórica de la imagen. Otro ejemplo: en los talleres estudiar en
un minisemestre universitario la técnica de elaboración de cada guión; desde luego, no se
lograba cubrir ninguno de los tres. Se procedió pues a especializar el taller de guión y, en el semestre
siguiente, el taller de realización de radio y T.V. Se trató de implantar, en los dos últimos
semestres, séptimo y octavo, una práctica intensiva en cada uno de los talleres que comprendiera
prácticas en el medio profesional y resultados concretos de producción al término del semestre.
Lo anterior, como resultado de la falla sustancial que se detectó al encontrar una grave desproporción
entre una enseñanza teórica muy abundante, de guión llamados taller de guión: cine,
radio y T.V., se intentaba de lo que hablan claramente las gráficas, y una enseñanza práctica
insuficiente.
En octavo semestre se introdujeron talleres que ofrecían al estudiante la capacitación en aspectos
que el campo profesional demandaba frecuentemente; así, nacieron talleres para guión de historietas,
de comunicación educativa, de diseño gráfico, y se tenían pensados otros, que no llegaron
a implantarse, para el manejo de la serigrafía y las técnicas de impresión de bajo costo.
En la totalidad de las asignaturas de cine se modificaron contenidos, pues el conocimiento cinematográfico
se encontraba atomizado y mal estructurado, al grado de ser caótica su enseñanza. Así, se
estudiaban técnicas de información por cine, cuando en el departamento se carece de los elementos
mínimos para su enseñanza. Se estructuró el conocimiento de manera tal que, en adelante, quedaría
integrado el fenómeno cinematográfico como medio de comunicación masiva.
En cuestiones teóricas se trataron de incluir nuevas bibliografías que plantearan problemáticas
y enfoques nuevos de las Ciencias de la Comunicación.
Por último, se abrieron nuevamente los desaparecidos talleres para la elaboración de tesis; así,
los talleres de investigación ayudaron al estudiante a realizar el diseño de tesis y la propia investigación.
Todas las modificaciones constituyeron la revitalización del plan de estudios, y se llevaron a cabo en la
práctica docente correspondiente a los semestres 1982 II, 1983 I, 1983 II y 1984 I.
Perspectivas Contenido
Después de recapitular sobre las distintas modificaciones llevadas a cabo en el periodo del cual se trató
anteriormente, y después de tomar distancia respecto de la problemática que surgiera en ese entonces,
podemos señalar algunas consideraciones en torno de la visión actual de la experiencia.
Conviene recordar que los ajustes efectuados al plan de estudios de 1976 se concibieron en la perspectiva de ir
conformando un nuevo currículo, previendo tres fases: reestructuración del presente artículo
(principios de 1984) podemos decir sobre la primera fase, que el eje de la revitalización se centró
en la reorganización y actualización de los contenidos y en la reestructuración de las áreas
académicas-administrativas. Por lo tanto, quedó pendiente un trabajo más analítico
sobre el perfil profesional y los aprendizajes curriculares, así como el continuar con la elaboración
de los nuevos programas y el aspecto metodológico de los mismos.
En cuanto a la fase de aplicación, llevada a cabo en todos los semestres de la carrera, consideramos necesaria
su articulación a las diversas actividades de seguimiento y evaluación de la experiencia.
La fase de evaluación únicamente se planteó para precisarse en un trabajo posterior, que retomara
los fundamentos teóricos de la propuesta y que posibilitara un proceso de análisis cualitativo.
Se trata de una etapa transitoria en el desarrollo curricular de la carrera, en la medida en que, en el futuro,
se retomen los planteamientos analizados y discutidos para una reestructuración formal sometida a los lineamientos
de la normatividad universitaria. Considerada desde esta perspectiva, pensamos que la propuesta de revitalización
puede ser discutida analíticamente para su consolidación.
Queda por analizar la problemática que limitó la puesta en marcha de esta consolidación. Por
una parte, si bien en el inicio del proceso se conjuntaron diversas dificultades que no permitieron la participación
significativa de docentes y alumnos, posteriormente la propuesta fue desarrollada y asumida con distintos niveles
de participación. Lo anterior nos hace suponer que los problemas generados por los cambios (resistencias,
temores, oposiciones no discutidas, etc.) requieren ser trabajados colegiadamente y con la mayor apertura posible.
Por otra parte, la reestructuración efectuada no llegó a imprimirse en un documento como tal, sino
que se fue concretando en diversos materiales internos como el mapa curricular, los programas de estudio, las listas
de asignaturas y de contenidos básicos, los horarios semestrales, etc.
Aunque la propuesta se realizó durante cuatro semestres, no se llegó a conocer suficientemente ni
se logró estructurar un documento que la contuviera integralmente como para comprenderla en su complejidad
y trabajar para su consolidación.
El prolongar una revitalización semejante a la descrita sin llegar a la reestructuración completa
provocaría irremediablemente la desorientación del estudiante, ya que éste, desde fuera, no
encuentra justificación valedera para un manejo -aparentemente- contradictorio con la forma establecida
en que se encontraba estructurado el currículo en Ciencias de la Comunicación.
Como un ejemplo de los malos entendidos que podría provocar, baste mencionar la modificación, mediante
títulos entre paréntesis, de la nomenclatura de las asignaturas; lo anterior por la imposibilidad
de modificar los títulos y la seriación de materias.
Uno de los pilares fundamentales para consolidar la revitalización es el continuar fomentando el trabajo
colegiado en las áreas académicas, con el fin de intercambiar experiencias, definir nuevos programas
que garanticen contenidos mínimos que disminuyan los desniveles entre los grupos de una misma asignatura
y discutir las opciones metodológicas para la práctica docente. Si el estudiante se encuentra con
grupos académicos consolidados a quiénes acudir en caso de cualquier tipo de orientación profesional,
por ejemplo asesoría de tesis, tendrá una visión más amplia tanto del espectro profesional
como de las líneas de investigación y avances logrados en ese campo de conocimiento específico.
Este tipo de revitalización, donde se ven incrementadas las actividades prácticas y de aplicación
técnica de las ciencias de la comunicación, no pretende, de ninguna manera, convertir al egresado
en un mero ente "aprietabotones", adecuado para equis proceso del campo de trabajo, sino partir del conocimiento
práctico hacia una reflexión teórica y viceversa, pues, según nuestro punto de vista,
no podemos formar críticos de los procesos comunicacionales si no fomentamos paralelamente el conocimiento
de las prácticas comunicativas en el mismo campo de trabajo. Así, al introducir los nuevos talleres
tales como los de elaboración de guión de historietas, comunicación gráfica, o elaboración
de material didáctico audiovisual, se trató de propiciar un conocimiento indispensable para el manejo
integral y el subsecuente control de los procesos de comunicación, y no únicamente para la formación
de guionistas de historietas, diseñadores gráficos o fotógrafos Las áreas académicas,
además de subsanar deficiencias de relación entre docentes, ayudarían a que el estudiante
se comprometiera más estrechamente con los procesos, modificaciones y avances curriculares del campo de
estudio en que se encuentre involucrado. Aun cuando el introducir este tipo de necesidades de desarrollo profesional,
relativamente novedosas en el terreno audiovisual y de investigación, amplía considerablemente el
objeto de estudio de las Ciencias de la Comunicación, al mismo tiempo lo vuelve más indefinido. La
reflexión crítica del objeto de estudio de las Ciencias de la Comunicación como una responsabilidad
compartida entre estudiantes, docentes y autoridades no puede más que redundar en un aprendizaje de indudable
importancia formativa.
Al mismo tiempo, con el establecimiento de un proceso dinámico de revitalización curricular surgen
con mayor facilidad las líneas de investigación y los campos profesionales menos estudiados y trabajados,
que ofrecen alternativas teóricas y de ejercicio profesional de indudable valor.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA PARA EL PROYECTO DE REVITALIZACION Contenido
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de estudio." Revista de la Educación Superior, Nº 40, ANUIES. México, 1981, pp. 25-48.
"Un enfoque metodológico para la elaboración de programas escolares." Perfiles Educativos,
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Mimeo, 1981.
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GLAZMAN, R. y M. FIGUEROA, "Panorámica de la investigación sobre desarrollo curricular."
Foro Universitario, Nº 15, STUNAM. México, 1982, pp. 45-48.
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10, STUNAM. México, 1981, pp. 17-24.
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presentado en el Simposio sobre alternativas universitarias. UAM Azcapotzalco, México, 1980.
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S. A. Argentina, 1974.
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Documentos consultados
Plan de Estudios de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. FCPyS. Editado por la UNAM. México,
1976.
Diversos planes de estudio relativos a las Ciencias de la Comunicación, de universidades nacionales y de
otros países.
Documento de la Reunión para la Formación de Periodistas en América Latina. Quito, 1958.
Documento interno del Departamento sobre las Areas de la Carrera de Ciencias de la Comunicación. Elaborado
por Mauricio Antezana, Gustavo Quiroz, Edna Ibarrondo y Javier Arévalo.
Proyecto para el Plan de Estudios de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Mauricio Antezana.
México. 1981.
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