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El Concepto de Universidad y el Currículo Universitario Contenido
La planeación del currículo universitario requiere de una visión amplia y evolutiva, y debe
partir por necesidad de un concepto definido de lo que es la universidad contemporónea y del papel que desempeña
en el contexto latinoamericano.
La educación superior, como toda institución social, se define como un grupo diferenciable de individuos
unidos por una ideología y un conjunto de reglamentos, que funciona en un espacio social como una entidad
reconocible capaz de mantener un estado de equilibrio. (Lunden, 1939.)
El proceso educativo como parte integral del quehacer humano siempre ha existido. La institución llamada
educación superior, sin embargo, se creó en un tiempo y espacio claramente diferenciado que le han
dado un sello distintivo que perdura hasta la fecha. En lo particular, la universidad como institución se
originó y desarrolló en la Europa Occidental de la Edad Media. Este origen de la universidad como
institución social determina en gran medida nuestra concepción de la función y estructura
de las instituciones de educación superior contemporáneas. La universidad se concibe, hoy en día,
como una institución en donde se reúne una comunidad de profesores y alumnos para trabajar en la
labor de transmitir, generar y difundir el conocimiento.
Esta concepción, ya elaborada, se puede trazar, tanto al pensamiento de los filósofos, como a la
función de la universidad de la época medieval.
En términos generales, han existido tres etapas de preeminencia filosófica, en relación con
la universidad y en lo particular con el currículo universitario. La etapa liberal (1636-1870), en la que
el currículo se concentra en la herencia cultural de la civilización occidental y da origen a carreras
como las de medicina, pedagogía y leyes. La etapa del capital humano (1870-1960), en la cual predomina la
atención a la producción de nuevos conocimientos y de capital humano; la idea central estriba en
invertir para el desarrollo económico de los países y de los individuos; da origen a carreras, como
las de agricultura e ingeniería. Y finalmente, la etapa de acceso universal (1960 al presente), en la que
el alumno se concibe como consumidor. Esta última etapa caracterizada por la interdisciplinariedad, ha dado
lugar a un número extraordinario de nuevas especialidades como la sociobiología y la administración
de recursos bióticos.
Estas etapas de predominio filosófico, así como los conceptos de universidad que han sustentado los
principales pensadores en esta área, reflejan una serie de tensiones que subyacen en toda reflexión
y acción manifiesta en torno a la educación superior. Algunas de ellas son las tensiones entre la
erudición y la capacitación; la integración y la fragmentación; la elección
libre por parte del estudiante y los requisitos institucionales; la amplitud y la profundidad; y muy particularmente
entre la teoría y la práctica. Estas tensiones nunca se han resuelto en favor de un extremo u otro,
sino que en la mayoría de los casos se tiende a uno u otro extremo dependiendo de la ideología dominante,
las condiciones económicas o la situación política que viven las sociedades en un momento
dado.
Análisis de la Cultura y el Medio Social Contenido
Un modelo comprensivo de desarrollo curricular en la educa¿ión superior debe, además del concepto
de universidad, considerar un análisis detallado del medio social en que se enclavala institución.
No es factible el pensar en el desarrollo de nuevas carreras, sin contar con un modelo de decisión para
su apertura. En general un modelo de decisión para la apertura, la reorientación, o en su caso la
terminación de una carrera, debe de incluir cuando menos las consideraciones siguientes la demanda vocacional,
los requerimientos del medio, la disponibilidad de recursos humanos para la docencia, la cobertura de servicio
en la zona de influencia, los requerimientos de inversión, la experiencia institucional y el fomento al
desarrollo cultural. De particular importancia es el análisis detallado de los requerimientos del medio,
ya que el objetivo central de un programa de formación es el de contribuir a la solución de los problemas
que afronta una sociedad.
Como puede verse, la fundamentación teórica del currículo no puede basarse exclusivamente
en teorías conductuales, ya que éstas no abarcan la gama de aspectos que deben considerarse al desarrollar
un plan de estudios en el nivel de educación superior.
Un modelo curricular comprensivo debe partir de consideraciones relativas a la misión, la prospectiva, los
objetivos y las metas de la universidad; de la ontología y evolución de la carrera que se desea establecer;
y del análisis detallado del medio social en el cual se encuentra enclavada la institución, El siguiente
paso en la estructuración de un modelo curricular consiste en identificar los principales factores externos
e internos que inciden sobre el currículo universitario.
Particular importancia entre estos factores tienen las características de la población estudiantil
a la que se pretende servir.
Análisis de la Población Estudiantil Contenido
Al igual que en cualquiera otra rama del proceder profes;onal, en la planeación curricular es de vital importancia
conocer las características del sujeto a quien se ofrecerá el servicio educativo. Frecuentemente
se hace caso omiso del estudiante en el diseño de planes de estudio. Error éste, de graves consecuencias.
El análisis de la población estudiantil debe incluir aspectos sociales, económicos, psicológicos
y afectivos del estudiante con el fin de derivar un perfil del alumno insumo. De particular significado es el estudio
de las características del entorno de los alumnos, su desarrollo sociocognitivo, sus diferencias culturales
y subculturales, sus niveles de aspiración y otros factores motivacionales que influyen en su aprovechamiento.
Para efectos de planeación la concepción que se tiene del alumno determina en gran medida la orientación
de un currículo universitario. El alumno puede concebirse como un individuo socialmente responsable y de
pensamiento autónomo, capaz de controlar su propio destino; o bien puede verse como un organismo sujeto
a experiencias que lo condicionan a responder de manera predecible. La planeación curricular tiende a basarse
en la segunda concepción, lo que ha generado una serie de programas basados en teorías estrechas
y poco productivas en términos de capacitar al alumno para asumir una responsabilidad social.
Factores Externos e Internos que Inciden sobre el Currículo Contenido
Así como la ideología universitaria y la cultura determinan la fibra medular de la labor universitaria,
existe una serie de factores externos e internos a la institución que deben de analizarse en la planeación
del currículo de educación superior, pues de manera directa inciden en el contenido y estructura
que éste asume en la práctica.
Entre los principales factores externos que deben considerarse están las influencias generales como la opinión
pública y los medios de comunicación; la oportunidad ocupacional para graduados; las influencias
académicas e intelectuales; los insumos, incluyendo los conocimientos básicos académicos que
trae consigo el alumno, el presupuesto externo y las fuentes de financiamiento; y la reglamentación y legislación
que rigen la enseñanza de las profesiones en el país.
Los factores internos que deben considerarse son la organización y estructura académica de la institución;
las características del personal académico y las políticas de promoción y distribución
de horario de trabajo; el alumnado y los servicios que se les presta; la utilización de las instalaciones,
materiales y equipo para la enseñanza; y finalmente el tipo de organización académico-administrativa,
específicamente en lo que se refiere a la utilización del horario y del calendario de trabajo.
Fundamentación Teórica del Currículo Contenido
Las consideraciones de orden conceptual y el análisis del entorno en que se encuentra enclavada la institución
proveen un marco de referencia, del que se desprenden las teorías que sirven de base para el desarrollo
de un plan de estudios. Los planes de estudio de las instituciones de educación superior se basan fundamentalmente
en cinco corrientes teóricas prevalentes.
La primera concibe el currículo como la tradición cumulativa del conocimiento organizado y engloba
tres teorías curriculares claramente diferenciadas. La teoría perenialista promulgada por Hutchins
11936) indica que el currículo es un programa constituido por "estudios permanentes", incluyendo
el lenguaje, las matemáticas y los grandes libros de la cultura occidental. Esta teoría se desprende
de las premisas de que el propósito de la educación es el cultivo del intelecto, y que el conocimiento
es la verdad y la verdad es única. Aunque a la luz de una concepción moderna las premisas que sustentan
esta teoría no son válidas, dicha concepción tuvo un efecto profundo en la práctica
del diseño curricular durante muchos años. La teoría esencialista (Bestor, 1956) sostiene
que el currículo debe consistir del estudio disciplinado de cinco grandes áreas
1) Primer idioma, 2) Matemáticas, 3) Ciencias (específicas de la carrera), 4) Historia y 5) Segundo
idioma.
La teoría esencialista comparte con la teoría perenialista la idea de que el currículo debe
concentrarse en el entrenamiento intelectual y que dicho entrenamiento sólo se puede lograr con ciertos
estudios académicos. De estas dos teorías se deriva la teoría de la estructura disciplinar,
misma que dominó el campo curricular desde mediados de los años cincuenta hasta el final de la década
de los sesenta. El principal problema con esta teoría radica en la definición de los elementos que
constituyen la estructura disciplinar.
Una segunda corriente ideológica concibe el currículo explícitamente como un modo de pensar.
Las principales teorías que emanan de esta concepción son la teoría de la indagación
disciplinar y la teoría del pensamiento reflexivo. La teoría de la indagación disciplinar
asume que el currículo es la recapitulacióndirigida del proceso de indagación que fructificó
en las disciplinas establecidas. La teoría del pensamiento reflexivo, desarrollada por Dewey (1933) aboga
por un currículo basado en situaciones de experiencia genuina, la continua retroalimentación entre
teoría y práctica.
La corriente que percibe al currículo como experiencia se contrapone a la concepción tradicional
del currículo como un cuerpo definido de materias, y ha dado origen a una variedad de teorías progresistas;
entre otras, destacan la teoría del currículo centrado en el alumno, la teoría del currículo
como experiencia dirigida, y la teoría del currículo como experiencia de la vida.
La teoría del currículo centrado en el alumno asume que el educando es socialmente responsable y
que tiene una concepción más o menos definida de lo que quiere y necesita en cuanto a su formación.
La teoría del currículo como experiencia dirigida toma en consideración la suma total de las
experiencias educativas en el medio académico. La teoría del currículo como experiencia de
la vida lleva un paso más allá el concepto del currículo en el sentido amplio y considera
las experiencias formales, informales y vivenciales como parte integral del currículo. Incluye el dar crédito
por experiencia de trabajo, viajes y estudios individuales.
La corriente ideológica más difundida en el medio de la educación superior es la del currículo
como plan de instrucción. Esta corriente se basa en las teorías de Taba (1962) y Beauchamp (1975)
y propone un currículo estructurado en torno a cuatro elementos sustantivos La determinación de los
parámetros de las unidades de instrucción, la identificación de los contenidos de cada unidad,
la relación de los contenidos con los materiales de instrucción requeridos, y la formación
del profesorado en relación al contenido y al proceso de instrucción. Este modelo está estrechamente
ligado a la planeación curricular por objetivos; desafortunadamente da una ilusión de fundamentación
tecnoeducativa, pero carece de un fondo ideológico Sustantivo y en su rigidez y concepción estrecha
radica su principal debilidad.
La quinta y última corriente que ha emergido recientemente es la del currículo como sistema tecnológico
de producción. Los orígenes de la noción del currículo como sistema de producción
se pueden remitir a los esfuerzos en la educación durante las primeras décadas del siglo veinte,
por aplicar los métodos de la administración científica a los procesos educativos. Tres de
los modelos teóricos curriculares que surgieron de esta corriente son el de análisis de actividades,
ei del currículo como medio para alcanzar fines específicos y el de análisis de sistemas.
El propósito fundamental del modelo de análisis de actividades es lograr los objetivos educativos
propuestos en forma eficiente. Desarrollado por Bobbitt (1924) y Charters (1922), este modelo asume que la vida
productiva consiste en una serie de actividades claramente identificables. Dado que la educación es una
preparación para la vida productiva, argumentan, la misma educación debe preparar al alumno para
desempeñarse en estas actividades. Popham y Baker (1970) desarrollaron el concepto del dualismo entre proceso
y producto al generar el modelo del currículo como medio para alcanzar fines específicos. Numerosos
teóricos de la educación concuerdan con esta idea del currículo, entre otros Skinner, Gagné
y Allen. El modelo de análisis de sistemas concibe el currículo como un conjunto de elementos funcionalmente
entrelazados con el propósito de lograr una meta específica. El principal problema con estas concepciones
es que han resultado áridas y muy poco productivas en términos de generar cambios e innovaciones
significativas en el campo de la educación superior.
Estas cinco corrientes de pensamiento y la gama de teorías a las que dan origen no son mutuamente excluyentes,
sino por el contrario se traslapan sustancialmente. La selección de la teoría o las teorías
que fundamentan el currículo debe hacerse con plena conciencia de la diversidad de enfoques que existen,
en función de las necesidades que se busca satisfacer, y tomando en consideración los recursos y
estructuras de apoyo con que se cuenta.
Modelos Curriculares y Sistema Académico Administrativo Contenido
La clarificación y definición del concepto de universidad, la corriente filosófica, el marco
contextual y la fundamentación teórica desembocan, necesariamente, en un modelo curricular con características
específicas.
En la educación superior se pueden identificar ocho categorías de planes de estudio con personalidad
suficientemente diferenciada para general una clasificación general de modelos curriculares. Sin abundar,
esta clasificación consiste de los siguientes modelos 1) Conservación de la cultura, 2) Currículo
centrado en problemas o temas específicos, 3) Proficiencia mínima, 4) Capacitación profesional,
5) Currículo experiencial, 6) Currículo centrado en el alumno, 7) Currículo basado en valores,
y 8) Currículo orientado al futuro.
Para poder redondear un modelo integrado de planeación curricular es necesario definir el sistema académico-
administrativo, que incluye la organización temporal de las unidades de instrucción, la designación
de áreas de instrucción dentro y fuera del perímetro universitario y la cuantificación,
selección y obtención de recursos humanos, materiales y financieros.
Resumen
Dada la multiplicidad de factores que inciden en la determinación del currículo universitario, es
claro que partir exclusivamente de un sistema a base de objetivos de aprendizaje es insuficiente para el desarrollo
de una planeación adecuada. La responsabilidad que asume la educación superior en función
de la transmisión, generación y difusión del conocimiento, exige que la planeación
del currículo parta de una base amplia de investigación. Repetir experiencias nacionales y extranjeras
sin un cuestionamiento o análisis exhaustivo, propicia una educación propulsada por la imitación.
Consecuencia de ello es el surgimiento de planes de estudio irrelevantes, desempleo entre egresados y estancamiento
del desarrollo regional.
Un modelo comprensivo como el propuesto, aunque no asegura un currículo sin problemas, sí permite
desarrollar la educación superior en función de convicciones intelectuales y en función de
necesidades sociales.
Bibliografía
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5. Glazman, Raquel y De Ibarrola María. Diseño de Planes de Estudio. México: UNAM-CISE, 1980.
6. Phenix, Philip H. Realms of Meaning. Nueva York: McGrawHill, 1964.
7. Tanner, Daniel. Curriculum Development. Nueva York: McMillan Pub. Co., 1980.
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