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INTRODUCCIÓN Contenido
Dentro de la revisión que actualmente se lleva a cabo en la Gran Bretaña acerca de la currícula
en las escuelas, un punto focal ha sido el papel del lenguaje en el aprendizaje, así como el aprendizaje
del lenguaje mismo. En esta ocasión presentamos algunas consideraciones-alrededor de este tema, enfocando
sobre todo sus repercusiones en la práctica escolar.
En teoría educativa es ya casi un lugar común asumir que el "sentido común" que
los niños poseen al ingresar a la escuela debe ser tomado en cuenta a fin de lograr un aprendiza je significativo.
Este sentido común incluye aspectos que representan la incipiente visión del mundo infantil que los
niños forman en sus tempranas experiencias y relaciones afectivas, y como tal opera en su vida cotidiana.
Un elemento fundamental en este "sentido común" es, en muchas acepciones, su comprensión
y el manejo del lenguaje.
Recientemente en Gran Bretaña ha surgido un gran interés en el papel que el lenguaje desempeña
en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es importante considerar las relaciones entre lenguaje y pensamiento
(Judith Green, 1975) y el proceso de aprendizaje del lenguaje; cómo lo aprenden los niños y en qué
contextos IDonaldson, 1978 y Barnes, 1976), así como también el papel del lenguaje en el aprendízaje
de las diferentes materias del currículo escolar.
Las relaciones entre lenguaje oral y escrito son exploradas por Donaldson Barnes y Michael Stubbs (1980). Esto
autores proporcionan también un análisis de las relaciones entre desarrollo congnoscitivo y lenguaje.
Lenguaje y fracaso educativo es otro aspecto por analizar; Lawton (1978). Stubbs (1980) y Donaldson (1978) argumentan
sobre las evidencias y supuestos comunes en este campo, y sobre la relevancia de todo ello en la práctica
educativa. El profesor Harold Rospen (1971) explica los elementos más importantes en una "política
del lenguaje a través del curriculum". El reporte "Aspectos de la educación secundaria
en Inglaterra" proporciona evidencias del fracaso de la implementación de tal política en las
escuelas secundarias.
Quizá uno de los aspectos más importantes en el área de lenguaje y aprendizaje, relevante
para los maestros, es la función que las estructuras comunicativas de las escuelas y salones de clase desempeñan
en el proceso de aprender un lenguaje y en el proceso del aprendizaje en general; en este sentido, el análisis
y las propuestas de Douglas Barnes son extremadamente valiosos para una adecuada estrategia educativa; partir del
entendimiento que los niños llevan a la escuela, hacia el desarrollo y dominio del lenguaje en el proceso
educativo.
II. Lenguaje y pensamiento; algunas perspectivas Contenido
Las complejas interrelaciones entre lenguaje y pensamiento son lo suficientemente profundas para intentar entenderlas.
Judith Green (1975) presenta un resumen de los diferentes enfoques que intentan explicar dichas interrelaciones.
Primeramente la llamada "Relatividad Linguística" cuyo principal representante es Whorf. Desde
esta perspectiva, el lenguaje que hablamos determina nuestra manera de pensar. Diferentes lenguajes en diferentes
culturas hablan acerca de diferentes visiones del mundo. Green argumenta que la mayoría de nosotros vemos
el mundo del mismo modo, pero la manera en que concebimos las cosas depende de categorizaciones que dirigen nuestra
atención hacia uno u otro aspecto de la realidad. Estas diferencias se vuelven importantes en el terreno
de las convenciones sociales arbitrarias, de las que los miembros de la sociedad son generalmente inconscientes.
Aquí entra el trabajo del psicólogo soviético Bernstein (1971: citado por Lavton, 1978) quien
afirma que el proceso de socialización se realiza preponderantemente por medio del lenguaje, y que el lenguaje
que adquirimos tiene por lo menos alguna influencia en nuestra manera de ver el mundo. El modo en que la gente
maneja el lenguaje está estrechamente relacionado con su posición en la estructura social, ocupación
y comunidad cultural. El problema de códigos "restringidos" y "elaborados" se discutirá
después.
A continuación Green (1975) presenta el trabajo de Piaget, interesado en las etapas universales en el desarrollo
del pensamiento infantil. Para Piaget, el lenguaje es sólo una de las funciones simbólicas que también
abarcan formas de juego simbólico e imaginación. El dominio del concepto precede al entendimiento
de ciertas expresiones verbales. Antes que el lenguaje está la inteligencia; lenguaje y pensamiento dependen
de ella.
La tercera teoría que Green menciona es la del soviético Vygotsky, quien afirma que lenguaje y pensamiento
se inician como actividades separadas e independientes. En las etapas tempranas del desarrollo infantil, existe
pensamiento sin lenguaje y lengua je sin pensamiento. Alrededor de los dos años de vida el pensamiento se
convierte en verbal y el discurso es racional. Vygotsky se interesa en la interacción entre las funciones
internas y externas del lenguaje. Los seres humanos empleamos el mismo código linguístico para efectuar
tanto la función interna de "monitorear" y dirigir nuestros pensamientos, como la externa de comunicarnos
con otros. Esta posibilidad de traducción (intertraducción entre discurso interno y externo) da origen
a las diferentes teorías sobre si el lenguaje precede y domina al pensamiento o viceversa.
La última mención hecha por Green en este campo se refiere a la teoría del "Desarrollo
Lingüístico" de Noam Chomsky, quien centra su investigación en la función comunicativa
externa del lenguaje. Chomsky trata de descubrir las estructuras universales que subyacen en el poder comunicativo
de los lenguajes humanos.
La autora concluye que se trata de un área problemática puesto que cada teoría parece ser
verdadera en su propio contexto, a pesar de las aparentes contradicciones entre ellas.
III. Desarrollo cognoscitivo infantil y lenguaje Contenido
La visión que Margaret Donaldson 11978) ofrece sobre la naturaleza y condición infantil incluye las
siguientes consideraciones
a) Los niños tratan de encontrar o darle un sentido al mundo desde etapas muy tempranas manejan propósitos
e intenciones.
b) Poseen un sentido de "posibilidad" relacionado con el deseo de saber; esto implica una "conciencia
de la ignorancia" y consideraciones sobre compatibilidad e incompatibilidad.
c) La conjunción del deseo de saber y el sentido de lo posible incluye una conciencia de la meta o propósito
y de los medios para lograrlo.
d) Lo mismo sucede con el desarrollo de las habilidades linguísticas; al principio el niño está
más consciente de lo que habla que de cómo lo hace, es decir, de las palabras que usa y sus reglas
combinatorias. En etapas tempranas el lenguaje está mezclado en el flujo de acontecimientos del mundo exterior.
Los niños interpretan situaciones, no palabras aisladas,
e) El niño es capaz de reconocer las intenciones de otras personas tanto como las suyas; no está
totalmente "centrado en sí mismo" como Piaget planteó. Y un punto importante es que las
relaciones interpersonales parecen ser el contexto (matriz) donde el aprendizaje tiene lugar.
De manera que parte del "sentido común" que los niños llevan a la escuela se constituye
de habilidades bien desarrolladas como seres pensantes, a pesar de que su pensamiento se dirige en gran medida
hacia el mundo exterior. A través de la educación escolar, dice Donaldson, los niños deben
aprender a dirigir sus procesos de pensamiento de una manera "racional", deben desarrollar una conciencia
acerca del pensamiento y del lengua je; elegir lo que quieren decir, y decidir entre varias interpretaciones posibles.
Deben aprender a manejar símbolos. Y el lenguaje oral es el principal sistema simbólico al que el
niño preescolar tiene acceso. Ser conscientes del lenguaje como una estructura independiente del flujo de
acontecimientos, es el primer contacto reflexivo que los niños pueden tener con el mundo abstracto, el mundo
de los conceptos. Los niños lo encuentran en la palabra escrita, en los libros, en el aprender a leer y
escribir. Donaldson afirma que si es el lenguaje escrito el que provee una posibilidad para detenerse y pensar,
para considerar posibilidades de interpretación interna, es este proceso el que conduce al desarrollo del
autocontrol intelectual. Se remite a Piaget para quien el aumento de la conciencia es posible cuando existe una
pausa entre acciones, una pausa que nos permite ponderar posibilidades de acción, y en este sentido la noción
de "elegir" es fundamental. Las palabras escritas permanecen; la lectura nos brinda la oportunidad de
"reflexionar", de elegir entre varias interpretaciones o significados posibles. La palabra escrita es
más libre (pero nunca del todo) de contextos no-linguísticos y de las "claves" o señales
en que el lenguaje verbal se encuentra siempre inmerso.
IV. El lenguaje y la escuela Contenido
En el contexto familiar y a una muy temprana edad, los niños parecen ser guiados por un deseo "natural"
de aprender y controlar su medio ambiente; todo esto ocurre en medio de relaciones interpersonales y mezclado con
el flujo de acontecimientos del mundo exterior, de forma tal que las señales no-verbales resultan determinantes.
Cuando los niños llegan a la escuela ya poseen una manera de ver el mundo y de actuar en él. Los
maestros deben tomar esto en cuenta puesto que tal concepción y actitud, tal conocimiento infantil es el
que será confrontado con lo que la escuela con toda su sistematización ofrece. Los niños interpretan
el currículo manifiesto y sus interacciones con el maestro según lo que ya saben y creen. Sus interpretaciones
se desarrollarán a través de los sistemas de comprensión que han contribuido en su vida pre-escolar.
Los psicólogos cognoscitivistas argumentan que el conocimiento se construye mediante sistemas interpretativos
de la realidad (Piaget y Bruner citados por Barnes, 1976). Así, el maestro debe estar consciente de que
su labor no consiste en añadir "nuevo conocimiento" al ya existente, sino que precisamente necesita
estimular un cambio de sistemas interpretativos. Los niños se encuentran con varios problemas conceptuales
en la escuela (Donaldson, 1978), en cuya resolución requieren de la adecuada ayuda de sus maestros. En el
análisis de Piaget, a través del proceso de "asimilación" interpretamos la realidad
según nuestros propios esquemas y mediante el proceso de "acomodación" podemos modificar
tales premisas a fin de obtener una mejor explicación de nuevos datos o acontecimientos.
Los sistemas interpretativos interactúan en las relaciones cotidianas con la realidad; relaciones interpersonales,
comunicación con nosotros mismos, y en contextos específicos, dentro de la escuela. Barnes (1976)
recuerda el proceso que Bruner denomina "reflexión"; nosotros representamos experiencias que nos
han pasado a nosotros mismos y las "re- codificamos" dependiendo de un sistema simbólico.
Michael Stubbs (1980) señala que en el pensamiento educativo del presente existe un consenso para que el
aprendizaje resulte efectivo, éste debe partir de la experiencia infantil. Este es el punto de partida para
los maestros, especialmente, repetimos, en lo que respecta al lenguaje. Enseñar a leer y a escribir implica
empezar desde el lenguaje que los niños manejan, es decir, desde el lenguaje hablado. Por ello se ha convertido
en un axioma la propuesta de que la alfabetización inicial debe enseñarse en la lengua nativa de
las personas, en la "lengua materna".
Stubbs menciona algunas de las posibles causas del fracaso en el aprendizaje de la lecto-escritura; el alumno mismo,
su familia o contexto social, el maestro y/o la escuela, el medio, métodos y/o materiales. Después
de considerar que algunas de ellas se presentan mezcladas, enfatiza que una razón importante de tal fracaso
es la actitud del maestro hacia ciertos factores sociales. El autor presenta una revisión de la llamada
"Teoría de la Deprivación" (Deprivation Theory) basada en algunas interpretaciones sobre
el trabajo del psicólogo soviético Bernstein. Esta teoría afirma que los fracasos escolares
son resultado de las diferencias entre el lenguaje y experiencia de los niños y lo que la escuela exige
en estas áreas. Esto se ha relacionado especialmente con clases sociales y pertenencia a minorías
culturales. Algunas versiones extremas llegan a plantear que los niños pertenecientes a la clase trabajadora
necesitan un tipo distinto de educación, un currículo no-literario y más práctico.
Stubbs argumenta que no existen en realidad "datos frescos" que provengan de una observación directa
en las aulas para apoyar esta perspectiva. Plantea que es necesario prestar una mayor atención a las diferencias
socio-simbólicas y funcionales entre los diferentes lengua jes. Otro punto enfatizado por el autor es que
los educadores tienden a ignorar la organización del lenguaje mismo, y a considerar solamente sus relaciones
con los procesos cognoscitivos. No existen cadenas causales simples tales como: deprivación que conduce
a fracaso escolar. No estamos tratando con sistemas mecánicos cerrados. Nos encontramos en un campo donde
se presentan interrelaciones muy complejas entre muchos factores en una continua interacción, por mencionar
algunos: cultura, clase social, IQ, diferencias de lenguaje, familia, medio ambiente, diferencias individuales,
enfoques y métodos escolares, etcétera.
Fontana (1981) sostiene que es la función del lengua je la que resulta de mayor valor práctico para
la enseñanza. Resume el trabajo de Robinson, quien se interesa por el dominio del lenguaje en los niños
y por el papel que sus padres y maestros juegan en este dominio. Los niños son participantes activos en
el proceso de desarrollo de sus habilidades linguísticas. En tal proceso la respuesta de los adultos es
muy importante y puede determinar su éxito o fracaso. Los maestros deben imbuir cualquier nueva estructura
verbal en aquellas habilidades ya familiares a los niños. El desarrollo de habilidades linguísticas
tiene que estar relacionado con la expresión de problemas, de sentimientos, etc., y no sólo con ejercicios
neutros o tópicos académicos.
Como Donaldson (1978) afirma, la manera en que somos "alfabetizados", la forma en que este proceso se
desarrolla, puede tener efectos importantes en el desarrollo mental. Los niños necesitan tiempo para explorar
y reflexionar. Los textos deben guardar un equilibrio entre lo conocido y lo desconocido. El reconocimiento de
las diferencias entre lenguaje hablado y escrito es de importancia crucial para la comprensión y el empleo
del lengua je por parte de los niños. Los maestros tienen que ser capaces de "descentrarse" (en
el sentido piagetiano) en muchos sentidos. Deben clarificar tareas y objetivos a sus alumnos, y aceptar que el
error posee un valor importante en el proceso de aprendizaje. Si es cierto que en los seres humanos existe un deseo
natural por aprender, es igualmente cierto que puede ser bloqueado o distorsionado por condiciones inapropiadas
o por una retroalimentación equivocada de parte del maestro.
Los maestros deben impulsar la libre expresión oral en grupos pequeños cuando esto sea posible y
aceptar trabajos escritos como intentos de clarificación, estados intermedios en el proceso de aprendiza
je. Por otra parte, Barnes (1976) enfatiza la importancia del tipo de estructuras comunicativas que las escuelas
y las aulas ofrecen a sus alumnos. Este autor insiste en que la relación entre conocimiento y patrones comunicativos
es lo suficientemente estrecha como para inducirnos a revisar, analizar y modificar la mayoría de los métodos
tradicionales empleados para "transmitir conocimiento". En este sentido Barnes está muy cerca
de la perspectiva de Paulo Freire los niños no son "recipientes vacíos"; ellos pueden y
necesitan involucrarse activamente en el proceso de formulación del conocimiento junto con el maestro en
un sistema de comunicación más abierto y flexible.
Las actitudes que los maestros guardan hacia cuestiones como el conocimiento, el control, hacia diferencias linguísticas
y de toda índole en sus alumnos, son factores que determinan en gran parte el éxito o fracaso en
educación. Los alumnos aprenden tanto de la interacción como del currículo explícito.
Los maestros deben respetar lo que los niños son y creen, si pretenden ejercer en ellos el tipo de influencia
en el cambio de sistemas interpretativos que una educación crítica y abierta busca como objetivo
primordial.
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