DE LA GARZA TOLEDO ENRIQUE: El método concreto-abstracto-concreto (ensayos de metodología marxista). México: Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, Cuadernos de teoría y Sociedad, 1983, 173 pp.
El trabajo que se reseña constituye -de acuerdo con su autor-
una reflexión acerca del mátodo de Marx, a partir de la estrategia
del concreto-abstracto-concreto.
Para introducir el problema, el autor parte de lacrisis de la racionalidad clásica, que desde el punto de vista metodológico se manifiesta como controversia entre dos modos de conocer: la estrategia verificacionista (que se expresa de manera mas acabada en el método hipotético-deductivo) y la estrategia constructivista, que se centra primordialmente en la construcción de nueva teoria. Ubicado al marxismo en esta ultima, en el primer capítulo -el mas importatnte de la obra-, De la Garza hace referencia a las dos fases del proceso de conocimiento: la de la investigación que parte del concreto real y llega al proceso de abstracción; y la de la exposición que a partir de la abstracción constituida alcanza el concreto pensado. Ambas tienen múltiples etapas intermedias -niveles de mediación- definidas por la elaboración de conceptos o abstracciones. La primera fase parte de las intuiciones y reresentaciones de la realidad (concreto real) y las transforma en conceptos o abstracciones; "tiende a asimilar en detalle la materia investigada, analizar sus diversas formas de desarrollo y descubrir sus nexos internos". La abstracción es un paso inevitable en el proceso de conocimiento y constituye una expresión sintetizada "en la conciencia" de lo concreto real. Busca lo esencial, descubrir la estructura interna del objeto y captar el fenómeno en su "simple forma elemental" Implica el análisis y la síntesis, que consisten en la descomposición del todo -eliminando los rasgos y propiedades no esenciales, los momentos perturbadores y oscurecedores y separando las formas complejas- y al mismo tiempo la conservación de los lazos fundamentales del todo. Articula lo general y particular; lo genérico y lo específico. Para Marx, las abstracciones científicas (a diferencia de las especulativas) están sujetas a dos grandes restricciones: corresponder a relaciones reales y estar históricamente determinadas. La segunda fase del proceso de conocimiento -la de la exposición- parte de las abstracciones construidas "la categoría más simple que contiene en germen las potencialidades del concreto a reconstruir en el pensamiento", para llegar al concreto pensado, que constituye "síntesis de múltiples determinaciones, reconstrucción teórica del objeto y explicación del mismo". Se trata de un proceso lógico, confrontado en todo momento con la realidad, que implica alcanzar categorías cada vez más complejas a partir de otras que se van subsumiendo en ellas y ocupando el lugar de categorías intermedias. El camino de lo simple a lo complejo tiene para Marx dos características importantes: 1) las categorías más simples pueden expresar las relaciones dominantes de un todo no desarrollado o las relaciones subordinadas de un todo más desarrollado. En este caso el camino de lo simple a lo complejo corresponde al proceso histórico real y 2) la categoría más simple, en su pleno desarrollo puede pertenecer a una forma social compleja. La totalidad más desarrollada permite entender a las menos desarrolladas. El orden de sucesión no es pues, lo más importante, sino la articulación de los procesos en el interior de la sociedad. El autor afirma que en toda su obra Marx se mueve simultáneamente en dos planos: el lógico-teórico y el histórico, predominando el primero en la reconstrucción de la realidad. Los hechos históricos apoyan el proceso lógico, sobre todo como: a) ejemplos que ilustran el desarrollo teórico, b) presupuestos empíricamente comprobables, e) explicaciones genético-hist6ricas de las categorías y d) verificación interna que apuntala el desarrollo lógico. En una contrastación con la corriente positivista, De la Garza resalta los aspectos que diferencian al marxismo de la metodología tradicional. Uno de los puntos centrales radica en que en la estrategia marxista es fundamental la construcción de teoría para cada objeto de conocimiento, desde dos ángulos- redefinición de la teoría preexistente en cada investigación y como proceso de etapas sucesivas que encadenan categorías que se presuponen unas a otras. ' El punto final -la explicación- se logra cuando se ha podido construir la teoría específica de un objeto de conocimiento. La diversidad de estos objetos implica en Marx metodologías distintas, sujetas, sin embargo, a ciertos criterios básicos, como son: 1) conocimiento científico como un proceso de reconstrucción de múltiples etapas, 2) la concepción de totalidad corno reconstrucción basada en la articulación de niveles cuya pertinencia y jerarquía deben descubrirse en cada caso y 3) la intervención, en cada paso reconstructivo, de los planos lógicos e histórico con jerarquías abiertas. Para ilustrar el método de Marx y sus diferencias a partir de objetos de conocimiento distintos, el autor analiza dos obras de Carlos Marx: El Capital, principalmente el primer capítulo y El Dieciocho Brlmario y una de Vladimir Illich Lenin: Los Tácticas de la Socialdemocracia en la Revolución Democrática. Después de analizar el método que siguen los autores en cada uno de los ejemplos, De la Garza concluye que el peso de los planos teórico e histórico en cada uno de los casos es diverso, dependiendo del objeto en estudio y que por caminos diferentes se arriba siempre a una categoría -síntesis de múltiples determinaciones- con la que se logra la explicación buscada. La noción de totalidad constituye el elemento metodológico constante. El segundo capítulo se centra en el proceso de abstracción. En él se comparan y ejemplifican, por un lado, las abstracciones históricamente determinadas en Marx, ilustradas en la obra El Dieciocho Brumario, y las abstracciones en la sociología clásica, fundamentalmente en Emilio Durkheim y en Max Weber. En el tercer capítulo: "Lo estructural en el método Marxista el autor profundiza el análisis metodológico de las tres obras propuestas como ilustración en el primer capítulo. Constituye un esfuerzo muy interesante, pues permite cristalizar la teoría en ejemplos concretos y comprender la diversificada metodología marxista para la construcción de categorías fundamentales. La polémica metodológica sobre la importancia de la dialéctica en la reconstrucción teórica, constituye el eje del capítulo cuarto. En él, De la Garza presenta las tres grandes posiciones dentro del marxismo acerca del tema. La primera afirma que la contradicción y la dialéctica no ocupan un papel relevante en la reconstrucción teórica. La segunda, por el contrario, enfatiza que la dialéctica sí cumple con esa tarea, a partir de dos argumentos diferenciados: por ser una propiedad de lo real, y porque el capitalismo al trastocar las relaciones sociales ha fijado a la contradicción como su rasgo específico (y no por ser una propiedad de lo real). La última posición concibe a la dialéctica como una forma de razonamiento, que permite descubrir la lógica específica de un objeto de conocimiento. Además de estas tres tendencias, el autor incluye la posición de Marx acerca de su "método dialéctico" (que pretende captar al objeto en movimiento) y una descripción del método de exposición de Marx en el primer capítulo de El Capital, que permite comprender de manera didáctica cómo a partir de la célula del capitalismo, la mercancía, Marx fue construyendo categorías en contradicción que dieron lugar a la formación de una teoría amplia, compleja y significativa. En el quinto capítulo, el autor analiza metodológicamente una obra de Lenin: El Desarrollo del Capitalismo en Rusia (escrita en 1895) concluyendo que en esa obra realmente no se reconstruye la teoría, sino que más bien se hace un uso deductivo de ella, que no se inscribe en el método del concreto-abstracto-conereto. En el capítulo final (sexto), se encuentra un ensayo sobre el uso de indicadores en la reconstrucción de la realidad. En un primer acercamiento, se hace referencia a los indicadores en la metodología tradicional que se ligan a las hipótesis y a la noción de causalidad; aquí, De la Garza abunda sobre el método hipotético-deductivo, que parte de un sistema teórico del que se desprenden las hipótesis que serán operacionalizadas para encontrar su medición, por último, en los datos empíricos. Más adelante, se centra en los referentes empíricos de la obra El Capital, en su apartado: "La lucha entre el obrero y la máquina." El uso de "datos" en este caso se subordina siempre a la reconstrucción teórica. Este último apartado finaliza con una serie de reflexiones en torno de los indicadores en el marxismo, que complementan teóricamente el ejemplo anterior. Cierra el libro un anexo sobre las antinomias de Lucio Coletti. Es importante resaltar que la obra reseñada constituye un texto pionero sobre la metodología marxista, centrada en el "método del concreto-abstracto-concreto". El marxismo es abundante principalmente en la difusión de sus grandes concepciones del mundo, pero es mucho más escasa la reflexión metodológica de cómo investigar la realidad con esas grandes concepciones. Sobre esto, el libro permite además combinar la discusión teórica sobre el tema con el desarrollo de una serie de ejemplos que provienen de obras significativas de la corriente marxista. Permite también interiorizarse paulatinamente y profundizar en aspectos difíciles y polémicas del materialismo histórico-dialéctico. Se trata de una serie de ensayos, de una enorme complejidad, escritos originalmente en forma separada, que fueron unidos para integrar el libro. Esto crea el problema para el lector de eliminar repeticiones y de mantener la coherencia en los contenidos, ya que en ciertos ejemplos y pautas teóricas se genera la necesidad de buscar una hilación distinta a la que provee el autor, y de recomponer secciones de acuerdo con temáticas específicas. Con un buen esfuerzo, esto último es posible, ya que pueden recuperarse de distintas maneras las ideas y desarrollos del autor. ANA HIRSCH ADLER. |