|
INTRODUCCIÓN Contenido
Este artículo aborda uno de los aspectos más importantes en el fenómeno educativo: la preparación
profesional del maestro. Para ello, y desde una perspectiva propia, se reflexionará en torno a la formación
del maestro que, como ser concreto, se encuentra dentro de una sociedad que está en constante y vertiginoso
cambio.
Hoy más que nunca se hace necesario considerar la evolución de la sociedad, así como la función
del maestro y de la educación en general. La preparación profesional del educador reviste una gran
importancia, tanto en la educación básica, que comprende la preescolar, la primaria y la secundaria;
como en la educación media superior (nivel bachillerato), y en la educación superior (licenciatura
y posgrado). En la actualidad, cuando la sociedad se halla en una constante renovación cultural, científica,
social, política y económica, se hace necesaria la reflexión y el análisis acerca de
la preparación profesional del educador.
Creemos pertinente y justificable analizar algunos aspectos que intervienen, unas veces a favor y otras en contra
de la preparación del profesional de la educación, ya que es indudable que tanto en la actualidad
como en los tiempos pasados y, seguramente en el futuro, la preparación profesional del maestro ha sido,
y será, el elemento esencial en el fenómeno educativo.
Todos los grandes pensadores y educadores han coincidido en la anterior afirmación, no existe ninguna cuestión,
en cuanto a educación se refiere, donde no se desemboque en la formación de los formadores, es decir,
en el maestro.
1. Importancia y consideraciones respecto a la formación profesional del maestro Contenido
Uno de los científicos que por sus aportaciones a la psicología y a la epistemología, han
contribuido notablemente a la educación es Jean Piaget, quien afirma que "Las mejores reformas fracasarán
si no se dispone de maestros en calidad y número suficientes. La psicología infantil puede multiplicar
los datos sobre hechos y nuestros conocimientos sobre el mecanismo del desarrollo; sin embargo, estos hechos o
ideas jamás llegarán a la escuela si los maestros no los han incorporado hastatraducirlosenrealizaciones
originales."(1)
Resulta paradójico que mientras más se perfeccionan los métodos educativos más difícil
resulta la tarea del maestro. En otras palabras, a medida que más se avanza en cuestiones teóricas
y metodológicas, más y mejor preparado se necesita al educador, tanto en el aspecto técnico
como en el aspecto ideológico. Es decir, que, desafortunadamente, se da un fenómeno por el cual el
educador, cada vez más alejado de los avances científicos en materia educativa, tiene mayor dificultad
para incorporar esos conocimientos a su quehacer diario. El avance de la ciencia educativa se halla delante de
su asimilación por parte del maestro.
Bodgan Suchodolski afirma a este respecto que "El problema de la actitud pedagógica es una de las claves
del magisterio, y por esta razón ha sido objeto repetidas veces del análisis y de las reflexiones
que podemos encontrar en la literatura pedagógica."(2)
Hoy más que nunca se hace imperativo clarificar con nitidez el papel e importancia del maestro en un mundo
que cambia día a día. Si la sociedad está regida por el cambio constante, en esta misma perspectiva
se debe contemplar la preparación del docente.
En La cuestión escolar, Jesús Palacios afirma, al referirse a la formación de los maestros:
"No creemos que haya uno solo entre los autores estudiados que no haya reconocido la importancia trascendental
del maestro, tanto en las criticas que se hacen a la escuela tradicional, como en las alternativas que se formulan."(3)
Es pues innegable, hoy más que nunca, la tesis de que no se podrá avanzar realmente en materia educativa
si no se tienen educadores con una preparación profesional de alto nivel. Es bastante complejo, por otro
lado, el poder definir claramente cuál sería el tipo de preparación que debe tener el maestro
en la actualidad. Esto depende de muchos factores, entre los que destaca el tipo de sociedad en el que se encuentra
inmerso y, por ende, de los objetivos educativos específicos de esa misma sociedad. Sin embargo, independientemente
de esta última consideración, es indispensable que todo sistema educativo cuente con educadores altamente
capacitados.
2. El maestro en la escuela tradicional y en la escuela nueva
Contenido
Se pueden establecer con cierta claridad dos épocas por las que, a través del tiempo, ha pasado la
escuela: una es la escuela tradicional y la otra la escuela nueva. La primera de ellas se establece a mediados
del siglo pasado; la segunda, a finales del siglo XIX y principios del xx. En ambas se hace referencia a la importancia
del maestro. Sus funciones cambian, pero su importancia no. Se le puede llamar maestro, educador, facilitador,
coordinador, asesor, participante y de otras formas, pero su importancia en el proceso educativo es innegable.
¿Cuál ha sido el papel del educador tanto en una como en otra escuela? Veamos: Palacios define perfectamente
cuál es la función del maestro en la escuela tradicional " ... él es quien organiza la
vida y las actividades, quien vela por el cumplimiento de las reglas y formas, quien resuelve los problemas que
se plantean: el maestro reina de manera exclusiva en este universo puramente pedagógico"."
Por otro lado, Snyders afirma que el maestro es quien prepara y dirige los ejercicios de forma que se desarrollen
según una distribución fija, según una gradación minuciosamente establecida. Para que
el conocimiento esté adoptado a la edad y a las fuerzas de los alumnos y para evitar perder tiempo y malgastar
esfuerzos, el maestro en la clase no deja de tomar iniciativas y desempeñar el cometido central.
El maestro es la figura central en el proceso educativo; de ahí que siempre haya existido una gran preocupación
por las formas de enseñanza. ¿Cuál es el papel del maestro dentro de la perspectiva de la
escuela nueva? En ella el enfoque varía; importa más el aprendizaje, y con ello la figura principal
será el educando, el que aprende. Pero la escuela nueva (que se desarrolla en Europa y Estados Unidos principalmente)
como un conjunto de ideas y principios acerca de la educación del niño, no tendrá una repercusión
real y concreta en la educación en México, salvo excepciones.
Paulo Freire ha desarrollado ampliamente un nuevo enfoque educativo, en el cual tanto el educador como el educando
dialogan, interactúan, constituyéndose a la vez en educador y educando. Cambia la función
del docente. Veamos ahora cuál es el significado de la función del maestro.
3. ¿Qué significa en la actualidad la formación del maestro? Contenido
En 1972, durante el sexenio del presidente Luis Echeverría. se da marcha a una reforma educativa que pretendía
crear en México una escuela nueva, activa, que sustituyera a la vieja escuela tradicional o escolástica,
como prefiere llamarla Célestin Freinet. El concepto de escuela nueva o activa lleva consigo una transformación
radical en la función del propio maestro. Su papel ya no es el mismo que en la escuela tradicional, no importa
tanto lo que el maestro es capaz de enseñar, sino lo que el alumno es capaz de aprender.
Mario Manacorda y Bodgan Suchodolski afirman que en la escuela tradicional "Toda la pedagogía antigua
giraba en torno a los ideales que deberían guardar valores eternos. Eran modelos que se podían imitar
o analizar con intención de demostrar reglas siempre válidas. La pedagogía se concentraba
sobre una formación exactamente precisa en cuanto a sus contenidos y alcances."(5) Por lo tanto, se
infiere que, con esta visión del mundo y de la vida, la función del maestro, y su misma preparación,
tuvieran características muy específicas.
Aunque en México llegan con mucho retraso, las ideas de la escuela nueva o activa cristalizan de alguna
manera en la citada reforma educativa de 1972. Esto da un nuevo giro al tipo de profesionista que se debería
formar; mismo que debía adecuarse a la aparición de un nuevo tipo de educación; de una escuela
nueva, más acorde a las necesidades de la realidad concreta. Para Roger Gilbert,(6) la educación
nueva o activa tiene como característica los siguientes aspectos:
1. Se basa en la psicología.
2. Cambia considerablemente el papel del maestro.
3. Es una escuela del interés.
4. Se interrelaciona con la vida.
5. Concede igual importancia al trabajo físico que al intelectual.
6. Pretende desarrollar las capacidades creadoras del niño.
7. Es una educación individualizada.
8. Para el desarrollo de la práctica educativa existe una autodisciplina.
Todas estas características de la escuela nueva exigían un nuevo tipo de maestro; este era uno de
los aspectos claves de la reforma educativa de 1972. Pero hubo un total desconcierto respecto a cuál sería
la función del nuevo educador. Al menos el maestro se hallaba ante la incertidumbre que quizá no
compartían los ideólogos que impulsaron la reforma. Pablo Latapí hace un minucioso análisis
al respecto y afirma que: "Ni los objetivos de la reforma educativa, ni sus metas y programas fueron nunca
definidos con precisión."(7) Fenómeno parecido al que ocurre en la actualidad con la llamada
revolución educativa. En fin, todo aquello tuvo sus efectos, uno de ellos era la interrogante acerca de
cuál debía ser entonces el tipo de preparación que debía tener el maestro. Se hablaba
de la necesidad de elevar la calidad de la educación, pero lo que no se dijo nunca es cómo se puede
elevar dicha calidad. Es obvio, afirma Fernando Rosenzweig, que la calidad de la educación depende de la
capacidad de los que educan, de los maestros. Pero la interrogante es ¿quién va a capacitar a los
capacitadores? Otro nuevo problema.
En una entrevista Latapí afirmó que la calidad de la educación real es muy variable; en la
medida en que uno puede opinar por las evaluaciones disponibles y los limitados contactos directos con la realidad
escolar, la situación es lamentable. En la mayoría de las escuelas ni siquiera se logra la normalidad
mínima, es decir, el funcionamiento elemental del modelo escolar establecido, es decir, que el maestro asista
regularmente, que aproveche bien el tiempo, que cumpla con el programa. Por lo tanto, si no se logra la normalidad
mínima, entonces estamos aún más lejos de poder crear métodos y técnicas novedosas
y acordes a las necesidades e intereses de los educandos y de los maestros. ¿Cuál es la causa? ¿Será
la falta de una preparación más profesional del educador? Naturalmente que la preparación
del maestro es una variable muy importante, pero no es la única; existen muchos otros factores que inciden
en el fenómeno educativo, sólo que aquí hago referencia a los alcances y limitaciones de la
preparación profesional del maestro en la actualidad.
Todos los intentos por hacer del educador una persona con una mentalidad nueva y pertinente a la realidad social
van en contra, al menos teóricamente, de una educación de tipo tradicionalista o bancaria. Como conceptualiza
Paulo Freire: "el educador (con su preparación tradicionalista) se enfrenta a los educandos como su
antinomia necesaria. Reconoce la razón de su existencia en la absolutización de la ignorancia de
éstos últimos. Los educandos, alienados a su vez, a la manera del esclavo, en la dialéctica
hegeliana, reconocen, en su ignorancia la razón de la existencia del educador, pero no llegan, ni siquiera
en la forma del esclavo en la dialéctica mencionada, a descubrirse como educadores del educador".(8)
El mismo Freire(9) critica una formación del maestro en la cual:
a) El educador es siempre quien educa; el educando el que es educado.
b) El educador es quien sabe; los educandos quienes no saben.
c) El educador es quien piensa; el sujeto del proceso; los educandos son los objetos pensados.
d) El educador es quien habla; los educandos quienes escuchan dócilmente.
e) El educador es quien disciplina; los educandos los disciplinados.
f) El educador es quien escoge el contenido programático; los educandos, a quienes jamás se escucha,
se acomodan a él.
En esta perspectiva, el maestro debería prepararse para transmitir su saber a los que no saben. Por fortuna,
la situación anterior se está erradicando. El maestro se da cuenta que su función tiene que
cambiar, la misma dinámica de la sociedad lo hace cambiar. Para ello se hace necesario un tipo de formación
acorde a la misma sociedad, y a las características nuevas y difíciles del fenómeno educativo,
mismas que sirven como estímulos para la búsqueda de alternativas pedagógicas que puedan llevarse
a cabo en un ambiente sociopolítico propio.
4. La formación del maestro: los fines y los medios
Contenido
El análisis de los fines de la educación y de los medios para educar son elementos primordiales por
considerar en la formación del maestro.
a) Los fines de la educación.
No se puede ejercer una acción en cuanto a educación se refiere, sino a partir de una concepción
filosófica del hombre, es decir, de una antropología filosófica, ya se trate de una educación
para la libertad (A. S. Neill), una educación para la concientización (Freire), una educación
para el desarrollo de nuestras potencialidades como ser humano y a la vez no directiva (Rogers), una educación
basada en el trabajo productivo y en el trabajo colectivo (Makárenko). Dada una determinada concepción
del hombre, los principios pedagógicos se darán por añadidura; lo mismo que un tipo de preparación
para el maestro.(10)
¿Cuál es el concepto filosófico que de hombre se tiene en nuestra educación? El presidente
de México Miguel de la Madrid lo hace bien explícito al afirmar que "La educación está
regida, en el fondo, por la imagen que se tenga del hombre. La nuestra es la de un hombre afirmado en la libertad,
dignidad y solidaridad democrática y persigue un nacionalismo enmarcado en los valores universales."(11)
En este sentido Juan Montovani(12) afirma que la educación tiene tres grandes problemas ineludibles:
- La educación y su problema previo: la idea del hombre (antropología filosófica).
- La educación y su problema esencial: la idea del fin (problema teleológico).
- La educación y su problema derivado: la idea de los medios (métodología didáctica).
Mientras no se tenga, de alguna manera, resuelto el problema previo, el de la idea de hombre no se podrán
resolver los otros dos problemas.
En la formación y actualización profesional del docente, este problema de carácter filosófico
debe quedar definido, lo demás viene como consecuencia lógica.
b) Revisión de los medios de educar.
Existen dos maneras de ejercer el acto educativo: de manera empírica, o a través de la técnica.
En el primero, el profesionista mezcla lo que hace, realiza las acciones educativas a partir de sus propios deseos
e intenciones. La actitud técnica, como lo afirma Lorenzo Filho, se caracteriza por el espíritu crítico
en relación con la actividad que debe ejecutar. El maestro o educador reflexiona sobre ella, comparando
los elementos de la acción, sus causas y resultados. En este sentido, tanto los fines como los medios tienen
una estrecha relación y revisión constante.
Para ello es recomendable que en la formación del docente de cualquier nivel se consideren dos tipos de
preparación; una técnica y profesional y la otra filosófica o ideológica. La primera
depende de la segunda. El gran educador latinoamericano, Alberto Merani afirma que "Frente a la clase el maestro
encarna una actitud y una intención. La actitud está representada por la actividad didáctica
y es la manera como el maestro utiliza los medios a su disposición para que los caminos del aprendizaje
resulten sendas adecuadas a la idiosincracia de los alumnos. La intención del maestro está constituida
por dos elementos: ideología y espíritu crítico, lo hace enseñando ideología
o lo hace con espíritu crítico." (13)
En la preparación profesional del maestro están implícitos todos estos elementos, no los podemos
hacer de lado. La reflexión constante acerca de todo lo anterior nos dará como resultado el perfil
del maestro. Las características que debe tener en un mundo como el que estamos viviendo.
5. Conclusiones y sugerencias Contenido
Por todo lo expuesto hasta aquí, es válido y necesario proponer acciones concretas y factibles para
que sean consideradas en el proceso de formación del maestro.
1. Se sugiere a la investigación como método de trabajo, ya que el único camino para elevar
realmente la educación en México es a través de la investigación.
2. Que se propicie en los maestros su participacón en foros, seminarios y eventos de alto nivel.
3. Se sugiere la creación en cada escuela de educación superior una verdadera editorial, donde el
maestro tenga oportunidad de dar a conocer, por escrito, sus experiencias y sus trabajos teóricos.
4. La creación de círculos de estudio. Esto de manera informal y voluntaria, donde en grupos, pequeños
al principio, los maestros analicen problemáticas y aciertos de su actividad educativa.
5. La creación de becas para el magisterio en general, donde el maestro pueda realizar estudios de alto
nivel, ya sea en el interior del país o fuera de él.
Louis Pauwels, afirma que: "Incluso la época de agobio es digna de respeto, pues es obra, no del hombre,
sino de la humanidad y, por tanto, de la naturaleza creadora, que puede ser dura. pero jamás absurda. Si
es dura la época en que vivimos, tanto más debemos amarla, empaparla de nuestro amor, hasta que logremos
desplazar las pesadas masas de materia que ocultan la luz que brilla del otro lado."(14)
6. Citas bibliográficas Contenido
1 PIAGET, Jean. Psicología y pedagogía. 8ª ed. Barcelona, Ariel, 1981. (Pág. 142.)
2. SUCHODOLSKI. Bodgan. Tratado de pedagogía. 4ª ed. Barcelona, Península, 1979. (Pág.
458.)
3. PALACIOS, Jesús. La cuestión escolar. 5ª ed. Barcelona, LAIA, 1984. (Pag. 22.)
4.------ . La cuestión escolar. 5ª ed. Barcelona, LAIA, 1984. (Pág. 18.)
5. SUCHODOLSKI, Bogdan y MANACORDA, Mario. La crisis de la educación. 1ª ed. México, Ediciones
de Cultura Popular, 1984. (Pág. 66.)
6. GILBERT, Roger. Las ideas actuales en pedagogía. 1ª ed. México; Grijalbo, 1977. (Pág.
90.)
7. LATAPí, Pablo. Análisis de un sexenio de educación en México. 3ª ed. México;
Nueva Imagen, 1982. (Pág. 66.)
8. FREIRE, Paulo. Pedagogía del oprimido. 15ª ed. México; Siglo XXI, 1976. (Pág. 73.)
9. Ibídem. (Pág. 74.)
10. FILHO, Lorenzo. Introducción al estudio de la escuela nueva. 1ª ed. Buenos Aires, 1974. (Pág.
73.)
11. Periódico "El Universal". Diciembre de 1985.
12. MANTOVANI, Juan. Los tres problemas de la educación. 12ª ed. Buenos Aires; El Ateneo, 1986. (Pág.
15.)
13. MERANI, Alberto L. Educación y relaciones de poder. 1a.
ed. México; Grijalbo, 1980. (Pág. 32)
14. PAUWELS, Louis y BERGUIER, Jackes. el retorno de los brujos. 1a.
ed. Barcelona; El Arca de Papel, 1976. (Pág. 16)
Contenido
|