PALABRAS DEL LICENCIADO
MANUEL BARTLETT DIAZ,
SECRETARIO DE EDUCACION PUBLICA
Venimos hoy a esta reunión ordinaria de la ANUIES, donde impera un clima altamente positivo. Hemos recorrido un largo camino desde que nos convocaran a la modernización del sistema de la educación superior del país. Hemos recorrido, asimismo, un largo camino desde que en el antiguo Colegio de Minería, la ANUIES hizo la entrega del Proyecto de Modernización Educativa, condensado en la Asociación, al Secretario de Educación Pública. Ha transcurrido también mucho tiempo dentro de las Instituciones de Educación Superior del país, desde que iniciamos (en la CONPES) los trabajos previos para convertir aquel programa en metas precisas y objetivos inmediatos. Empleamos tiempo, esfuerzos y trabajo, pero -por consenso- llegamos al concepto de evaluación. Definimos, también, los objetivos del posgrado. Todo ello se ha venido haciendo gracias al esfuerzo de los rectores, de su personal técnico, de los expertos, etcétera. No sólo hemos logrado, por primera vez, tener un cuerpo de metodologías serio, elaborado por ustedes mismos, sino que se ha venido cumpliendo punto por punto ese programa. Hemos tenido un resultado positivo cuando, por primera vez, las universidades y tecnológicos presentaron sus evaluaciones, y lo fue porque se llegó a la definición de diez puntos concretos en los cuales quedaron comprometidos rectores y directores de tecnológicos del país. Hemos avanzado, asimismo, en los pasos concretos en los que se comprometieron los rectores; hemos avanzado en la concepción de una administración coherente; se ha hecho un gran esfuerzo en los reportes, así como en la discusión del gran tema, el financiamiento de las universidades; esto es, el aspecto de los recursos propios, el de las cuotas y el de los pagos de servicios. Se ha actuado también con valentía dentro del marco de la autonomía de las instituciones. Hemos logrado hacer relucir la relación entre maestros y alumnos, así como la revisión de planes y programas. Estamos avanzando en el gran problema que implica redefinir internamente a las universidades. Continuamos avanzando en cada uno de los renglones en que nos hemos comprometido. Este avance no ha sido igual, no todos hemos seguido el mismo ritmo hacia adelante, ya que es difícil pedir a una institución, a un sistema heterogéneo y diferente que marche al mismo ritmo, sobre todo si uno de nuestros principios ha sido la deshomologación y la búsqueda de lo que es cada institución en sus responsabilidades dentro de la comunidad. La deshomologación salarial y la de los programas, así como la búsqueda de identidad específica de cada institución son los factores que han determinado un ritmo distinto de avance, pero lo importante es que éste se ha dado. Lo que más interesa es que existe una decisión por seguir trabajando, pues hay una clara conciencia del cambio en todas las comunidades universitarias, en sus autoridades y en sus consejos. La alusión específica del licenciado Carlos Salinas de Gortari acerca de la educación superior en el tercer informe, nos presenta un programa promisorio y alentador. Felicito al doctor Casillas y a los rectores. Hace unos años hubiera sido imposible hablar de los temas que estamos tratando. Esto lo hemos hecho con valentía, con respeto a la autonomía, pero con un gran sentido de patriotismo. Por eso nos sentimos muy complacidos. Mas esto no quiere decir que asumamos una actitud de complacencia, porque nos falta mucho por hacer. Iniciar el camino es muy difícil, pero tenemos que ser perseverantes en el camino, ya que México necesita un sistema de educación superior de óptima calidad. México demanda universidades capaces de transformar al país, que sirvan a su comunidad, que se orienten para formar a los profesionistas necesarios para hacer la investigación, que es la función esencial de un sistema de educación superior, requisito imprescindible para conducir al país. Para dar a México las soluciones que requiere, para eso estamos los universitarios y los tecnológicos del país. Necesitamos hacerlo con la mayor rapidez, porque el mundo así lo exige, porque el presidente transforma rápido a México, de la misma manera tenemos nosotros que transformar rápidamente a las universidades, cada quien con su ritmo, cada quien de acuerdo con la voluntad y los objetivos, las dificultades que presenten en sus comunidades, cada quien pensando siempre en México como lo han hecho hasta ahora. Por ello, podemos decir que, en Veracruz, estamos orgullosos de las universidades mexicanas, y que confiamos en que estas casas de estudio estarán a la altura de lo que de ellas demanda México. Veracruz, Ver., 6 de noviembre de 1991. |