ENTREGA DE LOS PREMIOS NACIONALES DE CIENCIAS Y ARTES 1995

PRESIDENTE ERNESTO ZEDILLO*

* Palabras del Presidente Ernesto Zedillo durante la ceremonia en la que hizo entrega de los Premios Nacionales de Ciencias y Artes 1995, el 15 de diciembre de 1995.

 

Es para mi muy satisfactorio hacer entrega de los Premios Nacionales de Ciencias y Artes correspondientes al ano de 1995.

Es muy grato cumplir con esta noble tradición de la nación. Lo hacemos en tiempos que nos hacen recordar que la conciencia de las culturas se esclarece ante los peligros, como dijera Alfonso Reyes.

Cito a don Alfonso con emoción no solamente por la pertinencia de sus palabras, sino porque fue él quien hace 50 años recibió por primera vez un Premio Nacional. A partir de entonces, durante medio siglo, México ha honrado a quienes han consagrado sus vidas con entrega y mérito especiales al cultivo de las artes, la ciencia, la innovación tecnológica y las tradiciones en nuestro país.

Hoy nos congratulamos de exaltar la obra de nueve extraordinarios pensadores, investigadores y artistas, que han sido distinguidos por sus propios pares. La calidad y amplitud de su obra, el ejemplo de su esmero y dedicación, la trascendencia de su contribución al saber y a la cultura, reciben en este día el mayor reconocimiento de la sociedad a la que sirven. Al mismo tiempo, hacen resaltar la vitalidad de la tecnología, la ciencia y el arte y las tradiciones de México en el momento presente.

Estos fondos están siendo decisivos para el mejoramiento de la infraestructura de investigación y la repatriación de investigadores para descentralizar y fortalecer la actividad científica en los estados de la República, y apoyar la modernización tecnológica.

La aportación suplementaria que he mencionado garantizará que en 199ó pueda crecer y tener continuidad el apoyo público a la ciencia y la tecnología. Al mismo propósito servirá la asignación por 105 millones de nuevos pesos que hoy anuncia al CONACyT en apoyos a proyectos de investigación.

Hoy, ante la comunidad científica quiero anunciar la reactivación del Consejo Consultivo de Ciencia, con cuyos integrantes me reuniré periódicamente; asimismo, muy pronto el propio Consejo emitirá las bases para otorgar de nuevo el Premio México de Ciencia y Tecnología.

El gobierno federal mantiene y honrará el compromiso inquebrantable de realizar su mayor esfuerzo para impulsar la ciencia, alentar las artes, estimular la tecnología y preservar nuestras tradiciones.

Parte de este esfuerzo es vincular estrechamente la educación y la cultura. Parte de este esfuerzo es multiplicar nuestros lectores.

Parte de este esfuerzo es acercar a los niños y a los jóvenes, a las manifestaciones del arte y de la ciencia, hacerlos participar, fomentar su curiosidad, su destreza y su interés.

Parte de este esfuerzo es seguir apoyando a los artistas y a los investigadores, consolidando los mecanismos de estimulo y garantizando la protección de sus derechos.

Una sociedad compleja, plural y cada vez más participativa y crítica, como la nuestra, tiene también una vitalidad cultural cada vez más intensa. Nuestra cultura es todo aquello que nos distingue de los otros pueblos. Todo aquello que nos permite reconocernos en nuestra diversa unidad.

Por su propio vigor, nuestra cultura tiene expresiones múltiples. Nuestra cultura necesita ser atendida en todas las regiones y en todas las ciudades. Los apoyos a las artes, a las ciencias y a las innovaciones tecnológicas, deben poder reconocer y sostener a toda genuina vocación artística o científica, a todo mexicano capaz de consagrarse a una obra de genuina excelencia.

La excelencia reconocida por la propia comunidad artística o científica, debe serla única exigencia. La excelencia, reconocida por la propia comunidad artística y científica, es la piedra de toque que decide quien debe recibir un premio nacional.

Señoras y señores:

En esta ceremonia nos honra con su presencia el doctor Mario Molina Pasquel pionero en el estudio de los equilibrios atmosféricos presenciales del planeta; hombre comprometido con el desarrollo y la aplicación del conocimiento, para proteger la vida en la tierra y Premio Nobel de Química 1995.

Quiero felicitar a tan destacado científico mexicano y unirme al homenaje que brinda todo el país al doctor Molina Pasquel. ¡Bienvenido a su patria, doctor Molina!

Los premios nacionales son el más alto reconocimiento que concede el gobierno de la República, que han constituido la más alta manifestación del apoyo que reciben los artistas, los investigadores, los guardianes de nuestras tradiciones.

Ante las comunidades artística y científica de México, hoy quiero reiterar la decisión del gobierno de la República para continuar alentando, junto con ustedes, las obras de excelencia.

Algunos opinarán que los apoyos a la comunidad científica y artística, son privilegios en estas épocas de fuertes carencias, en tiempos de crisis. A esas opiniones debemos responder que la confianza en la capacidad de los mexicanos para superar la adversidad, se nutre de nuestra cultura y nuestra coherencia histórica; de nuestro pensamiento, nuestra fuerza creativa y sus grandes realizaciones.

En estos momentos en que México lucha con denuedo por preservar sus valores y por alcanzar un crecimiento económico con equidad de oportunidades y justicia, nuestra cultura, esencia y fruto de nuestra identidad, debe ser nuestro más sólido apoyo.

El verdadero privilegio es contar con una comunidad de hombres y mujeres comprometidos con la ciencia, las artes y las tradiciones, comprometidos con la verdad y la sabiduría, comprometidos con la creatividad, la belleza y la innovación.

Ese privilegio de la sociedad mexicana se enriquece con la vida y la obra de quienes hoy reciben el Premio Nacional de Ciencias y Artes.

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