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Introducción Contenido
Creemos necesario indicar nuestra apreciación de los conceptos de educación abierta, continua
y de educación a distancia, ya que una ubicación adecuada del contexto es condición necesaria
para sustentar la exposición.
Tradicionalmente la educación continua se ha considerado aquélla que es ofrecida por las universidades
para los egresados de las licenciaturas a través de diplomados, cursos sueltos o especializaciones y que
puede ser escolarizada o no.
Educación abierta es aquélla que su operación prescinde del aula y de la presencia de los
profesores, fincando el proceso de enseñanza aprendizaje en materiales escritos en forma de textos programados.
Hace más de una década Iván Illich del Centro de Documentación Internacional de México,
escribió: “ El estudiante está escolarizado para que confunda la enseñanza con el aprendizaje,
el avance de los años con la educación, los diplomas con la habilidad y la competencia, y la fluidez
con la habilidad de decir algo nuevo. Se escolariza su imaginación para aceptar el servicio en vez del valor...”
Educar no es eso. Educar es la única forma como los individuos y los pueblos pueden alcanzar la libertad
espiritual. Educar significa “sacar fuera” lo que el ser humano lleva por dentro.
Lamentablemente, con algunas excepciones, en el contexto nacional no se ha vislumbrado o no se ha tenido la capacidad
para comenzar a actuar de manera acorde con la envergadura de las transformaciones del mundo educativo y se sigue
pensando que la tradición modificada con alguna chispa de modernidad puede sustentar la existencia de nuestras
universidades.
Bill Gates, dueño de Microsoft, en su libro Camino al futuro dedica un capítulo a la educación
a la que califica como “la mejor inversión”. En él, entre muchas otras cosas afirma:
“...La supercarretera de la información no reemplazará ni desplazará a ninguno de los talentos
educativos humanos necesarios para los retos futuros: profesores motivados, administradores creativos, padres implicados
y, por supuesto, alumnos diligentes. Sin embargo, el papel futuro de los profesores se basará en la tecnología.
La supercarretera reunirá lo mejor de incontables profesores y autores para que todo el mundo pueda compartirlo.
Los maestros podrán obtener ese material y los estudiantes tendrán la oportunidad de explotarlo de
manera interactiva. Con el tiempo, este acceso ayudará a extender las oportunidades educativas y personales,
incluso a aquellos estudiantes que no son lo suficientemente afortunados para disfrutar de mayor apoyo familiar
o escolar... El objetivo final cambiará; ya no será obtener un título sino disfrutar el aprendizaje
a lo largo de la vida”.
Reconocemos que un ambiente como el descrito no existe actualmente en nuestro país, pero la tendencia mundial,
dada la tecnología actual y futura, harán factible tal contexto. Nuestras universidades deberán
estar abiertas y comenzar a prepararse para ello. Si no fuera así, ¿qué pasaría si,
por ejemplo, un joven cualquiera de nuestra nación pudiera escoger entre estudiar literatura hispanoamericana
o derecho internacional en cualquier facultad de alguna de nuestras universidades o en la Open University, con
costos semejantes, y teniendo las enormes ventajas adicionales de compartir ideas y estudios con muchos jóvenes
de otras latitudes y de ser reconocidos sus estudios internacionalmente? La respuesta para muchos sería
obviamente el aprovechamiento de la educación a distancia internacional. Esta situación parece lejana
y quizá para muchos imposible o improbable; pero las opciones tecnológicas ya existen y, con el tiempo,
podrían ser más económicas y accesibles. Transformar a nuestras universidades en instituciones
competitivas depende más de voluntades limpias y proclives al desarrollo humano, y no tanto del dinero.
Dadas las opciones actuales, el concepto de educación abierta, hasta ahora muy limitado en nuestro contexto,
puede significar algo diferente y mucho más amplio. Puede abarcar no nada más una forma de educación
externa a las aulas, sino una serie de características adicionales donde la flexibilidad y la interactividad
sean la esencia del proceso educativo. Considerada así, la educación abierta puede incluir la educación
continua, la educación a distancia, presencial y la no presencial. Puede valerse del aula tradicional y
la equipada con lo más moderno en multimedios, puede ser a distancia o desarrollarse dentro del claustro
institucional pero con diversos ritmos, puede combinar conferencias en vivo o videograbadas, valerse de la radio,
la televisión, material impreso, redes de comunicación y software educativo, puede incluir prácticas
en ambientes reales o simulados, e incluso, si se persistiera en conservar el concepto de grupo, pudiera haber
estudiantes de un mismo grupo, algunos de los cuales llevarán la misma materia (disciplina, módulo
o globalización multidisciplinaria) de manera presencial, otros que la cursaran en su casa mediante videoconferencias
y otros programas de televisión y algunos más que acudirán a una sala de multimedios ubicada
a cierta distancia de la institución. El teléfono, el fax, las computadoras y aún el correo
pueden utilizarse en grados diferentes. La evaluación de los procesos y el aprendizaje también deberá
ser muy flexible, quizá desde la ausencia de evaluaciones hasta el requerimiento presencial de la gente
que deba ser evaluada. Un cuadro sinóptico ayuda a visualizar este concepto.

Dadas las actuales circunstancias es conveniente poner en marcha de manera independiente las nuevas formas educativas
con el propósito de estructurarlas adecuadamente y posteriormente irlas combinando. Reconocemos que en la
actualidad la mayoría de las nuevas ofertas permanecen separadas de las tradicionales, es decir, las modalidades
abiertas o a distancia no se mezclan con los sistemas cerrados y escolarizados, pero conjeturamos que esta situación
es temporal ya que nos parece muy artificial y contrario a nuestra obligación universalista que en el futuro,
por normas administrativas o discrepancias organizacionales, un estudiante no pudiera combinar asignaturas o planes
de estudio cuyas partes se ofrecieran en modalidades diferentes. Así, cualquier estudiante en función
de sus circunstancias y preferencias individuales podría escoger, para una misma carrera por ejemplo, llevar
algunas asignaturas en el aula, otras a distancia y otras más de manera abierta, sin importar que se yuxtapongan
tales opciones en un mismo periodo. Esto parece muy difícil de lograr y algunos hasta les parecerá
inconveniente, pero los impedimentos son tan sólo administrativos, de organización y quizá
de carencia de un buen sistema de control escolar. Sabemos que puede haber obstáculos infranqueables si
la oposición se origina en actitudes e intereses personales, pero ya mencionamos que como requisito previo
habrá que preparar la conciencia y la responsabilidad de los actores de la educación, lo cual puede
ser muy arduo y, en algunos casos, prácticamente imposible.
El desarrollo de la educación abierta en el mundo se debió hasta hace poco, entre otros factores
a:
- Problemas de atención a la demanda por la distancias.
- Problemas de atención a la demanda por carencia de recursos humanos, materiales y financieros.
- La generalización del uso de la radio y la televisión y los materiales impresos.
- El deseo de la gente por prepararse.
- La saturación de los centros escolares.
- La carencia o falta de disponibilidad del personal docente para atender a los estudiantes en su lugar de residencia.
- La competencia mundial.
Ahora, sin embargo, el auge de la educación abierta se puede deber principalmente a:
- El deseo de los jóvenes y de los adultos de romper la alienación educativa que actualmente se
padece y
- La facilidad de acceso al conocimiento que proporcionan las nuevas tecnologías.
Esta última aseveración no es aceptada por muchos. Atribuyen a la tecnología todos los males
que padecemos. Pero nosotros pensamos que el progreso técnico es neutro. Por él pasan el mal y el
bien. Puede ayudar a una rápida degradación psíquica y moral de los civilizados, cuando son
víctimas de un progreso que ha degenerado en salvajismo, tal es el caso de los grandes fraudes del país
apoyados por las computadoras bancarias y de las bolsas de valores; o la reciente guerra con el nombre comercial
de película “tormenta del desierto”, donde la arbitrariedad y el poder se impusieron al fanatismo y al narcisismo.
Pero también puede brindar una oportunidad nunca antes posible, para que los jóvenes del todo el
mundo puedan cultivar y compartir lo mejor de ellos.
Posibles rumbos de la educación abierta en el país Contenido
Lo que a continuación afirmamos, parte de la premisa de la necesidad de extender la educación abierta
y a distancia en todo el país. Los esfuerzos que hasta ahora se han realizado han beneficiado a un grupo
muy reducido de privilegiados, a tal grado que para efectos nacionales de educación consideramos casi nula
su influencia y su aportación.
Alvin Toffler, el futurólogo de fama internacional, en su libro El cambio del poder atribuye al “conocimiento”
el principal factor del cual dependerá la distribución y el ejercicio del poder, más que la
fuerza física o combatiente y más que al dinero.
Esto que pudiera ser prometedor puede ser también, paradójicamente, un fenómeno social que
distorsione hasta lo intolerable la convivencia humana. Conocer ciencia y técnica, sin sentirse emocionalmente
integrado a las personas, a la estética y a los afectos puede ser lo más grave que le haya pasado
al hombre en su existencia. Las nuevas tecnologías pueden ser apoyos antes inimaginables de la educación,
pero también nos pueden aislar. El exceso de opciones y de competencia en el saber puede ser tan abrumante
que muchos pudieran preferir aislarse. De hecho tales fenómenos ya han comenzado a manifestarse en muchas
partes del mundo.
Parecería que nuestra postura en el desarrollo de la educación superior, por lo que hasta aquí
hemos expuesto, indica que es indispensable contar con tecnología actualizada y suficiente. No es así.
Creemos que el país puede seguir tres opciones de educación abierta y a distancia en relación
a la tecnología:
Sin Tecnología actualizada.
Con tecnología actualizada.
Sin rumbo global definido.
Si para atender tecnológicamente la demanda educativa superior de toda la nación tuviera que sacrificarse
aún más el estómago y el bienestar de la gente, sería preferible olvidarse de tal alternativa.
La Open University y otras megauniversidades han subsistido y crecido basando la producción de su material
didáctico en el texto impreso. Podemos seguir ese rumbo, siempre que los textos producidos estén
de tal manera elaborados que cumplan con las condiciones que exige la educación a distancia y que sirvan
de base para que en el futuro sean transformados en software educativo o se integren a la producción de
teleconferencias y de otros materiales didácticos de vanguardia tecnológica.
Valdría la pena pensar en serio en una inversión global que ponga en auge las modalidades no presenciales
y que durante los próximos lustros proliferaran las unidades modulares de educación a distancia en
todo el país. Donde se atendieran las necesidades educativas regionales mediante servicios educativos de
primera, con asesores atingentes, materiales didácticos desarrollados por nosotros para nuestros propios
alumnos que contengan problemas y propuestas de nuestra propia vida.
Estamos ante el reto formidable pero también ante la oportunidad factible de hacer de nuestra época
la era de la educación. Elevar significativamente el nivel educativo de cerca de 100 millones de mexicanos
parece algo tan improbable que nadie se ha atrevido a proponer programas concretos y prácticos al respecto.
Las nuevas opciones tecnológicas pueden agrandar la distancia abismal entre los países desarrollados
y los atrasados; pero también es posible, con responsabilidad, ingenio y trabajo, que esas alternativas
brindadas por la computación, las comunicaciones, la realidad virtual y otras más pudieran adquirirse
y utilizarse para llegar a todos los rincones del país. La inversión puede ser cuantiosa, pero menor
y más realista que seguir con la educación tradicional. Hay que apostarle a la educación más
que a las finanzas.

En el esquema anterior se plantea un modelo sencillo de lo que podrían ser unidades académicas
situadas en innumerables poblados del país donde un mínimo de 100 y un máximo de 1000 estudiantes
podrían ser atendidos. La ideas fundamentales que sustentan la operación de tales unidades son las
siguientes.
Contar con una existencia actualizada de material documental y opciones de aprendizaje sobre las áreas y
niveles educativos que se hayan seleccionado, en el siguiente orden de importancia:
Software interactivo.
Documentos impresos.
Programas radiofónicos y televisivos.
Asesorías presenciales.
Teleconferencias.
Videocintas.
Casetes.
Teléfono para consultas.
Fax.
Aparece en primer lugar el software interactivo porque es una de las herramientas que puede ser desarrollada por
las universidades y que en verdad puede servir para generar conocimiento y no sólo proporcionar información.
La idea es que a mediano plazo pudiera manejarse lo que se llamaría algo así como universidad, educación
o aprendizaje virtual que resolvería en gran medida las dificultades actuales que presenta la educación
a distancia en áreas como la medicina o la ingeniería que requieren prácticas, laboratorios
y experimentación. No está lejos el momento que será común el tener acceso a una realidad
virtual en donde un alumno operará del corazón a un ente que simulará un cuerpo humano y sus
reacciones, de tal manera que pudiera comprobarse, sin riesgo para un ser vivo, la habilidad y el conocimiento
que posee el cirujano en ciernes. Obviamente esto es un sueño todavía para la realidad de nuestras
instituciones aunque ya sea un hecho en algunos institutos de prestigio internacional en países desarrollados.
La última opción, que para nosotros es la menos recomendable pero, desafortunadamente, la más
probable, es que sigamos como hasta ahora, con esfuerzos aislados, muy loables en sus propósitos pero de
poca trascendencia para el país como un todo. De ser así, seguirá habiendo unos cuantos privilegiados
y millones de mexicanos marginados de la educación superior, aunque hasta ahora poco tenga de superior tal
nivel educativo.
La importancia de la función del docente en un sistema de educación abierta y
a distancia Contenido
En un sistema de educación abierta y a distancia (SEAD) el docente debe convertirse en tutor. Como tutor,
se transforma en el vaso comunicante entre el estudiante y los demás elementos del proceso educativo como:
Los aspectos organizacionales y administrativos de la institución que avala los estudios.
El material que ayudará a generar el conocimiento.
Los demás compañeros de estudio.
Las nuevas actitudes de autoaprendizaje, automotivación y autodisciplina.
Los métodos de evaluación.
Sin embargo, esta importancia es inversa a la madurez y a la experiencia de la institución y de los estudiantes,
es decir, en el inicio de modalidades dentro del SEAD la presencia de buenos tutores es indispensable, pero conforme
vaya generándose experiencia y retroalimentación, los tutores serán menos necesarios, cuando
menos en algunas de sus funciones no relacionadas con la disciplina que domine. Creemos que con el tiempo mucha
gente podrá ser autodidacta o cuando menos autogestiva, necesitando escasa ayuda, sobre todo si la administración
trabaja con buenos procedimientos y trámites sencillos, y los materiales están elaborados con las
mejores características didácticas. Es en este aspecto, en la elaboración de buen material
didáctico con contenidos relevantes y buenas técnicas de interactividad, donde los profesores tendrán
un campo amplio de trabajo, siempre que se preparen, aprovechen la comunicación que se establece en los
buenos procesos educativos, dominen alguna disciplina y posean las características de un buen docente dentro
de las modalidades alternativas de educación. Un docente del futuro alternará sus papeles: deberá
ser estudiante de SEAD para permanecer actualizado y ser asesor de nuevos estudiantes.
Este optimismo podría parecer exagerado dadas las graves dificultades que deben superar los estudiantes
de SEAD, pero este gran cambio no es más retador que aquél que sufrió la gente del campo cuando
tuvo que adaptarse a las escuelas y al trabajo de tipo industrial.
Las funciones que desempeña un asesor o tutor de sistema abierto y a distancia Contenido
Guiar a los estudiantes en el modelo de estudios.
La forma de trabajar en casa; fomentar el estudio independiente.
Estimular la formación de grupos de autoayuda o círculos de trabajo.
Revisar, corregir y evaluar los trabajos.
Brindar diferentes tipos de asesoría: cara a cara, vía telefónica, mediante el correo electrónico,
etc.
Diferencias entre un maestro tradicional y un asesor de sistema abierto y/o a distancia
Contenido
Partimos de la premisa que en lo esencial no debería de haber diferencias entre un maestro tradicional y
un asesor de SEAD. Tal vez haya más exigencia para que las cualidades que a continuación anotamos
sean poseídas por los tutores, pero deberían ser parte inherente de todas las personas que se dedican
a la formación de la gente. Dudamos mucho que un “maestro tradicional” incompetente pueda transformarse
en un tutor competente. La pregunta la plantearíamos de un modo un poco distinto: ¿qué diferencia
existe entre un maestro o tutor incompetente y un maestro o tutor competente? Lo tradicional no es sinónimo
de obsolescencia. Hay maestros antiguos que “tradicionalmente” han sido excelentes mentores y practicantes (tal
vez innatos) de muchas de las cualidades que la lectura menciona:
Comprende los problemas de la educación para los adultos.
Combina profundidad de conocimientos en su propia especialidad con amplitud de perspectiva.
Preocupado por la comunicación académica.
Hábil y con actitud abierta para escuchar.
Hábil para generar buenas relaciones.
Hábil para entender las necesidades, aspiraciones y preocupaciones de los estudiantes.
Estilo extrovertido.
Muestra de interés por el progreso de todos los estudiantes a su cargo.
Domina diferentes métodos de estudio.
Refuerza las conductas positivas e inhibe las negativas sin producir efectos colaterales negativos.
Poseedor de una cultura general amplia.
Amplitud de criterio para aceptar a la gente, sin prejuicios. Si se aplicara el modelo de las posiciones vitales
del Análisis transaccional sería una persona enmarcada en la posición sana: yo bien +, tú
bien +, ellos bien +.
Administrador eficiente.
Dominio de las técnicas y formas de producir y de utilizar los materiales didácticos.
Ciencia, técnica, arte, deporte y diversión en la educación a distancia
Contenido
Gracias a la información que hemos obtenido, hemos ratificado e incluso aumentado nuestra convicción
que esta modalidad será la más generalizada en la educación futura de la gente común
de muchas partes del mundo. Seguramente nuestras graves dificultades económicas no nos permitirán
avanzar al ritmo de los países desarrollados, ya que una parte importante de la educación no presencial
descansará en tecnologías de punta caras y prohibitivas para nosotros, si pensamos en su uso masivo
inmediato. Sin embargo muchas cosas pueden irse preparando para que en los momentos oportunos, es decir, cuando
las condiciones sociales y los costos de los recursos, sean más adecuados, podamos contar con la infraestructura
organizacional, productiva y humana suficiente, y así ser capaces de aprovechar lo que podría transformarse
en la era de la educación, sobre todo para los países como el nuestro que ha padecido un rezago crónico
en este renglón. Salir de la pobreza, la corrupción, la insalubridad y la desesperanza con educación
masiva pero sin calidad, no es una utopía, es una mentira.
En educación superior se ha apretado donde debería haber más libertad y se ha dejado en libertad
aquello que debería estar mejor controlado.
Esto no quiere decir que las universidades no hayan funcionado del todo. Hay un buen número de académicos
e investigadores que se han formado inicialmente en nuestras instituciones y que pudieran compararse con colegas
prestigiosos de otras latitudes. También cabe destacar que en algunas áreas del saber y en algunas
instituciones el nivel académico es muy respetable. Pero en general consideramos que las deficiencia y los
desperdicios son más que los logros y que esta situación puede transmitirse a la educación
abierta sino se pone el remedio necesario, que bien podría ser la reubicación en primer lugar de
los valores universales, que al final de cuentas son los que le dieron nombre a nuestras instituciones.
Tal como se concibe y se administra la educación a distancia, en nuestros días es incongruente proponer
que se incluya dentro del curriculum el deporte, el arte y la diversión. Pero tal como hemos planteado nuestra
visión del futuro de la educación no presencial, será necesario que se integren, con igual
importancia, las disciplinas del espíritu y las disciplinas de la ciencia y la técnica. De no hacerlo
así, se cometerá el mismo error que la educación presencial: la ética, la amistad y
el afecto son considerados rellenos de segunda e incluso obstáculos en la academia universitaria. Gravísimo
error que se ha perpetrado durante ya un buen número de décadas en nuestro país. Las carencias
materiales y la vecindad de los gringos con su american way of life tal vez nos hayan hecho creer que lo único
que vale la pena es imitarlos. Valdría la pena considerar la conveniencia de su vida si se evaluara en función
de la felicidad y satisfacción interna de sus ciudadanos y no de sus posesiones materiales. Pero diariamente
se producen muestras de lo contrario: a pesar de su confort, su educación y su civilidad se suicidan en
pos de una quimérica nave detrás del cometa que ahora nos visita. La educación debe rescatar
la fiesta, la poesía, el deporte de convivencia no de competencia. Eso nos ha salvado como pueblo, pero
cada vez es más obscuro el panorama, aunque existamos grupos de privilegiados que no alcancemos a vislumbrar
la tragedia educativa que viven millones de niños, jóvenes y adultos todos los días.
La comunicación educativa ¿educación para la soledad? Contenido
Los métodos impositivos, punitivos y rigoristas de antaño que eran usados por los profesores de escuelas
tradicionales y conservadoras no propiciaban la comunicación. El aprendizaje era más un acto de fe
que de convencimiento. El alumno se consolaba en la soledad de los golpes, castigos y vejaciones que debía
padecer a lo largo de su preparación para ser “un hombre de bien” o una “mujer honorable y de casa”.
Ese clima educativo ha cambiado con el tiempo, sin embargo la soledad sigue presente. Quizá otro tipo de
soledad. La anterior era un aislamiento debido a la incomprensión de las necesidades cotidianas de afecto
y compañía; la de ahora es sentirse perdido en un mundo donde hay muchas cosas y muchas oportunidades
pero nadie las aprecia ni facilita la emoción viva de saberse copartícipe en ellas. Antes, cuando
menos había oportunidad de escuchar a maestros doctos que hacían un deleite de sus charlas y de la
exposición de sus ideas y experiencias, hoy, esa virtud ya casi no es cultivada. Basta con escuchar la pobreza
del lenguaje y los vicios de dicción de los “profesionales de la comunicación” como son los locutores
de radio y televisión, los políticos o los profesores. La soledad en medio del caos relacional puede
ser más trágica que la de antes. Hace algunos días oíamos que en el Distrito Federal
se suicidan dos estudiantes diariamente en promedio y menos de la mitad de los que ingresan a preparatoria termina
estudios de licenciatura. Muchas cosas no están funcionando y una de ellas, principalísima, es la
comunicación.
Bajo las políticas educativas actuales quizá sea posible formar mejores recursos humanos para el
mercado laboral y quizá, algún día nos sintamos satisfechos porque pueden actuar en la competencia
profesional exitosamente, pero el signo de la insatisfacción seguirá presente porque hace falta el
ingrediente de la verdadera comunicación humana, condición indispensable para responder a las demandas
y necesidades sociales y para obtener la capacidad de resolver problemas nuevos.
La comunicación masiva y las cadenas de producción están siendo desplazadas a los países
atrasados como el nuestro. La educación debe oponerse a ello, ya que la única forma de salir del
subdesarrollo es mediante el desarrollo del pensamiento que está determinado por el propio lenguaje: “son
inseparables la función expresiva comunicativa y el desarrollo de la cognición”.
Por otra parte, tenemos confianza que aunque sea con tecnología totalmente extranjera, en el concierto mundial
persista y se imponga una política de ayuda educativa a todas las naciones. La tecnología hace factible
la transmisión de datos, imágenes y voz. Así, podría ser rescatado el lenguaje oral
y el escrito. La comunicación virtual entre pares de estudiantes de muchas latitudes, con la palabra oral
y la escrita de por medio, con el auxilio de imágenes, de información recabada entre cientos de bases
de datos y operaciones prácticas virtuales, la gran ausencia de comunicación presente puede transformarse
para que a la vez nos sintamos ciudadanos del mundo e integrantes de grupos pequeños en los que la comunicación
no carezca de emoción y afecto, que por el contrario la defienda y la eleve en grado excelso. Tal futuro
es factible, ojalá no se sigan imponiendo el individualismo y el egoísmo que produce individuos,
que no hombre y mujeres como lo indica Mario Kaplún.
Las protestas y los mitines exigiendo más calidad en la educación deberían ser cotidianos
en nuestro país, pero parece ser que estamos frente a generaciones de conformistas. El año pasado
los disturbios registrados se debieron al problema de los rechazados en los niveles medio superior y superior y
a los precarios sueldos de los profesores de primaria, pero nada relacionado con el desperdicio del tiempo en el
aula y los pasillos de las escuelas, nada respecto a los contenidos obsoletos de los programas, nada sobre la inasistencia
desvergonzada de los catedráticos, nada sobre la imposición de directores y funcionarios escolares
sin vocación de servicio, nada sobre el anteponer los compromiso políticos a la verdadera docencia.
Nada que a nivel oficial revele una visión sana y realista del ambiente educativo y se actuara en concordancia
. Tal vez los problemas sean ya tan grandes que rebasen cualquier esfuerzo que no involucre a todos.
Características y funciones del material didáctico en los sistemas abiertos y
a distancia Contenido
El material didáctico es el eslabón comunicante entre el estudiante y el conocimiento. En el aspecto
informativo sustituye al maestro (no así en el formativo, ya que en este aspecto la relación personal
es indispensable), en muchas ocasiones de mejor manera, ya que un buen material inteligentemente elaborado evita
improvisaciones, define tiempos y en muchos casos se puede usar dependiendo únicamente de la voluntad del
estudiante.
El material didáctico debe:
Adecuarse a la disciplina que se desea aprender.
Atender las posibilidades y necesidades de los alumnos.
Dadas las posibilidades tecnológicas, actualmente es posible considerar que la interactuación con
el estudiante debe ser una de las características más importantes del nuevo material didáctico
que se desarrolle.
La interactuación debe incluir:
Transparencia tecnológica.
No predictibilidad.
Multi-opcionalidad.
Dosificación y modularidad.
Amenidad.
Auto-evaluación.
Multimedios programables.
Académicamente tal grado de adecuación no sería fácil y tal vez ni conveniente exigirlo
al sistema. La mejor calidad de los profesores y de los materiales en un sistema abierto o a distancia exigen una
mayor calidad de los alumnos: el dominio de la lectura y la escritura, de lenguas extranjeras, de los fundamentos
de las ciencias básicas y del acceso a tecnologías de punta en la comunicación serán
indispensable para los alumnos que quieran aprovechar lo que las supercarreteras de la información ofrecerán
dentro de algunos años. Si, por ejemplo en el ambiente de la Internet existe un archivo con las transcripciones
en inglés de las conferencias de algún investigador de prestigio internacional, no es de esperarse
que alguien las traduzca al español para que el alumno las aproveche, él tendrá que dominar
ese idioma. Esto no quiere decir que las opciones serán desfavorables en algunas ocasiones para los estudiantes,
al contrario, habrá paquetes disponibles para aprender interactivamente inglés, sólo que las
exigencias institucionales deberán ser muy flexibles para que el alumno vaya paulatinamente avanzado en
lo que necesita personalmente.
Los absolutos en la educación no son recomendables. Dadas las condiciones y exigencias actuales en muchas
circunstancias las personas se deben adaptar, hasta cierto grado, a nuevos ambientes. Cada vez son menos predecibles
las circunstancias del entorno y las diferencias personales se acentúan más, lo que ocasiona por
fuerza que los sujetos educativos se tengan que acomodar a condiciones diferentes aunque, paradójicamente,
sea posible seleccionar de entre la gama de opciones más rica las que más se adecuen a cada quien.
En el ámbito educativo esta dualidad se presenta necesariamente, es decir, el alumno debe desarrollar la
capacidad para adaptarse a diferentes opciones educativas y tales opciones educativas pueden y deben considerar
más individualmente las características de los individuos.
Esta intención o política se debe aplicar a las facilidades socioeconómicas más que
a la simplicidad de la relación alumno-aprendizaje.
Sobre la evaluación educativa Contenido
Nuestras instituciones están muy lejos de un proceso de evaluación que en verdad arroje luz sobre
lo que pasa con el aprendizaje de los alumnos y con la educación en general.
Medimos, no evaluamos; y ni siquiera la medición es completa, ya que la mayoría de las ocasiones
sólo se abarca una pequeña parte del rendimiento de repetición del alumno. Las demás
potencialidades de los seres humanos pasan casi inadvertidas. Casi no importan la solución de problemas,
la aplicación de principios, la creatividad, el descubrimiento del conocimiento por el propio estudiante.
Menos importan la calidad humana, el cultivo del espíritu, la vivencia y la convivencia a través
del arte, la sociabilidad, la ética, el ritmo de cada quien y el respeto a los demás y a lo que nos
rodea. Como todo esto es difícil de calificar, entonces parece que no vale la pena considerarlo para ir
avanzando en la escala educacional. Y así avalamos, después de interminables años desperdiciados
de una educación laxa y desmotivante, la acreditación de profesionistas absorbidos por afanes materiales
ya que otras formas de ver la vida son consideradas como sueños de ilusos que no enfrentan la vida con astucia.
Podrá incluso en ocasiones manejarse un discurso más apegado al verdadero desarrollo del hombre.
Pero las palabras no reflejan convicciones personales ni hechos comprobables, y entonces se aprende a decir unas
cosas y a realizar otras, es decir, se aprenden los principios de la corrupción en alta escala, ya que la
de escala restringida se aprende en la práctica cotidiana de las trampas para aprobar los exámenes
escolares.
Es difícil proponer una teoría de la evaluación educativa (o del aprendizaje para no parecer
demasiado ambiciosos), Es imposible en la práctica comenzar a acercarse a una teoría más acorde
dadas las condiciones actuales de la política y los problemas educativos tan formidables y sin precedentes
que ahora padecemos. Quizá hubo una época en que la mayoría de los mexicanos fue analfabeta
y la medición de la educación haya alcanzada muy baja rango. Ahora el analfabetismo a disminuido
en cifras relativas, pero se trata del analfabetismo conceptualizado en su acepción restringida, es decir,
el ignorar cómo se escribe y se lee. Pero el analfabetismo real es el de la ignorancia que impide la evolución
espiritual del hombre. En ese tipo de analfabetismo nuestra evaluación es aún peor. Hace lustros
que el grueso de la gente está satisfecha con “Los Temerarios” y grupos semejantes, con la novela policiaca
pornográfica de la quincena, con “Siempre en Domingo”, con la narración estridente del partido de
futbol de la semana y con las telenovelas. Lo que hemos aprendido del lenguaje sólo ha servido para eso.
Hasta la gente considerada culta no puede sustraerse a tal influencia y descuida, tal vez por flojera mental, su
propia lengua. Es común escuchar, por ejemplo, “el día de ayer” y “el día de hoy”, como si
en el contexto que estaban utilizando, “hoy” y “ayer” pudieran ser otras cosas que no fueran días. Si en
la escuela alguien se hubiera preocupado para que pensáramos con sentido común en el idioma y no
nada más recitáramos de memoria las reglas ortográficas sabríamos que basta con decir
“ayer” , “hoy” o “mañana” sin tener que anteponerle la palabra “día”. Tales pleonasmos son cotidianos
en Televisa, en TV Azteca y en las radiodifusoras comerciales. Algo nos tiene que quedar de ellas. No se interprete
el anterior comentario como una defensa de la excelsitud del lenguaje; nadie domina totalmente el idioma español,
pero es necesario testificar el descuido de que ha sido objeto incluso en los más altos ambientes culturales
del país1.
La evaluación oficial. Si se conjuntara una lista de todos los objetivos que los directivos de primarias,
secundarias, preparatorias, universidades, departamentos de educación, secretarías, gubernaturas
y presidencias dicen haber logrado durante la última década, nuestro país sería el
mejor educado del mundo. La evaluación oficial es más un discurso político que la exposición
honorable y verídica de la pobreza educativa del país.
La competencia que promueve la evaluación normativa. El ganador de las competencias escolares es el único
beneficiado en cuanto a autoestimación se refiere. Todos los demás se llevan su dosis de frustración
que se va acumulando a lo largo de su vida estudiantil y se refuerza en su vida ciudadana. Si la competencia y
sus resultados siguen un proceso justo y limpio menos mal, pero en las escuelas esto es la excepción más
que la regla, lo cual deja como aprendizaje que lo importante no es ser el mejor sino ser el que tiene más
influencias o el sabe más triquiñuelas para imponerse. Ante esta situación la única
solución es que la evaluación cualifique el grado de avance de cada uno comparado con su propia condición
en el pasado.
Podría decirse que la exclusión de la competencia escolar es contraria a la realidad donde la gente
se gana el sustento. La competencia es la gran regidora del éxito o del fracaso. Pero la competencia ¿según
quién? De todos es sabido que la evaluación de los méritos de un aspirante a un puesto se
establece en función de los criterios y prejuicios de quienes toman la decisión de la selección.
Tal decisión depende de la propia competencia de los decisores. Si éstos son incompetentes escogerán
a alguien que no contraste con su ineptitud. El principio de Peter “en toda organización los empleados tienden
a subir hasta su nivel de incompetencia” debería permear cualquier teoría de la evaluación.
Una evaluación completa del aprendizaje requiere mucho tiempo y dedicación. Con grupos tan numerosos
de 40, 50 ó 60 alumnos la evaluación centrada en el trato personal de cada una de ellos es prácticamente
imposible. Por muy altruista que sea uno, por 650 pesos mensuales por asignatura, no se pueden invertir 25 horas
a la semana en la atención del grupo. Una teoría de la evaluación debe considerar como factor
de suma importancia el tiempo dedicado a ella y su correspondiente costo real.
La evaluación, después de haberse efectuado su fase de medición del rendimiento, también
necesita retroalimentación. Pocas cosas llegan a ser tan trascendentes y tan crueles como el olvido institucional
de aquéllos que no aprueban los exámenes de admisión a la educación superior. El rechazo
de los alumnos basado exclusivamente en la medición tecnificada es una brutalidad de repercusiones permanentes
cometida en contra de ellos.
Es incomprensible la miopía y la falta de sensibilidad de los decisores educativos al considerar como único
parámetro para aceptar o rechazar a los aspirantes a ingresar a muchas universidades a un examen de admisión
cuyo contenido, estructura y aplicación masiva no proporcionan ninguna seguridad de que se actúa
con justicia en la elección de los candidatos. Nuestra propia experiencia corrobora esto. Muchos casos de
buenos alumnos de secundaria o preparatoria rechazados y otro tanto de alumnos mediocres aceptados. No importa
si falla nuestra concepción de lo que es un buen alumno, la evaluación sumativa de los niveles educativos
anteriores o el examen de admisión, el hecho es que todo parece demostrar que la evaluación inicial
es un proceso caótico y nada confiable. Lo peor de todo esto, aparte de la frustración de muchas
vidas jóvenes injustamente, es la falta de conciencia y hasta de orgullo del deber cumplido cuando las universidades
publican la lista de los seleccionados y el olvido institucional de los rechazados. No abogamos por una educación
complaciente y de misericordia, sino de justicia, honorable y de conciencia social. ¿Por qué no entrevistar
a todos los aspirantes e intentar reconocer en alguna medida su formación, su madurez, las limitantes ambientales
que hubieran obstaculizado su desarrollo y en función de ello tomar una decisión más humana
y clara del porqué de la admisión o del rechazo? ¿Se considera imposible por los costos y
los tiempos que eso implicaría? ¿No es más costoso rechazar y malograr el espíritu
de los jóvenes a lo tonto?
Comprendemos que llevar a cabo algo semejante a lo propuesto no es sencillo y quizá ni factible ahora. Se
requeriría, sobre todo, un grupo numeroso de personas maduras y capaces para juzgar con altura espiritual
la potencialidad de cada joven demandante de educación. Esta carencia de personal preparado también
se debe, en gran medida, a la conformación equivocada de la educación superior en el país.
La concentración y centralización de espacios y recursos, las políticas caprichosas sexenales,
la incapacidad moral de los docentes, la carencia de motivación de los alumnos y otra serie prácticamente
interminable de condiciones adversas han marcado la mediocridad de nuestra educación superior, por más
que el discurso oficial cacaree los logros de excepción y los haga ver como logros generales. Reiteramos
que nuestras opiniones y sugerencias específicas, podrían ser válidas sólo en un cambio
radical de la infraestructura y de los valores humanos de quienes dirigen la educación. De no darse esto,
lo demás que se pretenda lograr en evaluación o en cualquier otro proceso básico de la educación,
aunque sea planteado adecuadamente, se sustente en el ánimo y el esfuerzo de muchos bien intencionados (lo
cual es casi imposible), se asignen recursos y se ponga en marcha, serán más los desperdicios y los
fracasos que los logros trascendentes.
Con el ideal de la creación y operación de una teoría de la evaluación centrada en
el alumno, podría presentarse una situación contraproducente y que en la realidad, pudiera estarse
dando. Nos referimos a la pérdida de la perspectiva de uno de los resultados más importantes de la
evaluación: la acreditación o no de los estudios. Aparte de todo y de las dificultades para diagnosticarlo,
es natural que haya alumnos con capacidad para aprender ciertas cosas y que haya otros que carecen de tal capacidad.
También debe presentarse con frecuencia que a pesar de tener la capacidad no haya la dedicación necesaria
al estudio y a la realización de los trabajos que faciliten y demuestren el aprendizaje logrado. En esos
casos el resultado debe ser el de la tradicional reprobación, la no acreditación o cuando menos el
aplazamiento. Uno de los mayores daños que se le puede ocasionar a la educación es poner en manos
de malos docentes a alumnos potencialmente capaces. Podremos repetir el discurso de la didáctica crítica,
y de una evaluación integral, y del cambio del eje central de la educación: el alumno, y de las nuevas
tecnologías que facilitan la comunicación; pero sin una actitud de verdadero cambio, de reestructuración
de los valores de los profesores nada será trascendente. Nos da la impresión que muchas veces se
impone el paternalismo educativo.
Las trampas en los exámenes. La forma y contenido acostumbrados de los exámenes y la significación
que tienen en el sistema educativo, propician el fraude para alcanzar calificaciones aprobatorias.
Esta es una situación que se puede calificar como siniestra y de repercusiones que van mucho más
allá de su objetivo inmediato que es la acreditación de las asignaturas.
El alumno aprende que se puede hacer trampa y que lo que vale no es el conocimiento, sino la boleta de calificaciones.
Puede incluso enorgullecerse de la astucia y la temeridad que tuvo que exhibir para engañar al maestro,
siendo este uno de los temas favoritos en las reuniones entre jóvenes. Esto deja mensaje y aprendizajes
para la vida posterior: se pueden alcanzar los objetivos materiales deshonestamente, basta ser lo suficientemente
calculador y marrullero para lograrlo. ¿Cuánta de la corrupción que padecemos pudo originarse,
o cuando menos reforzarse, en nuestras caducas formas de evaluar el aprendizaje? A este tipo de ardides habría
que agregar otros como la venta de certificados, los favores personales entre alumnos y profesores, los convenios
para transacciones obscuras, la acreditación de todos los alumnos por sentimientos de culpa o imagen personal,
la aplicación de exámenes imposibles de contestar por tiempo o contenido, etcétera, ¿Quienes
egresan de nuestras instituciones? y ¿quienes desertan?
Una preocupación nuestra, genuina pero triste, muy, muy difícil de aceptar, e imposible de expresar
en foros abiertos so pena de ser despreciados y rechazados sin miramientos, es la de haber considerado al compatriota,
en términos generales, como una persona menos apta intelectualmente que la gente de muchos otros países.
Esa sensación ha ido disminuyendo en función de sopesar las graves carencias de la educación
nacional. Nuestro pueblo no puede generar conocimiento constructivo en el ambiente que la maestra Galán
describe: la carencia de cultura educativa de los académicos, la preponderancia de lo político sobre
lo académico, la ausencia de debates disciplinarios, los intereses antagónicos de lo administrativo
y lo curricular, la participación casi inexistente de las instituciones y los académicos en verdaderas
propuestas curriculares. ¿Qué pueblo puede superar su educación y sus aportaciones a la ciencia
y la cultura internacionales en un ambiente como tal?
Notas Contenido
1 Para corroborar esta situación preparamos una hoja con pares de expresiones.
Las dificultades para seleccionar las correctas han sido muy notorias, en cuantos ambientes se ha aplicado. Las
respuestas correctas son las de la columna izquierda
VICIOS DE DICCIÓN
(toluquismos y mexicanismos frecuentes)
Marque de cada par de expresiones la que considere correcta. Es posible que usted crea que en algunos
casos ambas son correctas o incorrectas. Indíquelo.
|
Expresión A |
Expresión B |
1 |
Se lo dije a ellos que iría |
Se los dije a ellos que iría |
2 |
Ha habido robos |
Han habido robos |
3 |
Se magullaron los zapotes |
Se mallugaron los zapotes |
4 |
Llegó en undécimo lugar |
Llegó en onceavo lugar |
5 |
Me fuerzo para cooperar |
Me forzo para cooperar |
6 |
Vinimos desde ayer |
Venimos desde ayer |
7 |
Logró mejorar los procesos |
Logró optimizar los procesos |
8 |
Por favor, folia las páginas |
Por favor folía las páginas |
9 |
Es mejor prever las cosas |
Es mejor preveer las cosas |
10 |
Motor de gasolina |
Motor a gasolina |
11 |
El banco financia mi automóvil |
El banco financía mi automóvil |
12 |
Martha delinea su posición |
Martha delínea su posición |
13 |
Fanta está muy sabrosa |
Fanta está bien buena |
14 |
Trajiste todo |
Trajistes todo |
15 |
Sin embargo más nos dio |
Más sin embargo nos dio |
16 |
Ayer nos vimos |
El día de ayer nos vimos |
17 |
Quiero verte ¿Si? |
Quería verte ¿Si? |
18 |
El fontanero suelda los tubos |
El fontanero solda los tubos |
19 |
Logró dos primeros y diez |
Logró dos primeros y dieces |
20 |
Se adecua las circunstancias |
Se adecúa a las circunstancias |
21 |
Yo te querré siempre |
Yo te quedré siempre |
22 |
El material está fláccido |
El material está flácido |
23 |
Peligro, gas inflamable |
Peligro, gas flamable |
24 |
Satisfizo mis requerimientos |
Satisfació mis requerimientos |
25 |
Se golpearon entre ellos |
Se golpearon entre sí |
26 |
Ella es mi cónyuge |
Ella es mi cónyugue |
27 |
Había muchos en la sala |
Habían muchos en la sala |
28 |
Yo ansio verte |
Yo ansío verte |
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