Revista de la Educación Superior Julio
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María de Jesús Martínez U. Universidad de Valencia, España. mjesus.martinez@uv.es "Seamos Realistas Pidamos lo imposible": Acciones reactivas de los Estudiante ante la universidad Española Resumen El objetivo de la revisión y las sugerencias que surgen de la propia experiencia y que van a ser objeto de análisis y reflexión a lo largo de estas páginas toma como protagonista al estudiante de la titulación de Pedagogía de la Universidad de Valencia (España) que está cursando los últimos años académicos de su carrera universitaria, pero las reflexiones que de las mismas surgen tratan de hacerse extensivas a todos los estudiantes universitarios, cualquiera que sea su país de procedencia. Éste es, en esencia, un aprendiz adulto que adquiere conocimientos de una manera ciertamente diferente al estudiante que comienza el primer curso de la titulación. Pero se presuponen más habilidades y destrezas: en efecto, los Estatutos de la Universidad de Valencia invitan al alumno a “participar en la toma de decisiones sobre los asuntos que les conciernan, a través de las asambleas estudiantes de grupo, de centro y de universidad”2. Más adelante pueden leerse los siguientes derechos que se reconocen dentro de la Universidad de Valencia: 1 Cuadro 1 Los estudiantes de la Universidad de Valencia tienen los siguientes derechos que a continuación se señalan, además de los que sean reconocidos en las leyes vigentes y en otros artículos de este Estatuto: a)
A la libre elección de los estudios que quieran cursar En otro orden de cosas, nos encontramos
también
con la Carta de los Derechos y Deberes de los estudiantes, que apelan
al alumno
a: A
través de ambos textos puede perfilarse cómo, en efecto,
la universidad trata de comprometer al estudiante universitario, más
allá de dotarle de los conocimientos y herramientas a través
de las cuales se irá perfilando su figura profesional: aprendizaje
y responsabilidad política para con la universidad se erigen
como premisas (también como derechos) recomendables que no sólo
ha de acreditar, sino incluso defender el estudiante universitario.
El actual escenario que, sin embargo, comparten ambas legislaciones
nos remite a una situación real según la cual buena parte
de nuestros estudiantes de la Universidad de Valencia (aunque perfectamente
extensible a los universitarios de España e incluso del mundo)
no han ni siquiera leído de motu propio (esto es, sin que haya
sido sugerido y/o trabajado en alguna asignatura más relacionada
con la política y la legislación educativas) cuáles
son sus derechos, con lo cual este desconocimiento repercute de forma
negativa y evidente sobre el disfrute de los mismos, o, en su caso,
sobre la protesta ante su posible, hipótetica y/o presunta omisión
y/o subversión. La universidad y su compromiso con el aprendizaje adulto Indican
los Estatutos con relación al aprendizaje que “los
estudiantes tienen el deber de realizar el trabajo intelectual propio
de su condición universitaria”3. Es precisamente a este
alumno al que quiero referirme, al estudiante que ha de intervenir activamente
en su propio aprendizaje, asumir las asignaturas desde una perspectiva
interpretativa y criticar y participar en el aula individualmente, a
través del trabajo en grupos y en las tutorías establecidas
a tal efecto. A pesar de que, como señalan Michavila y Calvo,
hay ciertamente una literatura muy restringida en torno al tema específico
de los estudiantes dentro del ámbito universitario, voy a centrarme
en este apartado en dos aspectos que estimo de importancia a la hora
de considerar la realidad estudiantil de la universidad. Por un lado,
quiero detenerme en la imagen-tipo que ofrece el estudiante de la universidad
actual. Por otra, tengo la intención de repasar los desafíos
que se presenta a este colectivo en el momento más inmediato. A
la búsqueda
de estrategias que comprometan al estudiante en su quehacer Si
volvemos sobre la realidad del estudiante universitario, éste
puede sentirse desmoralizado, desencantado, y unirse de este modo a
esa “sensación de incertidumbre” en la que parece
hallarse sumida la Universidad, impresión que, como apunta Barnett,
contribuye a que “hayamos perdido cualquier sentido con claridad
de lo que la Universidad es para nosotros en los tiempos modernos”7.
Puede que, incluso, estos sentimientos sean racionales en alguna medida,
si se sustentan en algunas de las razones aludidas líneas arriba.
Sin embargo, pienso que no resulta en ningún momento adecuado
adoptar una actitud derrotista y pasiva, según la cual “ésta
es la realidad, y no hay nada que pueda hacerse”. Desde mi punto
de vista, bien al contrario, habría que asumir y adoptar una
serie de estrategias que ayuden a que el estudiante tome las riendas
y el control del papel que ha de desempeñar en la universidad
actual en cuanto a protagonista activo y responsable de su propio proceso
de aprendizaje. En este sentido, recomendaría a los estudiantes
la adopción de una triple estrategia desde el momento en que
entra a la universidad8. No pretendo, a través de estas ideas,
ofrecer el “ábrete-sésamo” del éxito
universitario, pero sí entiendo que sirven de anclajes, arneses
y tensores que apoyan y ayudan al alumno a subir por la escarpada ladera
que es la carrera universitaria, en cuanto que serán otras, seguramente,
las expectativas, así como las exigencias propuestas personalmente
por el estudiante. Habrá de diseñar un itinerario formativo acorde con
sus expectativas profesionales, conformado tanto por las asignaturas
obligatorias, como troncales y optativas. De este modo, y bajo el principio
del respeto y a la vez máximo aprovechamiento a la libre elección
y a la optatividad, el alumno será el principal responsable de
la coherencia existente entre las materias, de modo que se perciba la
intercomplementariedad entre ellas a lo largo de toda su carrera universitaria,
así como de la congruencia entre el proyecto así entendido
y las demandas requeridas desde los contextos laborales. Conjuntamente con las anteriores propuestas, desde el curso pasado también proporciono mi dirección de correo electrónico para facilitar y motivar el acceso a la relación tutorial. De esta manera, pienso que favorecer una “tutorización on line” puede ser una solución para aquellos que no pueden acudir presencialmente a las horas de tutoría establecida (bien porque trabajan, bien porque coincide con las horas de clase) o para aquellos estudiantes que prefieren una comunicación de tipo escrita sobre la verbal. Entiendo, de este modo, que ha de incorporarse un tutorial web a través de la integración de diferentes elementos o componentes básicos que favorecerán sin duda una adecuada utilización por parte del alumnado12. Las funciones que pueden satisfacerse a través de la tutoría virtual, son, entre otras13:
De
este modo, además, con la proliferación y divulgación
de Internet, los tutoriales on-line pasarán a ser una realidad
más allá de las experiencias puntuales que ya se están
perfilando como exitosas. El alumno habrá de tomar decisiones también de elegir unas buenas prácticas acordes con sus intereses profesionales, pero también con las expectativas que se haya propuesto acometer. Con respecto a las prácticas que se establecen en los planes de estudio, y sobre todo una vez que las universidades han superado el desafío que ha supuesto la, a veces muy complicada, integración entre la cantidad y la calidad14, y poco a poco se van configurando como escenarios privilegiados para “aprender haciendo” (traducción de la premisa learning by doing tan utilizada por la literatura pedagógica inglesa) y aprovechar de este modo los entornos de trabajo como emplazamientos clave para efectuar las prácticas profesionales. En este sentido al que estamos aludiendo, el de las prácticas verdaderamente formativas, una tendencia que parece consolidarse en nuestras universidades cada vez más consiste en la solicitud por parte de los estudiantes para hacer prácticas voluntarias15. De este modo, a la vez que se consolidan las competencias y habilidades aprendidas, el alumno puede disfrutar de un factor que resulta cuanto menos que esencial en estos aprendizajes: ampliar los límites temporales, de modo que puede asegurarse un continuum que permite comprobar la dinámica de trabajo por un tiempo más prolongado16. El
alumno también tiene la responsabilidad de estar abierto
a las nuevas técnicas y planteamientos que proponen aquellos
profesores que quieren, sobre todo, innovar determinados planteamientos
docentes en el aula. En este sentido, no deja de sorprender la actitud
muchas veces conservadora que mantienen los estudiantes cuando se plantean
nuevas estrategias de trabajo en el aula, nuevos métodos de evaluación
(por ejemplo: el examen “de libro abierto” y, por tanto,
de reflexión, frente al examen tradicional, que resulta mayoritariamente
elegido). Aun así, los profesores tenemos experiencias también
reconfortantes en este sentido, que demuestran que así como los
docentes nos esforzamos por abrir nuevas vías de enseñanza
que conecten más con la realidad y sobre todo con la actualidad
de las disciplinas, los estudiantes se “enganchan” a proyectos
que se desarrollan de manera ilusionante, lo que repercute en la adquisición
de mayores dosis de implicación, de responsabilidad y exigencia
por parte de los mismos, con resultados más que positivos17. En segundo lugar, el alumno habrá de ir preparándose de manera gradual, pero a la vez, racional y reflexiva, para enriquecer tanto el proceso como el resultado en su camino hacia el mundo laboral. A fin de conseguir el control sobre su propio proyecto de vida y trabajo, sugeriría las siguientes actividades, que no agotan, ni mucho menos, las alternativas que pueden sugerirse al estudiante, en esta línea: El alumno ha de participar en las diferentes actividades y servicios universitarios, a fin de ir más allá del “estar enterado” de lo que va sucediendo entre las cuatro paredes de la facultad a la que pertenece, pero también de la universidad de la que forma parte. En este sentido, recomiendo a mis estudiantes que estén en contacto con el ADR (Asamblea de Representantes) de Filosofía y Pedagogía (Asamblea de Estudiantes constituida en diferentes comisiones, de entre las que destacaría la Comisión Académica del Título [CAT] y la Comisión de la Impugnación de Exámenes, por ejemplo21) y que adquieran la sana costumbre de pasar y comprobar las continuas actualizaciones respecto a actividades de diferente naturaleza que lleva a cabo el Servei de Formació de Estudiants (Servicio de Formación de Estudiantes)22. Ambas instituciones tienen sede en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de Valencia. Pero también hay otros espacios de interés que merece la pena destacar, cuya consulta resulta más que recomendable: el servicio que ofrece el DISE y el CADE. Respecto al primero, el DISE, es el Servicio de Información de la Universidad de Valencia especializado en información y documentación de temas relacionados con la educación superior. Su objetivo es el de recoger, procesar y difundir la información de interés para la comunidad universitaria, aunque también recoge otras áreas de indudable interés que cubren las necesidades formativas de los universitarios. Por ello, en él se puede encontrar toda la información a la que me he referido líneas arriba (acceso a estudios, becas y ayudas, cursos, actividades culturales, etc). El “añadido” que aporta este servicio es que también puede accederse a información relativa al empleo relacionado con las titulaciones de Pedagogía y Psicopedagogía, así como la diplomatura de Educación Social, a través de un “servicio de trabajo” en el que pueden consultarse las oposiciones vigentes, las prácticas que pueden realizarse en las empresas, las ofertas de trabajo puntuales, las direcciones de las agencias de colocación y los servidores que hay relacionados con el empleo en la web23. Respecto al segundo, el CADE (Centro de Asesoramiento y Dinamización de los Estudiantes), depende del Vicerrectorado de Estudiantes. Se trata de un organismo de gestión de servicios socioculturales dirigidos a los estudiantes, de dinamización de la actividad de las asociaciones, de los grupos y de los colectivos de la Universidad de Valencia. También cumple una tarea de asesoramiento para los diferentes conflictos académicos y personales que puedan tener los universitarios. Todo lo anterior, se estructura en tres grandes campos, disponibles también en la red para su consulta: Asesoramiento y Orientación (profesional, asesoría jurídica, asesoría para personas con discapacidad, etc), Dinamización Sociocultural (programas voluntarios, bolsas de viaje, actividades socioculturales durante todo el año académico, etc) y Becas y Subvenciones (de diferentes organismos e instituciones, de la Comunidad Valenciana, nacionales e internacionales)24. Unido
de manera inextricable a lo anterior, recomiendo que el alumno adopte
una serie de habilidades de gestión y orientación,
que le serán sin duda muy útiles para comprender la vida
universitaria, al mismo tiempo que adquiere ciertas responsabilidades
y compromisos que ayudan a consolidar su proceso de formación.
En este sentido se ha diseñado, desde hace un par de años,
el servicio de información a los nuevos estudiantes por parte
del ADR a través del cual los estudiantes orientan durante las
primeras semanas de los cursos académicos a los nuevos alumnos
en la elección de asignaturas, hacen recomendaciones con respecto
a la adopción de algunas de ellas, de aspectos relacionados con
el Practicum (programa de prácticas de la asignatura), etcétera.
La Universidad de Valencia también organiza visitas guiadas informativas
a través del programa “Conocer la universidad”25
realizadas por estudiantes voluntarios a través de las cuales
los alumnos provenientes de los últimos cursos de la enseñanza
reglada (Bachillerato y/o Formación Profesional II) visitan los
centros correspondientes y descubren de este modo los espacios, las
instalaciones, los servicios y en definitiva el ambiente que se respira
en los diferentes campi de la universidad. Este servicio se oferta tanto
para los estudiantes como para los orientadores y equipos directivos
de los centros de enseñanza secundaria. En esta línea se han creado las denominadas “Becas de Colaboración” a las que pueden acceder los estudiantes de los últimos cursos, si bien éstas son necesariamente restringidas (ya que incluyen una ayuda, aunque simbólica) y se obliga con ello a priorizar el criterio académico (la nota media obtenida por el alumno en cuestión). Mi propuesta va más allá de esta alternativa ofrecida por el Ministerio de Educación y Cultura español, ya que incluye a cualquier estudiante que esté interesado en participar en proyectos de investigación abiertos en los departamentos. El
alumno también debería ejercitar los diferentes idiomas
que le van a ser seguramente útiles, de modo directo y/o indirecto,
en su ejercicio profesional. Me estoy refiriendo, fundamentalmente,
al inglés y al francés, pero también de las lenguas
de las Comunidades Autónomas de España (vasco, gallego,
catalán y valenciano), así como otras (el alemán,
el chino y japonés, utilizadas especialmente por los alumnos
que cursan carreras técnicas e informáticas, etc.). Ésta
puede ser una vía, por ejemplo, aunque no únicamente,
para solicitar cursos universitarios en el extranjero a través
de diferentes Becas (ERASMUS, LEONARDO, ALFA, INTERCAMPUS, etc.), o
realizar prácticas en un contexto internacional (tendencia cada
vez más consolidada en el contexto europeo). En
tercer y último lugar, el alumno habrá de mostrarse
cada vez más sensible y receptivo a los cambios que de manera
cada vez más acelerada están teniendo lugar en los entornos
políticos, sociales, económicos y culturales. La universidad,
en cuanto a crisol cuya admisión de estos elementos es más
que notable, asume como institución comprometida las consecuencias
que dichos cambios ejercen sobre la realidad: la globalización
y la consolidación de las nuevas tecnologías (NTIC) son
dos de los fenómenos que la literatura educativa insiste en demostrar
como dos bastiones que certifican y a la vez legitiman dicho cambio.
En cuanto a las repercusiones que se establecen a partir de ambos fenómenos
(y dejando al lado una de las reacciones de naturaleza sociopolítica
más llamativas que se produce como el lado más amargo
de este nuevo mundo unipolar, la consolidación de las desigualdades
en las regiones del mundo28), es mi intención destacar una de
ellas, que habrá de tomar el estudiante como premisa inexcusable
sobre la cual se subirá al carro de la innovación y de
la calidad: ésta hace referencia a la internacionalización
de la educación y una de sus consecuencias más inmediatas:
el pleno acceso a la movilidad por razones tanto formativas como laborales
a través del entorno europeo, pero también mundial. Futuros retos de la universidad: la universidad que tenemos, la universidad que queremos La última de las intenciones que quería abordar en estas
páginas tiene que ver con los futuros retos que nos encontraremos
en los escenarios universitarios actuales. Estos desafíos están
generalizándose con una celeridad asombrosa, con lo cual, para
conseguir la normalización de las situaciones así generadas,
tendremos que respaldarnos en estrategias constructivas que nos doten
de cierto margen de estabilidad, sirviéndonos a la manera de
brújula desde el momento en que nos hallamos embarcados en este “mar
de incertidumbres” que es el contexto actual de la universidad.
El alumno, que ha sido el principal protagonista de estas páginas,
habrá de conjugar las estrategias ofrecidas a lo largo de las
páginas anteriores con los escenarios que a continuación
se analizan, a fin de saber encontrar su lugar y papel dentro del actual
contexto universitario. La consideración de la universidad virtual Éste se configura, sin duda, como uno de los proyectos que crece
a ritmos agigantados. Y puede considerarse como la sucesora, si bien
va más allá, de la Universidad a Distancia. En efecto,
si bien en España se constataba esta realidad a través
de la UNED (La Universidad Nacional a Distancia) o la Open University
de Inglaterra, por poner dos ejemplos significativos, hoy son varias
las universidades que ofrecen un campus virtual: la Open Learning de
Australia, la Fernuniversitat Hagen de Alemania, la University of the
Air de Japón, o, más cercana, la Universitat Oberta de
Catalunya, constituyen muy buenos ejemplos que certifican esta tendencia30.
En el momento presente son varias las universidades a nivel nacional
pero también internacional que ofrecen cursos, módulos
y otras alternativas (seminarios, conferencias on-line, etc.) a los
estudiantes, profesores e investigadores de todo el mundo. Por ejemplo,
desde la Universidad de Valencia, en España, realicé desde
enero del 2002 un Master de Educación y Desarrollo en el Institute
of Education de Londres vía on-line. Ello me exigió conectarme
semanalmente a la red para participar en las chats de trabajos y discusiones
grupales, y “bajarme” los temarios y las lecturas obligatorias
que hay “colgados” en el Departamento, conectarme a las
videoconferencias cuando hubo intervenciones explícitas en la
materia y mantener una fluida correspondencia con mi tutor. Lo anterior
requerirá, a su vez, familiarizarse mínimamente con la
infraestructura tecnológica que se requiere (aunque los entornos
que se crean para ello son cada vez más sencillos e intuitivos)
y, sobre todo, constancia, ciertas dosis de rigor y sobre todo ilusión,
habida cuenta de que las barreras físicas se han difuminado para
facilitar a las personas el acceso a una sociedad del conocimiento cada
vez más tangible y auténtica. Hacia la movilidad universitaria Quizá éste último sea, hoy, uno de los temas,
de los expuestos y sugeridos, que menos sorprenda hoy al alumnado, puesto
que hoy los programas internacionales se hallan ya lo suficientemente
consolidados como para que no supongan una innovación, en la
línea de los anteriores desafíos. En efecto, hoy en día,
los programas SOCRATES, ERASMUS, LINGUA, ALFA y LEONARDO DA VINCI, que
comenzaron su andadura en 1994, han probado su eficacia como programas
que posibilitan la movilidad de estudiantes de todos los niveles educativos
a nivel internacional34. De los anteriores, ALFA y ERASMUS se centran
de modo más específico en la educación universitaria.
De hecho, ERASMUS en concreto se ha ido ampliando progresivamente para
ir incluyendo un gran y creciente número de universidades y de áreas
geográficas: hoy se barajan cifras en torno a los 1,600 centros
entre los 18 países de la UE/EEE, a los que se han ido añadiendo
otros países de Europa Central y Oriental, Chipre, Noruega, Liechtenstein
e Islandia35. Tabla 1
Estos
programas han sido disfrutados por muchos jóvenes europeos,
que han elegido, por orden creciente, Reino Unido, Irlanda, Francia,
Austria, Bélgica y Suecia. Tanto España como Portugal
destacan como países netamente “exportadores” de
estudiantes, junto con Francia Alemania y Reino Unido. Para concluir En
esencia, una conclusión viene a ser la síntesis que,
a su vez, ha de recoger la tesis inspiradora de estas reflexiones. Tomando,
pues, el sentido etimológico de esta palabra (síntesis
versus tesis), me conformaré aquí con refrescar cuál
ha sido el sentido que ha guiado en todo momento la intención
de la que suscribe el presente artículo. En efecto, y a través
de los retazos que la memoria guarda, de forma inequívocamente
constructiva, mediante los que se acumula la experiencia como alumna
y docente en un lapso no muy grande de tiempo, a lo largo de estas páginas
tres han sido los focos de atención sobre los que convoqué mi
interés y reflexiones. 1 Se ha querido dotar de manera explícita al término tanto de “estudiante” como de “alumno” de un carácter general, englobando con ello a ambos sexos, y sin distinción del sexo masculino y femenino.«volver«. 2 En el Título Cuarto “De la Comunidad Universitaria”, Capítulo Segundo. Artículo 178: “De los Estudiantes”. UNIVERSITAT DE VALÈNCIA (2000), Estatuts de la Universitat de Valéncia, Valencia, Universitat de València, p. 80. «volver« 3Ibidem, p. 81.«volver«
4
BAYLOS, A. (2001). La expulsión en la nueva ley del profesorado
Y esta realidad puede aplicarse tanto de las asignaturas teóricas
como del Practicum (módulo de prácticas que, con carácter
obligatorio, tienen que realizar los alumnos tanto en el primer como
en el segundo ciclo), cuya intención inicial es poner en contacto
al alumno con la realidad profesional, pero que no todos los alumnos
llegan a tener oportunidad de compartir esta aspiración inicial,
lo cual resulta todavía más deplorable.«volver« 5
BAYLOS, A. (2001). La expulsión en la nueva ley del profesorado Resulta cuanto menos que significativo destacar cómo el nivel
terciario, a su vez, ha sido dividido por este organismo en una nueva
bifurcación: el nivel terciario tipo B (carreras de tres años)
y el nivel Terciario tipo A y Programas de Investigación, al
que corresponde las cifras apuntadas líneas arriba. OECD (2001).
Education at a glance. OECD Indicators-Education and Skills, París,
OECD, 2001, p. 274.«volver« 6
BAYLOS, A. (2001). La expulsión en la nueva ley del profesorado
en formación, Aula libre-El País 15-10-2001. http://www.
elpais.es/suplementos/educa/20011015/aula.html. Consultado el 15-10-2001.
Sin embargo, hay que añadir que en la Disposición Transitoria
Cuarta, “De los actuales ayudantes”, se exime de esta condición
a los Ayudantes que se encuentren dentro de su proceso de formación
en el momento en que la Ley entra en vigor, de modo que “no les
resultará aplicable lo dispuesto en el artículo 50 sobre
la desvinculación de la Universidad contratante durante dos años”.
Ley Orgánica 6/2001, 21 diciembre, de Universidades. B.O.E. 307
(24-12-2001). p. 49. 7BARNETT, R. (1997). Realizing the university. An inaugural Lecture, London, Institute of Education, University of London, p. 1. De ahí que a la sensación de incertidumbre se sume la impresión de fragilidad, de incerteza, de falta de predictibilidad, de continua contrastación y de experimentalidad. Como consecuencia, todas ellas conforman, en palabras el autor, “la constelación de la fragilidad”, Op. Cit., pp. 9-10..«volver« 8El texto de Michavila y Calvo ha servido para inspirar esta triple estrategia adoptada, a partir de sus propias propuestas de análisis y reflexión. Sin embargo, sobre estas premisas iniciales, he utilizado la fuente de mis propias experiencias que han ido sumándose en los últimos años para reflejarla en los diferentes puntos que a continuación se ofrecen, y que pienso pueden ser de utilidad como principios orientadores “contrastados con la realidad”. MICHAVILA, F. Y CALVO, B. (2000). La universidad española hacia Europa, Madrid, Mundiprensa-Fundación Alfonso Martín Escudero, pp. 170-175.«volver« 9 Esta figura es el “Academic Counsellor and Advisor” y se encarga de asesorar y orientar a los estudiantes en unos horarios preestablecidos, previa cita y con un carácter tanto gratuito como confidencial.«volver« 10 FERRER, V. (1994). La metodología didáctica a l´ensenyament
universitari, Barcelona, Publicacions de la Universitat de Barcelona,
p. 74.«volver« 11 Hay que reconocer que en ocasiones estos encuentros esporádicos
animan a los estudiantes hacia la búsqueda de una orientación
más personalizada del proceso enseñanza/aprendizaje, al
producirse en un ambiente más relajado que el puramente académico.
Ahora bien, también pienso que han de existir unos límites
que han de ponerse al respecto, aunque éstos tengan cierta flexibilidad. 12Existen ya modelos en la red de tutoriales on line. De entre los que he consultado, recomiendo la visita a http://fyl.unizar.es/historia_antigual/index.html (sobre una asignatura de Historia Antigua), y http://tecnologiaedu.us.es (asignatura de “Nuevas Tecnologías aplicadas a la Educación”). Consultados el 20-12-2001.«volver« 13 Extraídos de AREA, M. (2001). Las redes de ordenadores en la enseñanza universitaria: hacia los campus virtuales, en A. GARCÍA-VALCÁRCEL (coord.): Didáctica universitaria, Madrid, La Muralla, p. 244.«volver« 14 Que en buena medida ha venido condicionada por el aumento del número de alumnos matriculados en las carreras universitarias en general, y en Pedagogía en particular, conjuntamente con Psicología, Derecho o Empresariales.«volver« 15 Ésta es una realidad que he podido constatar en cuanto a que he trabajado en calidad tanto de coordinadora de las prácticas del Departamento al que estoy adscrita, Educación Comparada e Historia de la Educación, de la Universidad de Valencia, como, a una escala más global, de coordinadora del Módulo de Prácticas de la Titulación de Pedagogía, durante el curso académico 2000-2001.«volver« 16 Este aspecto resulta fundamental para aquellos alumnos que se incluyen dentro de programas formativos cuyos límites rebasan el año académico, o de aquellos que estén siguiendo determinados casos cuya aplicación y tratamiento no se agota en el periodo obligatorio, sino que alcanza su significación y sentido más allá del mismo. Finalmente, también hay que apelar a la preferencia personal del alumno, quien reincide en el centro por haber colmado totalmente sus expectativas personales y profesionales, debido al clima de trabajo, la calidad demostrada a través de las actividades dentro del mismo, etc.«volver« 17 Ésta es, en esencia, una de las conclusiones a las que llega
Martínez Sánchez a partir de la puesta en marcha de un
proyecto de investigación en la acción relacionado con
la disciplina de “Didáctica” desarrollado a través
de exposiciones magistral 18 Esta realidad puede considerarse a su vez como el resultado de un largo proceso que comenzó aproximadamente en marzo del año 2001, a través del cual los estudiantes comenzaron a reunirse, valorar los cambios producidos por la nueva Ley, a reaccionar y manifestarse en las diferentes universidades de España.«volver« 19 Y que puede ser consultada también en A.L.E.: “El sindicato de Estudiantes convoca protestas contra las Reformas Educativas”, El País. http://www. elpais.es/suplementos/educa/20010924/sindicato.html. Consultado el 24-10-2001. Como aspectos más criticables, los alumnos apuntan a la intención de introducir un examen de reválida tras finalizar el bachillerato, lo que constituirá una especie de marchamo para que las universidades pongan las pruebas de acceso que estimen convenientes, por un lado, y la falta de financiación de la reforma, por otro, lo que constituye en sí una crítica de fondo hacia la situación actual de la universidad española.«volver« 20 PÉREZ DE PABLOS, S. (2001). “Huelga General Universitaria contra la Ley del PP”, El País, 8 de noviembre de 2001, p. 33.«volver« 21 Puede accederse además a su página electrónica, a través de la cual se facilitan además buscadores, libros, revistas, institucionales y una interesante sección de “varios”, en http://www. uv.es/adrfp/. Consultado el 15-10-2002.«volver« 22 A través de este Servicio, el alumno puede adquirir información de los diversos anuncios de la Universitat de Valencia, conocer las becas y ayudas ofertadas y concedidas por organismos estatales y autonómicos, acceder a la oferta de Curso Académico de cada año, a sus planes de estudio, consultar sus expedientes, e informarse de las diferentes normativas que influyen en la vida del estudiante, así como de los programas de intercambio de estudiantes entre la Universidad de Valencia y otras Universidades del mundo, entre otros. Puede consultarse además, vía electrónica, en http://sestud.uv.es/temas_info.asp./ Consultado el 15-10-2002.«volver« 23 También posee su versión electrónica, a través de la cual se agilizan los trámites de obtención de este tipo de informaci ón, en http://www.uv.es/dise/. Consultado el 15-10-2002.«volver« 24 http://www. uv.es/cade./ Consultado el 15-10-2002. He de añadir que el CADE y el DISE tienen la misma sede en los tres Campus de los que consta la Universidad de Valencia, el Campus de Blasco Ibáñez, el Campus de Burjassot y el Campus de Los Naranjos.«volver« 25 Esta información, además de las fechas concretas en las que la iniciativa tiene lugar, puede consultarse en http://www.uv.es/dise/coneixer/index.html. Consultado el 15-10-2002.«volver« 26 La universidad también oferta una iniciativa interesante, proveniente del Vicerrectorado de Estudiantes, “el Voluntariado Cultural”, a través del cual, en el marco del quinto centenario de la Universidad de Valencia, se ha ideado un programa a través del cual se ofrece a los estudiantes la oportunidad de tener una formación y experiencia sobre el presente, el pasado y el futuro de la Universidad de Valencia, a partir de la implicación de los primeros en diferentes actividades que se desarrollan en su entorno. De este modo el alumno, tras realizar un programa de voluntariado, obtendrá la formación necesaria para el desarrollo de las actividades, además de suponer una experiencia muy positiva para su propio enriquecimiento personal la participación activa en la organización y el desarrollo de las mismas. Los objetivos, requisitos, actividades previstas y la formación que se dispensará a los voluntarios puede consultarse en http://www.uv.es/cade/voluntcsegles/voluntaris.htm/. Consultado el 15-10-2002.«volver« 27 Además, intrínsecamente, el alumno alimenta sus habilidades de comunicación, de expresión, de indagación e incluso espíritu científico que emerge a través de actos de esta naturaleza.«volver« 28 Como ejemplo, siendo además consciente de que éste es un tema de candente actualidad, un reciente estudio a través del cual se revisan las diferentes teorías de desarrollo y su relación con la educación en el contexto latinoamericano, siendo ésta una de las realidades más destacadas, en MARTÍNEZ USARRALDE, M.J. (2002). “El ‘desarrollo’ como objeto de la comparación : modelos económicos, sociales y culturales y consecuencias para la educación”, en L.M. LÁZARO (ed.). Lecturas de Educación Comparada y Educación internacional, Valencia, Servei de Publicacions de la Universitat de València, en prensa.«volver« 29Otros retos que presenta la Universidad, en este sentido, y que tienen que ver con “el acceso a la educación superior, sus éxitos y rezagos” (o cómo integrar la cantidad con la calidad y equidad en este tramo educativo), “la feminización de la educación superior”, o “los adultos como nuevos alumnos de la universidad” pueden ser consultados en una versión ampliada de este artículo, publicado en la red por la RISEU-Red de Investigadores sobre la Educación Superior: http://www.suc.unam.mx/riseu/espana2.htm. Consultado el 18-12-2001.«volver« 30 A los que habría que unir la iniciativa europea del programa e-Learning, cuyo fin e inspiración consiste en promover la virtualización de los campus universitarios, además de animar a las universidades a impulsar las redes de investigación y formación a través de ayudas y subvenciones.«volver« 31 Hasta tal punto que Brunner la denomina “la cuarta revolución”. En un reciente trabajo el autor justifica esta denominación abordando los escenarios futuros de la educación y la consiguiente y necesaria reformulación que requieren aspectos tales como la tecnología de la información, la consolidación de la sociedad de la educación, el surgimiento de nuevos contexto educativos... todo ello está suponiendo la emergencia de revoluciones educacionales que sugieren “nuevos cambios de paradigmas bajo los cuales se organiza la educación”. BRUNNER, J.J.: Educación: escenarios de futuro. Nuevas tecnologías y la sociedad de la información. Cuadernos de la PREAL nº 16, Santiago de Chile, PREAL, 2000. También en FILMUS, D. (1998). “El papel de la educación frente a los desafíos de las transformaciones científico-tecnológicas”, en D. FILMUS (Comp.). Para qué sirve la escuela, Buenos Aires, Norma, 1998, pp. 85-91.«volver« 32 MARCHESI, A. (2000). “Un sistema de indicadores de desigualdad educativa”, Revista Iberoamericana de educación, 23, 138-139.«volver« 33 Así lo confirma también el ejemplo que he puesto sobre mi actual experiencia cibernética, puesto que me consta igualmente que no todo el mundo tiene oportunidad de acceder a un master on-line, ya que su costo es muy alto, con lo cual, en cierto modo contribuyo a desequilibrar el poder dialéctico que se establece entre los elementos de la citada dicotomía, aunque haya podido acceder a él en calidad de profesor invitado.«volver« 34 Una información más pormenorizada sobre los programas, objetivos, líneas directrices de acción, colectivos a quien va dirigido puede consultarse en LÁZARO, L.M. y MARTÍNEZ, M.J. (1999). Educación, empleo y formación profesional en la Unión Europea, Valencia, Departamento de Educación Comparada e Historia de la Educación-Universidad de Valencia, Especialmente el capítulo 2, apartado 3: “El futuro de la Europa de la Educación y la Formación: los programas SÓCRATES y LEONARDO”, pp. 100-110. También en COMISIÓN EUROPEA: DIRECCIÓN GENERAL XXII: El programa SÓCRATES. http://www europa.eu.int/en/comm/dg22/socrates.html«volver« 35 EURYDICE (2000) Key Data on Education in the European Union 1999-2000, Luxembourg, Official Office of the European Communities, p. 108.«volver« 36 Datos obtenidos en COMISIÓN EUROPEA. DIRECCIÓN GENERAL XXII : Informe sobre el Programa Erasmus. http://www europa.eu.int/comm/dg22/socrates/erasmus/home.htm. Consultado el 20-12-2001.«volver« 37 EURYDICE, Key Data on Education…Op. Cit. p. 108.«volver« 38 Esta tendencia, consistente en consolidar las habilidades sociales y de grupo, constituye un movimiento pedagógico actual en contextos en los que tradicionalmente ha pesado un alto componente teórico-práctico, como es el caso alemán, tal y como puede constatarse en el actual estado de la cuestión generado al respecto, y que puede consultarse en MARTÍNEZ USARRALDE, M.J. (2001). “Actuales retos y desafíos de la formación profesional europea: entre la unidad y la diversidad en los modelos educativos de cualificaciones”, en VV.AA. Problemas y Desafíos para la Educación en el Siglo XXI en Europa y América Latina, Valencia, Universidad de Valencia, pp. 127-145.«volver« |
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