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Al
margen de confrontaciones externas, se insistirá en una
política de Estado para la educación superior El año que corre se vislumbra como especialmente importante
para el futuro de la educación superior en México
y de la ANUIES. La enérgica competencia por la sucesión
presidencial, que desde ahora determina la conducta de los actores
políticos, imprime al calendario de la Asociación
ineludibles tensiones externas, las cuales deben interpretarse
correctamente para bien de los altos fines encomendados.
Sin minimizar los riesgos que tal contexto político impone
al funcionamiento estable del sistema de educación superior,
es afortunado que coincida con el 55 aniversario de la fundación
de la Asociación.
Es conveniente aprovechar esta efeméride para reflexionar
sobre la trayectoria histórica de la ANUIES, destacar su
contribución y enriquecerla con propósitos y metas
de calidad tan ambiciosos como el compromiso de sus integrantes
con una educación superior rigurosa y socialmente apreciada
por sus frutos.
Como es sabido, el logro alcanzado el año pasado en relación
con el presupuesto federal para educación superior –un
logro en verdad histórico– es ahora parte de una controversia
constitucional interpuesta por el Poder Ejecutivo contra el Poder
Legislativo. Cualquiera que sea la sentencia de la Suprema Corte
de Justicia, el desenlace del litigio puede marcar un rumbo imprevisto
a las relaciones de la ANUIES con los poderes de la Unión
y las fuerzas políticas en disputa.
Este es el contexto en el que la ANUIES gestionará el presupuesto
federal de educación superior para 2006. La responsabilidad
es enorme para todos los actores, pues debe impedirse que las tensiones
resultantes interfieran en la marcha normal de la Asociación.
Mantener a la ANUIES, a las instituciones que la integran y al
sistema de educación superior en su conjunto ajenos a esta
confrontación, es la mayor responsabilidad política
de los órganos colegiados y sus titulares en el presente
año.
Por lo mismo, es muy importante que la ANUIES mantenga y refuerce
su posición de instancia consensual y representativa de
las instituciones de educación superior y haga valer la
visión, intereses y propuestas que colectivamente hemos
ido construyendo.
Hacia fines de año, una vez que se declare oficial la contienda
por la renovación de poderes políticos, se abrirá el
espacio propicio para evaluar las políticas públicas
de educación superior de la presente administración.
Habrá de ser una evaluación objetiva que reconozca
logros, deficiencias y omisiones, libre de sesgos ideológicos
y que siente las bases de las nuevas propuestas que la ANUIES pondrá a
consideración de las fuerzas políticas en contienda.
Para este cometido, es fundamental la elaboración de un
informe exhaustivo sobre el estado actual de la educación
superior en México. Mucho se ha avanzado en la definición
del aspecto central del financiamiento y en la experiencia de evaluación
del sistema, por mencionar sólo dos de los temas fundamentales.
Pero falta unir las partes en una visión de conjunto y en
todos sus detalles a fin de sustentar la propuesta de la ANUIES
para el periodo 2006-2012, ubicado en el marco de la necesaria
construcción de una política de Estado para la educación
superior.
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