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En
CUPIA se construye la universidad pública que requiere el
siglo XXI Hoy más
que nunca, la educación superior pública significa
la voz de la razón y de la verdad. De su seno deben surgir
las expresiones inteligentes y sensatas que apuntalen la democracia,
fortalezcan la convivencia pacífica, reconozcan la diversidad
y propicien la tolerancia.
El país tiene en su sistema público de educación
superior el mejor baluarte para avanzar en la consolidación
del sistema democrático, en la profundización de
las libertades civiles y en la construcción de una plataforma
que permita un desarrollo nacional basado en las más altas
capacidades científicas, tecnológicas y humanistas
de los mexicanos.
De ahí, entre muchas otras razones, deriva la importancia
del Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines
(CUPIA) de la ANUIES, el cual celebró su XXV Sesión
Ordinaria en los últimos días de abril teniendo como
sede al Instituto Politécnico Nacional.
Engrandecer, mejorar y consolidar a este sistema universitario
y de investigación es una tarea prioritaria para todas y
cada una de sus instituciones, y una responsabilidad y una obligación
para el Estado mexicano, porque toda la educación –pública
o privada– es de interés social, pero también
se debe reconocer que sólo la educación que imparte
el Estado o las instituciones a las que éste les ha concedido
autonomía, es un bien público como tal, porque es
la que está al alcance de todos sin distinción o
discriminación alguna.
De esta convicción han derivado acciones de transformación
y propuestas de políticas que han cambiado el rostro de
la educación superior pública y de las instituciones
que la integran.
Son muchos los temas que en la historia reciente se han abordado
en el seno de este Consejo, pero, sin duda, son los temas de financiamiento
y de la solución de los problemas estructurales de las instituciones
los que han recibido mayor atención.
Las gestiones en la búsqueda de mayor financiamiento, aunque
aún insuficientes han rendido buenos resultados, pero más
allá de esto, han permitido constituir a la ANUIES como
un interlocutor relevante ante el Poder Legislativo y otros Poderes
del Estado.
Además del tema del financiamiento, que va aparejado a los
de pensiones y jubilaciones, al de las plantillas de personal no
reconocidas por las secretarías de Educación Pública
y de Hacienda y Crédito Público, y a la rendición
de cuentas, el CUPIA ha abordado otros temas que conciernen al
quehacer sustantivo de las instituciones, lo que da muestra de
su compromiso por la calidad, con los estudiantes y con el entorno
social.
Uno de los valores inherentes a las universidades públicas
es el del compromiso social, valor que debe mantenerse, recrearse
y acrecentarse. Ahora se trabaja en la construcción de la
universidad pública que requiere el siglo XXI: una institución
caracterizada por la calidad de los procesos y resultados educativos,
el ejercicio responsable de la autonomía, de la libertad
de cátedra y de investigación, y el compromiso social.
Una universidad que tiene como principios rectores la formación
de hombres y mujeres libres, comprometidos con la comunidad, con
el conocimiento y con el mejoramiento integral de las personas.
Una universidad que siga siendo la conciencia crítica de
la sociedad.
Por esa razón, la ANUIES y el CUPIA en especial, son el
baluarte y garantía de que la educación superior
pública seguirá avanzando, y continuará dando
buenos frutos a la sociedad. Con principios, con valores, con experiencia,
rectitud, claridad de miras y unidad este es el espacio autónomo
para la reflexión, la propuesta y el fortalecimiento de
las instituciones y del sistema de educación superior en
México.
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