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No.137 | año 13 | Mayo 2005| issn: 1405-2342
  Editorial.
Editorial
  En CUPIA se construye la universidad pública que requiere el siglo XXI

Hoy más que nunca, la educación superior pública significa la voz de la razón y de la verdad. De su seno deben surgir las expresiones inteligentes y sensatas que apuntalen la democracia, fortalezcan la convivencia pacífica, reconozcan la diversidad y propicien la tolerancia.
El país tiene en su sistema público de educación superior el mejor baluarte para avanzar en la consolidación del sistema democrático, en la profundización de las libertades civiles y en la construcción de una plataforma que permita un desarrollo nacional basado en las más altas capacidades científicas, tecnológicas y humanistas de los mexicanos.
De ahí, entre muchas otras razones, deriva la importancia del Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines (CUPIA) de la ANUIES, el cual celebró su XXV Sesión Ordinaria en los últimos días de abril teniendo como sede al Instituto Politécnico Nacional.
Engrandecer, mejorar y consolidar a este sistema universitario y de investigación es una tarea prioritaria para todas y cada una de sus instituciones, y una responsabilidad y una obligación para el Estado mexicano, porque toda la educación –pública o privada– es de interés social, pero también se debe reconocer que sólo la educación que imparte el Estado o las instituciones a las que éste les ha concedido autonomía, es un bien público como tal, porque es la que está al alcance de todos sin distinción o discriminación alguna.
De esta convicción han derivado acciones de transformación y propuestas de políticas que han cambiado el rostro de la educación superior pública y de las instituciones que la integran.
Son muchos los temas que en la historia reciente se han abordado en el seno de este Consejo, pero, sin duda, son los temas de financiamiento y de la solución de los problemas estructurales de las instituciones los que han recibido mayor atención.
Las gestiones en la búsqueda de mayor financiamiento, aunque aún insuficientes han rendido buenos resultados, pero más allá de esto, han permitido constituir a la ANUIES como un interlocutor relevante ante el Poder Legislativo y otros Poderes del Estado.
Además del tema del financiamiento, que va aparejado a los de pensiones y jubilaciones, al de las plantillas de personal no reconocidas por las secretarías de Educación Pública y de Hacienda y Crédito Público, y a la rendición de cuentas, el CUPIA ha abordado otros temas que conciernen al quehacer sustantivo de las instituciones, lo que da muestra de su compromiso por la calidad, con los estudiantes y con el entorno social.
Uno de los valores inherentes a las universidades públicas es el del compromiso social, valor que debe mantenerse, recrearse y acrecentarse. Ahora se trabaja en la construcción de la universidad pública que requiere el siglo XXI: una institución caracterizada por la calidad de los procesos y resultados educativos, el ejercicio responsable de la autonomía, de la libertad de cátedra y de investigación, y el compromiso social. Una universidad que tiene como principios rectores la formación de hombres y mujeres libres, comprometidos con la comunidad, con el conocimiento y con el mejoramiento integral de las personas. Una universidad que siga siendo la conciencia crítica de la sociedad.
Por esa razón, la ANUIES y el CUPIA en especial, son el baluarte y garantía de que la educación superior pública seguirá avanzando, y continuará dando buenos frutos a la sociedad. Con principios, con valores, con experiencia, rectitud, claridad de miras y unidad este es el espacio autónomo para la reflexión, la propuesta y el fortalecimiento de las instituciones y del sistema de educación superior en México.