DECLARACIÓN DE SANTO DOMINGO
LA CIENCIA PARA EL SIGLO XXI UNA NUEVA
VISIÓN Y UN MARCO DE ACCIÓN1

1 Reunión Regional de Consulta de América Latina y el Caribe de la Conferencia Mundial sobre la Ciencia, auspiciada por la UNESCO en Santo Domingo, República Dominicana, 10-12 de marzo de 1999.

Contenido del Artículo:


1. INTRODUCCIÓN
2. UNA NUEVA VISIÓN DE LA CIENCIA
3. UNA NUEVA MISIÓN PARA LA CIENCIA
4. NUEVAS ESTRATEGIAS Y POLÍTICAS DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA


Página Anterior del Artículo

4. NUEVAS ESTRATEGIAS Y POLÍTICAS DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA



4.1 El nuevo compromiso


En América Latina y el Caribe, el nuevo compromiso con la ciencia debe abarcar una serie de objetivos explícitos, asumidos en conjunto por los gobiernos, el sector empresarial, las comunidades académicas y científicas, otros actores colectivos y la cooperación internacional. Se trata de establecer cimientos sólidos para las estrategias y políticas de largo plazo de ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo humano autosustentable, mediante un pacto en pro de la investigación de carácter interdisciplinario.



4.2 Estrategias y políticas de ciencia y tecnología


Resulta necesario el fortalecimiento institucional que permita la adecuada formulación, implementación, evaluación y gestión de estrategias y políticas de ciencia y tecnología.

El Estado debe estimular las actividades sistemáticas relacionadas directa y específicamente con el desarrollo científico y tecnológico, con la generación, difusión, transmisión y aplicación de conocimientos científicos y tecnológicos (investigación científica; investigación tecnológica; innovación y difusión técnica; Servicios de información; servicios de consultoría e ingeniería; metrología y normalización; planificación y gestión de ciencia y tecnología -incluidos los indicadores de ciencia y tecnología-; y la información del personal científico técnico necesario para estas actividades).

Los elementos fundamentales de las estrategias y políticas de desarrollo científico y tecnológico deberían ser: (i) Prospectiva tecnológica y planificación estratégica de mediano y largo plazos a nivel de gobierno (investigación científica y tecnológica, innovación y difusión técnica, indicadores de ciencia y tecnología, etc.); (ii) Movilización de recursos financieros y tecnológicos (gobierno y empresas), (iii) Planificación estratégica de la I+D: determinación de prioridades, y evaluación de centros, programas y proyectos de investigación científica y tecnológica; (iv) Planificación estratégica de mediano y largo plazos a nivel empresas, incluyendo una estrategia de I+D de las empresas integrada al diseño y desarrollo de sistemas productivos; (v) Rol y dimensión de los sistemas educativos y de capacitación; (vi) Rol de las innovaciones sociales en la motivación, capacitación y regulación de la fuerza de trabajo; (vii) Estructura industrial favorable a la inversión estratégica de largo plazo en capacitación continua e innovación; (viii) Organización y gestión tecnológica de la empresa (aprendizaje e innovación continua, capacitación continua, flujos de información y redes de comunicación); (ix) Redes de colaboración (vinculación) empresa-universidad; y (x) Interacciones usuario-productor-investigador.



4.3 Cooperación internacional (orientada a países en desarrollo)


La globalización de la economía ( y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación) es fuente potencial tanto de nuevas posibilidades como de serias desigualdades. Deben fortalecerse los instrumentos de cooperación internacional y regional, así como la capacidad nacional en gestión de la cooperación. A estos fines de recomienda que la unesco desarrolle y apoye auténticos programas integrados e interdisciplinarios que potencien las capacidades de los centros de investigación y postgrado de la región, e irradiarla por medio de la cooperación horizontal.

Asimismo, es necesario aprovechar la capacidad de coordinación de organizaciones subregionales en el campo científico y tecnológico. Cuando sea posible debería aprovecharse la experiencia de organismos y programas exitosos en la región, en particular en las subregiones de América Central y el Caribe.

La orientación de la cooperación internacional para la investigación científica y tecnológica debería contribuir a: (i) la instalación estable en los países con menor desarrollo de capacidades científicas de excelencia; (ii) la formación de jóvenes investigadores insertos en sus propias realidades sociales; (iii) que la agenda de investigación sea fijada acorde a los valores y prioridades de la región y conforme a una perspectiva mundial.

Los países de menor desarrollo relativo debieran recibir un trato preferencial en el planeamiento y ejecución de la cooperación.



4.4 Alianzas estratégicas y coaliciones científicas


La cooperación horizontal abre posibilidades inéditas que permiten intercambiar y complementar capacidades humanas, físicas y financieras de los grupos de investigación e igualmente promover un desarrollo endógeno y homgéneo de esas capacidades.

Hace falta, en suma, privilegiar formas de cooperación entre centros científicos de países desarrollados y de América Latina y el Caribe que se estructuren a partir del establecimiento conjunto de agendas de investigación, y se orienten a la conformación de capacidades científicas estables en los países en vías de desarrollo.

Asimismo se requiere aprovechar e incorporar a la región, y a las comunidades trabajan en los países desarrollados.



4.5 Creciente inversión en la ciencia


Una inversión incrementada y sostenida en el largo plazo es imprescindible para que la ciencia pueda realizar aportes substantivos a la sociedad. Para ello es imperativo, además, que dicha inversión apunte a revertir la creciente brecha entre países con diferentes niveles de desarrollo.

Un nuevo, redoblado y sostenido compromiso político con la ciencia en os países periféricos, constituye el primer requisito para que ella pueda fortalecerse y realmente contribuir al desarrollo humano autosustentable y a la expansión de la cultura.



4.6 Creación y fortalecimiento de capacidades científicas


A los diversos actores de la innovación, y en particular a los gobiernos y a los empresarios, les corresponde promover, mediante mecanismos explícitos, la demanda tecnológica propia, fortalecerla y financiarla. No obstante, ello no debería transformarse en un predominio del corto plazo o en la postergación de la demanda social. La investigación propia de mediano y largo plazo es imprescindible para desarrollar la ciencia y la tecnología como proyecto social y cultural de una nación y de una región. La cooperación internacional debe apoyar estos esfuerzos.

La creación en América Latina y el Caribe de capacidades sólidas para generar y usar conocimientos necesita de procesos continuos de evaluación de las actividades científicas y tecnológicas, y de la divulgación de sus resultados.

Uno de los problemas centrales es resolver para afianzar la investigación en los países de la región es el de construir una cultura de la evaluación, que involucre criterios múltiples y diversos actores. Ello contribuiría a que la actividad científica y tecnológica de América Latina y el Caribe intervenga en el diálogo de la investigación mundial a todos los niveles: selección de la agenda; calidad y pertinencia del trabajo; criterios de rendimiento y evaluación; y en la prioridad acordada a las necesidades sociales.

El estudio de los procesos sociales que inciden en la posibilidad de construir dichas capacidades es un terreno fecundo para la cooperación transdisciplinaria entre las ciencias sociales y humanas y las exactas y naturales.



4.7 Educación y formación científica y tecnológica


El nuevo compromiso mundial con la ciencia ha de incluir, como una de sus grandes aspiraciones, la disminución de la brecha que tiende a separar cada vez más a los países desarrollados del resto del mundo, en lo que se refiere a la capacidad de generar y utilizar conocimientos científicos y tecnológicos. El impulso renovado a la investigación en los países periféricos debe vincularse estrechamente con las contribuciones que científicos y tecnólogos deben hacer a la gran meta de generalizar la educación avanzada, de calidad, y continua a lo largo de toda la vida.

La renovación de la enseñanza de la ciencia y la tecnología, por vías formales e informales, debe apuntar también a promover la comprensión pública de la ciencia y la tecnología como parte de la cultura.

La formación inicial y permanente de los decentes de ciencias y tecnologías tendrá que vincularse crecientemente a los ámbitos de creación en sus respectivas disciplinas, pues su tarea esencial consiste en enseñar una ciencia dinámica (viva, incompleta y en permanente cambio).

Resulta necesario desarrollar la educación científica y tecnológica de los ciudadanos y promover y motivar el desarrollo de las vocaciones científicas y tecnológicas.

También resulta importante elevar la calidad académica de los programas de posgrado de ciencias y tecnologías y contribuir a su complementación y cooperación regional por medio de procesos de evaluación y acreditación.



4.8 Popularización de la ciencia y la tecnología


La popularización de la ciencia y la tecnología debe, simultáneamente, ser potenciada y vinculada a la afirmación de las capacidades propias de los países de América Latina y el Caribe.

Las actividades de popularización de la ciencia y la tecnología persiguen que éstas constituyan una componente central de la cultural, la conciencia social y la inteligencia colectiva. Asimismo, debe contribuir a la recuperación y valorización de los conocimientos nativos.

El objetivo central de construir una cultura científica transdisciplinaria -en ciencias exactas, naturales, humanas y sociales- que la población en general pueda llegar a sentir como propia, requiere priorizar la investigación socialmente útil y culturalmente relevante. En este sentido es necesario fomentar la introducción, el entendimiento y la apreciación temprana de la ciencia y la tecnología en nuestras vidas cotidianas dese la educación inicial.



4.9 Equidad de mujeres y hombres en las actividades científicas


Las niñas y mujeres de muchos países de la región han tenido enormes dificultades para acceder al sistema educativo y por ende al conocimiento científico y tecnológico. Asimismo, la enseñanza de las ciencias ha estado basada en tratamientos desde visiones que excluyen a la mujer. Una participación plena y equitativa de la mujer en las actividades científicas y tecnológicas contribuirá a enriquecer y reorientar sus temáticas, enfoques, prácticas y aplicaciones. En consecuencia, es necesario desarrollar estrategias y políticas que faciliten el acceso de la mujer al conocimiento científico y tecnológico, y que simultáneamente amplían sus espacios de participación en todos los ámbitos de las actividades científicas.

 

Contenido


Página Anterior del Artículo