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En
pie el reto de una política de financiamiento
para cerrar brechas y reconocer el desempeño"
Al concluir el mes de diciembre, quedó definido
el presupuesto federal para el año 2004, que aprobado por
el Congreso de la Unión alcanzó el monto de un billón
650 mil 505 millones 100 mil pesos. De éste, se asignó como
presupuesto integrado para educación la cantidad de 306
mil 713 millones de pesos, equivalente al 4.3 por ciento del Producto
Interno Bruto estimado. A educación superior se calcula
que corresponderá el 0.62 por ciento, que aún puede
crecer por el incremento salarial y las reasignaciones en curso.
Mediante las pláticas que sostuvieron funcionarios de la
SEP, integrantes del Consejo Nacional de la ANUIES y otros actores
del ámbito educativo con los miembros de las Comisiones
correspondientes del Poder Legislativo, se logró incrementar
la asignación a educación.
Dicho incremento fue de 6,585.8 millones de pesos más del
monto que contenía el proyecto de presupuesto de egresos,
de los cuales 2 mil 529 millones de pesos correspondieron a educación
superior.
El Consejo Nacional propuso incrementos en los gastos de operación
de las universidades, en el presupuesto de instituciones federales,
en los presupuestos de los centros CONACyT, en el Fondo de Aportaciones
Múltiples y en los Institutos Tecnológicos Federales
(recursos para inversión y creación de un fondo de
apoyo al mejoramiento de su calidad). De manera particular, se
destacó la necesidad de resarcir la disminución de
ochocientos millones de pesos planteada para el subsidio ordinario
de las universidades públicas estatales.
Dos aspectos sobre los cuales hubo especial énfasis fueron:
la importancia de mantener el Fondo de Apoyo Extraordinario a las
Universidades Públicas, con un monto de mil millones de
pesos a fin de continuar con el impulso a los procesos de reforma
de los sistemas de pensiones; y, constituir un fondo de dos mil
millones de pesos con el objeto de disminuir brechas entre las
instituciones públicas de educación superior y reconocer
su desempeño. Se hizo explícito a los diputados que
estos recursos se distribuirían de acuerdo con el modelo
de asignación adicional al subsidio federal ordinario, aprobado
en la XXII Sesión Ordinaria del Consejo de Universidades
Públicas e Instituciones Afines de la ANUIES, en el mes
de noviembre.
Con el presupuesto asignado, se perdió la oportunidad de
echar a andar, en 2004, el modelo de asignación que obtuvo
consenso en CUPIA, tal como había sido acordado entre los
rectores de las universidades públicas.
La ANUIES seguirá insistiendo en la puesta en operación
del modelo de asignación y en la continuación del
Fondo de Apoyo Extraordinario a las Universidades Públicas
para dar continuidad a las reformas de los sistemas de pensiones
de las universidades.
El reto ahora es explorar todas las posibilidades y corresponsabilizarse
con todos los actores de la educación superior nacional
para construir una política más clara de financiamiento,
en la que participen tanto el Poder Ejecutivo como la Cámara
de Diputados, pero también los gobiernos estatales. Esta
política no deberá circunscribirse a atender problemas
con visión de corto plazo, ni confrontar enfoques de equidad
o compensación con los de desempeño y calidad, sino
ser el pivote para un verdadero desarrollo del sistema público
de educación superior, alcanzando mejores niveles de cobertura,
calidad y eficiencia.
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