LA EDUCACIÓN A DISTANCIA EN MÉXICO Y PROPUESTAS PARA SU DESARROLLO*

MARÍA DOLORES SÁNCHEZ SOLER**

* Conferencia presentada en el VII Encuentro Internacional de Educación a Distancia en la Feria Internacional del Libro FIL 98, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Jal., Diciembre 2 de 1998.
** Secretaria Académica de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.

Contenido del Artículo:


INTRODUCCIÓN
SITUACIÓN ACTUAL
PROPUESTAS PARA EL DESARROLLO DE LA EDUCACIÓN ABIERTA Y A DISTANCIA
NOTAS
CUADROS


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Introducción

Mucho me complace encontrarme esta mañana ante ustedes en este VI Encuentro Internacional de Educación a Distancia en el que reflexionaremos sobre las perspectivas de la cooperación y la colaboración en esta modalidad educativa, que ante los nuevos entornos internacionales y la velocidad con la que se genera y aplica nuevo conocimiento se hace cada vez más necesaria, debido por una parte al potencial que tiene esta modalidad educativa de atender grupos cada vez más amplios y diversos en tiempos y formas distintas, y por la otra, dada la flexibilidad que nos proporciona para actualizar los contenidos de los programas e incursionar en nuevas temáticas.

El tema de este Encuentro es La Cooperación y Colaboración en la educación a distancia, es decir, las posibilidades que se nos ofrecen para trabajar conjuntamente, mediante mecanismos de cooperación e intercambio, en el impulso y fortalecimiento de programas educativos a distancia compartiendo recursos humanos, infraestructura y recursos tecnológicos para incrementar la calidad de los programas existentes y diseñar e implementar nuevos programas educativos. La educación a distancia permite abatir los costos asociados a la formación e idear programas para atender necesidades similares de grupos cuya dispersión geográfica hace difícil y costosa su atención. Y con esto no me estoy refiriendo únicamente a los tradicionales programas educativos del nivel básico a grupos marginados, sino también a los cursos de actualización necesarios para recalificar profesionales en ejercicio.

En la Conferencia Mundial sobre Educación Superior, realizada el pasado mes de octubre en París, la "Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y Acción" señaló expresamente la importancia de la educación abierta y a distancia, así como la utilización de las nuevas tecnologías de la información para apoyar los procesos educativos y la investigación, destacando el hecho de que "las nuevas tecnologías de la información y la comunicación seguirán modificando la forma de elaboración, adquisición y transmisión de los conocimientos", y reconociendo las posibilidades que brinda para renovar los contenidos y métodos educativos, así como para ampliar el acceso a la educación superior. Por otra parte, se recomendó que las instituciones educativas velen por la calidad y mantengan niveles elevados en "las prácticas y los resultados de la educación con un espíritu de apertura, equidad y cooperación internacional", utilizando para ello diversos medios, entre los que destaca la creación de nuevos entornos pedagógicos, "que van desde los servicios de educación a distancia hasta los establecimientos y sistemas virtuales de enseñanza superior, capaces de salvar las distancias y establecer sistemas de educación de alta calidad".

Como complemento a esta declaración, en el marco de acción prioritaria se señala que se "deberá generalizar en la mayor medida posible la utilización de las nuevas tecnologías, para [...] reforzar el desarrollo académico, ampliar el acceso, lograr una difusión universal y extender el saber, y a facilitar la educación durante toda la vida". Para ello, se consideró importante impulsar el trabajo en redes académicas, aprovechar las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías adaptándolas a las necesidades nacionales y locales, facilitar mediante la colaboración internacional el acceso equitativo a la infraestructura en este campo, así como su fortalecimiento y difusión en las sociedades.

En la actualidad, y por acuerdo del Consejo Nacional de la Asociación, la educación abierta y a distancia es uno de los temas prioritarios de la agenda de la ANUIES, ya que representa una vía para facilitar el acceso a la educación superior a diversos grupos sociales que por razones de diferente naturaleza no tienen acceso, o que requieren mayor flexibilidad ya sea por su dispersión geográfica o por los requerimientos de formación o actualización. En esta intervención, se presenta primeramente un panorama del contexto en el que se desarrolla la educación superior de nuestro país. Posteriormente, se hace un breve recuento de los avances en educación abierta y a distancia, para finalizar con las propuestas de la ANUIES para impulsar esta modalidad educativa.

La reorganización de los mercados como resultado de los procesos de globalización de las economías, junto con los nuevos criterios para la localización de las actividades económicas, las nuevas formas de organización de la producción y las innovaciones en procesos y productos, han hecho indispensable que las instituciones educativas del nivel superior incursionen en nuevas formas de conducir el proceso de enseñanza-aprendizaje, nuevos contenidos educativos y en estrategias de aprendizaje que permitan aprender durante toda la vida.

La globalización está sustentada en el desarrollo tecnológico aplicado a la producción y distribución de bienes y servicios y en el avance vertiginoso de las ciencias. Así, lo que una sociedad produce tiene ahora un mayor contenido en conocimientos y, en ellos se basa su valor de mercado y las posibilidades de competir en calidad, precio y oportunidad en los mercados internacionales y nacionales. Los profesionales egresados de las instituciones de educación superior no son ajenos a estas tendencias lo que ha incrementado sustancialmente la demanda de programas de formación continua que les permitan actualizarse, obtener nuevos conocimientos y desarrollar habilidades diferentes a aquellas que fueron parte de los programas de licenciatura o posgrado que cursaron. No debemos olvidar que el quehacer cotidiano ha cambiado sustancialmente en los últimos 20 años, hoy es habitual el uso de las computadoras personales, Internet, la comunicación por correo electrónico, los microscopios electrónicos, y la tomografía para apoyar el diagnóstico.

De lo anterior se desprende que, además de la demanda tradicional de la educación abierta y a distancia, constituida, entre otros, por grupos geográficamente dispersos o marginados, personas con requerimientos especiales y personas que no tuvieron la oportunidad de cursar estudios superiores; ahora se cuenta con una demanda más diversificada que incluye a técnicos y profesionales que requieren actualización, académicos que demandan una mayor formación, empresarios y jóvenes y adultos que requiere complementar su formación o incrementar su nivel de escolaridad.

Mucho se ha señalado que en el contexto actual la educación superior debe, en sus estudiantes, desarrollar diferentes capacidades, entre otras la de innovación y creatividad; habilidades para el trabajo en equipo y la resolución de problemas, para adaptar los conocimientos obtenidos a un mundo del trabajo cambiante y para el autoaprendizaje continuo; sin dejar de lado la formación en valores, especialmente aquellos necesarios para la convivencia, la vida democrática y el respeto al entorno y a los derechos humanos. La construcción de una sociedad democrática implica contar con ciudadanos mejor formados y con un mayor nivel de escolaridad, que supere en el promedio nacional el de primaria completa. Ante estas demandas al sector educativo, la pregunta pertinente es si la capacidad instalada en el nivel superior y los recursos humanos con los que se cuenta para la atención a la demanda, tanto actual como la derivada del previsible crecimiento futuro, es la que permite responder a estos requerimientos y nuevas necesidades.

En la actualidad, la educación superior mexicana atiende aproximadamente 1.8 millones de estudiantes, que representan el 18% de la población del grupo de edad de 20 a 24 años, misma que se verá incrementada hasta el 19% en el año 2010 de continuar la tendencia histórica. En dos escenarios de crecimiento de la matrícula de licenciatura al 2010 elaborados por la ANUIES, basados en incrementos de la eficiencia terminal del bachillerato y de la tasa de absorción de licenciatura del 1 y el .5%, respectivamente, se prevé una atención a la demanda del 29%, en el caso más optimista, y del 26%, en la más moderada, del grupo de edad de 20 a 24 años. Estas proporciones de atención, en cualquiera de los escenarios propuestos, resultan del todo insuficientes frente a los parámetros de atención de los países desarrollados, que de acuerdo con un informe publicado por el Banco Mundial alcanzan un promedio superior al 50%, mientras que en los países de ingresos medios es del 21%. Esto significa que, aún si comparamos a México con países de nivel de desarrollo similar, la atención en el nivel superior es inferior.

En consecuencia, nuestro sistema educativo del nivel superior deberá hacer esfuerzos importantes para incrementar la cobertura, aún para lograr los niveles de atención identificados en escenarios no muy optimistas. Esto, con los ritmos actuales de inversión, se antoja difícil si no se incorporan formas innovadoras para ampliar la atención a la población escolar. Es importante señalar que incorporar una matrícula mayor deberá estar acompañada de mecanismos que garanticen la calidad de los programas, en caso contrario, el esfuerzo sería incompleto e inadecuado para las necesidades del país. A casi 30 años, estaríamos en riesgo de repetir la experiencia de la década de los setenta. Una de las estrategias viables que se perciben ante estos escenarios, es el incremento en el número de programas y estudiantes en educación abierta y a distancia.

Por otra parte, la educación tradicional basada en la enseñanza, al propiciar una actitud pasiva del estudiante, tiene dificultades importantes para lograr que se desarrollen las herramientas intelectuales necesarias para el trabajo en equipo, la resolución de problemas, las habilidades para la comunicación, la creatividad y la capacidad de innovar, que por el contrario al modelo centrado en la enseñanza, encuentran un camino más sencillo en los modelos basados en el aprendizaje.

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