INTERDISCIPLINA Y FLEXIBILIZACIÓN DEL CURRÍCULO DE ARQUITECTURA EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN, MÉXICO.

DR. ADOLFO BENITO NARVÁEZ TIJERINA*
* Instituto de Investigaciones de Arquitectura / UANL.

Contenido del Artículo:


PROBLEMAS QUE PLANTEA LA INTERDISCIPLINA EN LA EDUCACIÓN DE LOS ARQUITECTOS.
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO Y CONSTRUCCIÓN-EN-EL-MUNDO: FLEXIBILIDAD PARA EDIFICAR EL CONOCIMIENTO.
TRABAJANDO CON EL EJEMPLO Y DESARROLLO DE METAHABILIDADES: APLICACIÓN A LA REFORMA DEL CURRÍCULO.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.
NOTAS.


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PROBLEMAS QUE PLANTEA LA INTERDISCIPLINA EN LA EDUCACIÓN DE LOS ARQUITECTOS.

Uno de los planteamientos clásicos que se esgrimen cada vez que se menciona el conocimiento interdisciplinar en el campo de la arquitectura nos remonta al texto más antiguo de nuestra disciplina en occidente. Vitruvio plantea como una necesidad general de la educación para la arquitectura el que ésta se ligue naturalmente con el conocimiento de muchas ciencias, propone que el arquitecto deba prepararse durante muchos años de su vida en las ciencias más variadas y en los modos de adquisición de conocimiento más diversos, todo ello persiguiendo fines específicos para su educación: "..debe pues éste estudiar gramática; tener aptitudes para el dibujo; conocer la geometría, no estar ayuno de óptica; ser instruido en aritmética y versado en historia; haber oído con provecho a los filósofos; tener conocimientos de música; no ignorar la medicina; unir los conocimientos de jurisprudencia a los de astrología y movimientos de los astros" esta breve descripción de los conocimientos necesarios para la profesión del arquitecto luego Vitruvio la amplía y explica profundamente, analizando las razones para cada conocimiento y cada experiencia práctica.


Una de las cosas que llaman de inmediato la atención al analizar el libro del Romano es que se trata de un texto bastante práctico que pone mucho énfasis en el hecho de que la formación de los arquitectos debe ser tanto un asunto "teórico" como del desarrollo de habilidades concretas. La educación para estas habilidades y conocimientos es un asunto de mucho trabajo y que según la experiencia de Vitruvio debería tomar un largo tiempo. "Estando, pues, esta gran ciencia realzada por el conocimiento de tantas y variadas materias, a mi juicio, nadie podrá, de buenas a primeras, decirse arquitecto sino aquel que desde la edad pueril haya ido subiendo los grados de estas disciplinas, y se halla criado, por decirlo así, con el aprendizaje de muchas ciencias y artes, hasta llegar al sumo templo de la Arquitectura." Es una educación que está afincada en el trabajo constante y extenso, pero que descansa en la idea de que todos estos conocimientos son solamente partes de un todo mayor.


Vitruvio hace referencia a una ciencia enciclopédica o universal, que contendría a todo el conocimiento necesario para el arquitecto; esta idea parece reposar en un asunto más amplio y que a la vista de nuestro presente parecería hoy más propio que nunca, el hecho de que toda la realidad parece estar tan estrechamente interconectada que realmente podríamos imaginar como una sola cosa compleja en donde cada parte está tan fuertemente conectada con las demás que su transformación afectaría profundamente a todas las cosas; una imagen que nos lleva a decidir que el todo es mucho más que la suma de las partes. Ello que se plantea hoy para el mundo de las cosas físicas, tal vez desde la perspectiva de la filosofía neoplatónica que permeaba la época en que se escribía este libro en la Roma Imperial, estaría más relacionado con el mundo de las ideas, sin embargo, trasladando esto hasta nosotros encuentra notable actualidad, y tal vez es el punto central de lo que deberíamos argumentar en torno a la necesidad de una educación interdisciplinaria: que ésta reposa no solamente en una necesidad inmediata de la práctica, sino que está interesada en toda una concepción de la naturaleza del mundo y la forma en la que lo deberíamos de pensar.


Deberíamos agregar unas cuantas notas al análisis del texto de Vitruvio, que tienen relación con la manera en que imaginaba el romano que debería hacerse operativa la educación del arquitecto de cara a esta necesidad. Frente al comentario de Picio, arquitecto Griego de la ciudad de Priene y autor del templo de Minerva, que consideraba que los arquitectos deberían ser doctos en todas las artes y ciencias en un nivel muy alto, Vitruvio establece que "la profesión de arquitecto requiere el ejercicio de todas las ciencias, la razón permite que, dada la amplitud inmensa de las cosas, se tenga de aquellas no unos conocimientos perfectos como sería preciso, sino unos mediocres de cada uno".


El escenario que plantea Vitruvio, de cara a la educación interdisciplinar, pone de relieve el hecho de que el arquitecto deba de estar relacionado con muchos campos del conocimiento, siempre buscando el aplicar en la práctica todo lo que hallara en ellos, me parece muy interesante que en la ultima parte del primer capítulo del primer libro, como elaborando una cuestión que quedará abierta permanentemente, propone una solución simple al problema de la cantidad de conocimientos que existen realmente y que es necesario conocer: sólo hay que saber muy superficialmente de ellos. Creo que la falta de discusión sobre esta cuestión por parte de Vitruvio y los pocos comentarios que en torno a esta recomendación (directamente encaminada a la enseñanza de los arquitectos) se han hecho a lo largo de la historia, encubren una de las grandes dificultades que plantea la educación interdisciplinaria: el hecho de que para enfrentarse a ella habrá que conocerlo todo, cosa que siempre ha sido privilegio de unos pocos seres "iluminados" (como el mismo Vitruvio comenta páginas atrás).


Esta idea, que ya le pone un coto relacionado con la memoria, a la capacidad para desenvolverse en el mundo, parece que ha subsistido hasta nuestros días, y ahora con la evolución de los medios de comunicación y de la informática, ya se ha convertido en un asunto mensurable, y por lo tanto susceptible de situar en el espacio y en el tiempo; lo que ha llevado a afirmar que la capacidad del ser humano para conocer es notablemente insuficiente de cara a todo lo que se puede conocer. En efecto, el apoyo mayor de la informática radica en poder cuantificar los datos en unidades de medida, que la electrónica pueda fácilmente fijar a unidades físicas de almacenaje. La facilidad con la que se puede procesar y almacenar la información hoy, hace que potencialmente la cantidad de lo que se puede conocer tienda a infinito o, cuando menos, supere la capacidad de "almacenamiento" de la memoria humana.


Esta es tal vez la mayor dificultad operativa. La moderna investigación sobre la memoria y las ciencias de la información arrojan datos sorprendentes sobre la capacidad humana para aprender del medio ambiente. Sagan (1984) ha elaborado una inferencia que establece que dado el número de conexiones que ha nivel neuronal posee el cerebro humano, suponiendo que cada una de ellas representara un bit, la capacidad del cerebro para almacenar datos superaría a una gran biblioteca, (como la de la ciudad de Nueva York, por ejemplo). Aunque el motivo de este ensayo no sea profundizar sobre estos interesantes temas, creo que vale aclarar una cosa más: esta se relaciona con el hecho de que además, la información almacenada por los medios informáticos (desde los simples y queridos libros hasta la red etérea de INTERNET) posee un alto nivel de redundancia, los datos parecen repetirse constantemente autorrefiriéndose o simplemente sacándose de un determinado contexto para ubicarse en otro distinto. Por lo que cabe plantear que esa cantidad infinita o muy grande sólo es la ilusión que genera esta réplica.


Otro asunto que se suma al anterior es el hecho de que los datos (lo que más fácilmente se puede reducir a unidades cuantificables y de base física) no se usan casi nunca como tales. La información –siguiendo el esquema propuesto por Masoulas (1997)- sería un nivel más abstracto de organización de grupos de datos hechos coherentes por su significado agrupado, y que a su vez pueden convertirse en unidades significativas (sólo que dimensionalmente más complejas, aunque físicamente del mismo tamaño). Ello reduce mucho la cantidad de información que puede existir, lo que nos da de inmediato mucho optimismo de cara a la posibilidad de manejarla.


Siguiendo el esquema de Masoulas, que en la cúspide de la pirámide del aprendizaje sitúa –sobre la información- al conocimiento, podríamos aún reducir el conjunto de la información a unidades más complejas pero cuantitativamente menores a las anteriores. En esta perspectiva, se concibe al conocimiento como algo que es el resultado sintético de la reflexión sobre la información, es decir que ha sido puesta en el mundo por la persona y experimentada de cara a la realidad particular de quien que ha manejado la información. El conocimiento, entonces, tiene por fuerza que haber sido interiorizado, llevado al mundo, confrontado con la realidad de quien lo construye, tiene que haber sido asimilado a la propia existencia y por esta vía haberse hecho significativo y "cargarse de humanidad", y al reificarse, convertirse en una pieza más de redundantes datos y vibrantes conjuntos de información almacenable.


Creo que desde esta perspectiva, lo que nos permite seguir enfrentándonos al mundo y hacer arquitectura no es nuestra capacidad para almacenar todo lo que se pueda almacenar, sino el situarnos en el mundo como mediadores de lo que es y todo lo que puede ser posible, es decir en el filo de la memoria y de los sueños.


Ello nos conduce a otra cuestión: Si es posible acotar el problema vitruviano de la operativización de una educación interdisciplinar en el vallado del conocimiento significativo, habríamos entonces de formular con claridad qué implica la construcción de esta clase de conocimiento en el ámbito de la arquitectura y el problema de cómo hacer esta construcción algo operativamente posible de cara al problema de la educación de los arquitectos.

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