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Una década
de acreditación de programas de posgrado: 1991-2001
Guadalupe Tinajero Villavicencio
Instituto de Investigaciones y Desarrollo
Educativo, UABC.
Introducción
En 1970 se creó el Consejo Nacional para la
Ciencia y la Tecnología (CONACyT), organismo gubernamental destinado
a fijar, instrumentar, ejecutar y evaluar la política nacional
de ciencia y tecnología 1.
A juicio de Klein y Sampaio (2002), esta dependencia estuvo marcada
en sus primeros años de funcionamiento por la lentitud; sólo
en 1976, después de elaborado el primer programa de concesión
de becas, el papel del CONACyT cobró relevancia. Entre 1971
y 1983, las becas que concedió ese organismo fueron para realizar
estudios en el exterior, principalmente en Estados Unidos, Francia
e Inglaterra (CONACyT, citado por García, 1990). Aunque entre
1977-1980 más del 40% de los becarios estudiaron en Estados
Unidos. En este sentido puede afirmarse que en este periodo, si bien
hubo apoyo gubernamental a la formación especializada, se dependió del
extranjero para la formación de recursos humanos; de igual manera,
esta instancia no aparece como influyente en el diseño de las
políticas nacionales para la investigación y posgrado,
situación que se modificaría en la década de los
noventa.
Este papel, poco relevante, se modificaría en 1991. A partir de
ese año, este Consejo tuvo un papel preponderante en el fortalecimiento
de los estudios de posgrado al constituir un Padrón de Programas
de Posgrado de Excelencia en Ciencia y Tecnología, para el cual
estableció un conjunto de requisitos de ingreso y permanencia
de programas de maestría y doctorado con orientación a
la investigación (CONACyT, 2000). El objetivo explícito
fue el de impulsar la oferta de programas nacionales de calidad y orientar
a los aspirantes en la elección de programas formativos rigurosos,
con un alto nivel académico. La creación de este padrón
comprometió recursos sólo a aquellos programas que cumplieran
con los criterios de evaluación diseñados ex profeso por
el organismo. Es indudable que este padrón se constituyó como
un marco orientador en la oferta de programas por parte de las diferentes
instituciones de educación superior.
Las instituciones con oferta de estudios de posgrado que se interesaron
en acreditar sus programas a través de este mecanismo, se encontraron
ante el reto de ofrecer programas orientados a la investigación
que cubrieran los criterios y parámetros señalados por
ese organismo. Sánchez y Arredondo (1998) definen al padrón
de posgrado, en primera instancia, como un mecanismo de control de calidad “en
el que se hacen explícitos determinados requisitos que deben ser
cubiertos con relación al personal académico y a las condiciones
de operación, que son verificadas por pares académicos”.
Pero, en segunda instancia, como “un mecanismo de acreditación,
cuya aprobación confiere ciertos derechos, más que de evaluación
propiamente” (1998: 242). Así, la calidad académica
de los programas empezó a depender de cómo se expresaran
los indicadores propuestos por CONACyT para argumentar y fundamentar
sobre la excelencia de los programas: eficiencia terminal, tasa de deserción,
tiempo medio de egreso, eficiencia de titulación, índice
de titulación, tasa de reprobación, tasa de retención,
seguimiento de egresados y costo de la docencia.
Después de una década de funcionamiento del padrón,
en el año 2000 se presentó una propuesta de Padrón
Nacional de Programas de Posgrado elaborado por un grupo técnico
en el que participaron miembros del CONACyT, de la Secretaría
de Educación Pública (SEP) y de la Asociación Nacional
de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior (ANUIES).
Este documento tuvo como objetivo general integrar un padrón en
el cual tuvieran cabida tanto los programas orientados a la investigación
como los programas de orientación profesional; en este sentido,
se considera que proporcionó la base para el actual Programa
Nacional de Fortalecimiento del Posgrado.
A continuación se analizaran por separado dos etapas del padrón,
la primera corresponde al periodo 1991-2000, y la segunda, que inicio
en 2001 con la presentación del Programa Nacional de Fortalecimiento
del Posgrado.
Padrón de Programas de Posgrado de Excelencia
en Ciencia y Tecnología
Cuando el CONACyT comenzó a operar en 1991
el Padrón de Programas de Posgrado de Excelencia (PE) se incorporaron
328 programas. El registro en ese padrón podía estar
en tres vertientes: programas aprobados, condicionados con observaciones,
y condicionados con carácter de emergente. Los primeros eran
aquéllos que cumplían con los criterios y parámetros
de evaluación establecidos por el comité respectivo y
su vigencia era por cinco años; los segundos cumplían
con la mayoría de los criterios y parámetros pero requerían
mejoras para operarlos satisfactoriamente. El registro se otorgaba
por tres años, y los terceros eran programas de reciente creación
que contaban con los elementos para consolidarse a corto plazo y su
registro se otorgaba por tres años (CONACyT, 2000).
En 1990 había 1,689 programas de posgrado (especialización,
maestría y doctorado), de los cuales 424 (25%) fueron calificados
como de excelencia al ser incorporados al padrón. Pudo haberse
supuesto que este número se incrementaría paulatinamente
debido al conocimiento del mecanismo; sin embargo, en la revisión
de las estadísticas históricas del padrón en sus
tres vertientes se observa un decremento a partir del segundo año
de operación del número absoluto de programas aceptados,
y un crecimiento de los programas condicionados con observaciones, de
manera particular los de doctorado; en el caso de los emergentes, se
muestran cambios drásticos por año en el número
de programas apoyados (Cuadro 1). Debe resaltarse el año de 1995,
ya que fue cuando se apoyó al mayor número de programas
(611), cifra que se redujo a 461 al año siguiente. De igual manera,
se observa que el grado con mayor número de programas apoyados
fue el de maestría, lo cual tiene sentido si se relaciona, por
una parte, el dato con el número de programas que ofrecen las
instituciones, y por otra, con el nivel de estudios de los profesores
de tiempo completo de las universidades públicas, ya que del total
en 1994-1995, sólo 56.68% tenía estudios de licenciatura,
27.72% poseía el grado de maestro y 7.79% estudios de doctorado.
Para 1997-1998, las cifras reportadas se modificaron: 47.27% del profesorado
tenía el grado de licenciatura, 32.85% de maestría y 11.17%
de doctorado. Cabe señalar que esta información no incluye
cifras de la UNAM.
Cuadro 1
Estadísticas del Padrón de Posgrado 1991-2000
|
Aprobados |
Condicionados
|
Emergentes |
Año
|
M |
D |
Otros |
Subtotal |
M |
D |
Otros |
Subtotal |
M |
D |
Otros |
Subtotal |
Total |
1991 |
176 |
101 |
7 |
289 |
120 |
17 |
3 |
140 |
|
|
|
0 |
424 |
1992 |
205 |
109 |
10 |
324 |
104 |
9 |
|
113 |
13 |
2 |
|
15 |
452 |
1993 |
169 |
89 |
8 |
266 |
114 |
33 |
|
147 |
37 |
7 |
|
44 |
457 |
1994 |
178 |
96 |
8 |
282 |
147 |
52 |
|
199 |
67 |
24 |
|
91 |
572 |
1995 |
209 |
103 |
7 |
319 |
133 |
50 |
|
183 |
68 |
41 |
|
109 |
611 |
1996-1997 |
102 |
58 |
|
160 |
184 |
51 |
|
235 |
19 |
47 |
|
66 |
461 |
1997-1998 |
99 |
57 |
|
156 |
183 |
51 |
|
234 |
29 |
52 |
|
81 |
471 |
1998-1999 |
90 |
46 |
|
136 |
171 |
55 |
|
226 |
41 |
65 |
|
106 |
468 |
1999-200 |
100 |
51 |
|
151 |
118 |
84 |
|
202 |
27 |
26 |
|
53 |
406 |
*Fuente: http://www. conacyt.mx/daic/padrón-exel/estadisticas/2.htm.
Al final de la operación del
PE (1999-2000) fueron apoyados 406 programas dentro del PE; de los
cuales 151 estaban en el rubro de aceptados, 202 en el de condicionados
y 53 dentro de los emergentes. Así, sólo 37.19 % del
total de programas cumplieron con todos y cada uno de los criterios
y parámetros señalados por el organismo gubernamental.
Llama la atención la disminución, casi de un 50%, del
número de programas de maestría aprobados en su inicio
(1991) con el total de programas apoyados en esa misma categoría
en 1999. Si se revisan las cifras de cada columna pueden observarse
cambios significativos, y cabría preguntase si estas alteraciones
en las cifras, obedecen a cambios en los criterios de evaluación
de cada convocatoria.
En relación con el tipo de institución (Cuadro 2), las
universidades públicas, en su conjunto, contaron con 129 programas
dentro del padrón; sin embargo, se considera que fue mayormente
beneficiado el sistema SEP-CONACyT (78 programas apoyados), ya que proporcionalmente
son más numerosas las IES públicas estatales que las entidades
SEP (27 instituciones) 2.
Cabe señalar, que en el caso de las universidades públicas
estatales, el incremento en ellas de programas de posgrado incorporados
al PE se toma como indicador del desarrollo de la investigación;
de ahí el esfuerzo de las IES estatales en proponer programas
que cubran con los requisitos que impone el Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología.
Cuadro 2
Estadísticas del Padrón de Posgrado por institución
1999-2000
|
Maestría
|
Doctorado
|
|
Tipo de institutción |
A |
C4 |
E |
Subtotal |
A |
C |
E |
Subtotal |
Total |
CINVESTAV
|
13 |
4 |
4 |
21 |
13 |
5 |
3 |
21 |
42 |
Entidades SEP-CONACYT
|
33 |
5 |
6 |
44 |
15 |
12 |
7 |
34 |
78 |
Institutos tecnológicos
|
2 |
7 |
|
9 |
1 |
2 |
|
3 |
12 |
IPN
|
4 |
11 |
1 |
16 |
2 |
5 |
2 |
9 |
25 |
UAM
|
8 |
8 |
6 |
22 |
5 |
4 |
5 |
14 |
36 |
UNAM
|
3 |
24 |
|
27 |
|
1 |
|
24 |
51 |
Universidades privadas
|
3 |
4 |
|
7 |
|
1 |
|
1 |
8 |
Universidades públicas
|
26 |
47 |
10 |
83 |
9 |
30 |
7 |
46 |
129 |
Otras
|
8 |
8 |
|
16 |
3 |
4 |
2 |
9 |
25 |
Total
|
100 |
118 |
27 |
245 |
51 |
84 |
26 |
161 |
406 |
Fuente: http://www.conacyt.mx/daic/padron-excel/estadisticas/3_1.htm.
El organismo gubernamental manejó tres áreas
de conocimiento para efectos de evaluación de los programas:
1) Ciencias Exactas, Ingeniería y Tecnología; 2) Ciencias
Biológicas, Biomédicas y Biotecnología, y 3) Ciencias
Sociales y Humanidades 3.
Como puede observarse en la Cuadro 3, el grupo 1 se sitúa en
primer lugar, los otros dos se muestran equilibrados en el número
de programas apoyados.
Ahora bien, si se analizan las cifras por grupo e institución,
en el caso de las Ciencias Exactas, Ingeniería y Tecnología
se encuentra que, en conjunto, las universidades estatales públicas
tuvieron 56 programas de excelencia; el CINVESTAV 20, y tanto la UNAM
como la UAM 16. En el segundo grupo, de igual manera, las universidades
públicas estuvieron en primer lugar con 45 programas, en segundo
el CINVESTAV con 20 y en tercero, las entidades SEP-CONACyT con 16. Para
el caso de las Ciencias Sociales y Humanidades, las entidades SEP contaron
con el apoyo a 35 programas, le siguieron las universidades públicas
con 28 y la UNAM con 23.
Cuadro 3
Número de programas por área de conocimiento, 1999-2000
|
Maestría |
Doctorado |
|
Área de conocimiento |
A |
C |
B |
Subtotal |
A |
C |
E |
Subtotal |
Total |
Ciencias exactas, ingeniería y tecnología
|
38 |
43 |
13 |
94 |
23 |
29 |
13 |
65 |
159 |
Ciencias biología, biomédicas y bioquímica
|
27 |
40 |
6 |
73 |
18 |
29 |
2 |
49 |
122 |
Ciencias sociales y humanidades
|
35 |
35 |
8 |
78 |
10 |
26 |
11 |
47 |
125 |
Cuadro construido con datos del CONACyT.
En cambio, si se destaca la región,
en el caso de las Ciencias Exactas, las IES ubicadas en el Distrito
Federal cuentan con el mayor número de programas apoyados (54);
las universidades de Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y
San Luis Potosí cuentan con el apoyo a 26 programas y Baja California,
Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y Sonora con 19. En el área
de Ciencias Biológicas, Biomédicas y Bioquímicas,
nuevamente el área geográfica que sobresale es el Distrito
Federal (39 programas), le sigue el Estado de México y Morelos
con 15 y Baja California, Baja California Sur, Nayarit, Sinaloa y Sonora
con 12. Por último, en Ciencias Sociales se encuentra el Distrito
Federal con 75 programas, Colima, Jalisco y Michoacán con 19
y los estados de Hidalgo, Puebla y Tlaxcala con ocho. En conjunto,
el Distrito Federal cuenta con 168 programas que representa 41% del
total. Finalmente, vale la pena destacar las disciplinas que tuvieron
más de diez programas apoyados (Cuadro 4):
Cuadro 4
Programa de Excelencia por disciplina, 1999-2000
|
Maestría |
Doctorado |
|
Disciplina |
A |
C |
E |
Subtotal |
A |
C |
E |
Subtotal |
Total |
Física
|
12 |
6 |
1 |
19 |
11 |
5 |
3 |
19 |
38 |
Ciencias biomédicas
|
11 |
5 |
2 |
18 |
7 |
7 |
|
14 |
32 |
Ciencias sociales
|
4 |
5 |
3 |
12 |
3 |
4 |
3 |
10 |
22 |
Biología
|
6 |
4 |
1 |
11 |
4 |
5 |
1 |
10 |
21 |
Ingeniería de materiales
|
2 |
8 |
2 |
12 |
|
4 |
2 |
6 |
18 |
Matemáticas
|
5 |
5 |
1 |
11 |
4 |
2 |
1 |
7 |
18 |
Antropología
|
4 |
5 |
|
9 |
1 |
3 |
2 |
6 |
15 |
Economía
|
7 |
3 |
1 |
11 |
|
|
3 |
3 |
14 |
Biotecnología
|
1 |
6 |
|
7 |
1 |
4 |
|
5 |
12 |
Historia
|
3 |
2 |
1 |
6 |
1 |
3 |
1 |
5 |
11 |
Ciencias marinas
|
2 |
3 |
|
5 |
2 |
3 |
|
5 |
10 |
Ciencias de la tierra |
4 |
2 |
1 |
7 |
2 |
1 |
|
3 |
10 |
Cuadro construido con datos del CONACyT.
Para terminar este apartado, es necesario
señalar los efectos visibles de la operación de este
mecanismo en la oferta de estudios de posgrado en nuestro país.
A diez años de su operación, éste se constituyó como
un marco orientador para la operación de los programas que ofrecen
las diferentes instituciones de educación superior. Sin embargo,
los programas que ingresaron al padrón fueron una mínima
proporción de la oferta total de las IES. En el ciclo 1997-1988
eran 2,411 programas y sólo 471 se encontraban incorporados
(20 %). Por otra parte, el número de programas condicionados
se incrementó año con año; esto significa que
el PE reconoció la calidad de los programas de posgrado pero
no fomentó un proceso de mejora continua; no hubo crecimiento
en el número de programas dentro del padrón, a partir
de 1996-97; no obstante, queda como dato relevante el apoyo a 611 programas
en 1995, lo cual llama la atención hacia el proceso de evaluación
y los criterios aplicados año con año. También
se observa que el mayor número de programas apoyados se concentró en
el Distrito Federal, y finalmente, los programas con orientación
profesional se mantuvieron al margen por más de una década,
al no ser incluidos para su evaluación en el PE.
Propuesta de transición
En 2000 se presentó una propuesta denominada
Padrón Nacional de Programas de Posgrado, el cual fue elaborado
conjuntamente por un grupo técnico que reunió a miembros
de CONACyT, SEP y ANUIES. Entre los objetivos que se señalan
en ese documento se encuentra el de establecer lineamientos e indicadores
cuantitativos y cualitativos, tanto para programas orientados a la
investigación como para el ejercicio experto en un ámbito
profesional específico (CONACyT, 2000). Esto constituye un viraje
en la acreditación de los programas de posgrado, ya que en el
anterior, los programas con orientación profesional habían
sido omitidos. En ese documento se definen no sólo los campos
de orientación sino las características de los niveles
involucrados (especialización, maestría y doctorado)
y el tipo de programa, esto es, programas académicos institucionales,
programas académicos interinstitucionales, programas académicos
institucionales ofrecidos en distintas sedes, y programas académicos
multidisciplinarios o interdisciplinarios. (CONACyT, 2000).
El organismo gubernamental señaló reiteradamente que el
crecimiento del posgrado ha sido desigual, tanto en lo que se refiere
a la calidad de los programas como en la atención de las diferentes áreas
de conocimiento. De igual manera, la alta concentración de la
matrícula en algunos campos había limitado la formación
de una base científica y tecnológica lo suficientemente
diversificada y sólida para enfrentar los retos del desarrollo
del país (CONACyT, 1999). Sin embargo, la clasificación
anterior es el reconocimiento de la autoridad respecto a la dinámica
en la oferta y demanda de los estudios de posgrado. El reconocimiento
de los múltiples problemas asociados al posgrado y la política
de no fomento a la mejora continua de los programas.
Programa para el Foralecimineto del Posgrado Nacional
En el año de 2001 fue presentado
el Programa Nacional de Educación 2001-2006 (PNE) por
parte del titular de la SEP. En el XV Congreso Nacional de Posgrado
(Xalapa, 2001), el subsecretario de educación superior aludió al
proceso mediante el cual se consenso la versión definitiva de
dicho programa. El representante de la SEP señaló que
en un inicio se había partido de la sistematización de
información contenida en diversos documentos sobre educación,
tanto federales, estatales como de organismos internacionales. Una
vez formulados los elementos básicos del programa, se pusieron
a la consideración de expertos, y posteriormente, ante otros
interlocutores. Pasado este proceso, se definió la versión
que se dio a conocer públicamente.
El encargado de dicha subsecretaría señaló varios
aspectos que distinguen a este programa de sus antecesores: 1) se identifica
un punto de partida y uno de llegada; 2) el concepto la calidad atraviesa
todo su diseño, es decir, su inclusión no solo es discursiva;
3) incorpora líneas de acción y metas que corresponden
a cada objetivo estratégico propuesto; 4) la educación
media superior es vista como parte integrante del sistema pero independiente
de otros niveles, y 5) enfatiza el federalismo descentralizador, el cual
permite interactuar con los gobiernos de los estados (Rubio, 2002). Esta
presentación la realizó para enmarcar el posgrado en el
conjunto de las políticas públicas para la educación
superior. Enfatizó en la coordinación entre la SEP y CONACyT
para el fortalecimiento institucional en términos de promover
una educación superior de calidad. El funcionamiento del posgrado
está inserto en esa línea de política.
Con base en estas consideraciones, el
subsecretario comentó los cursos de acción para
el crecimiento y fortalecimiento del posgrado:
1. La formación de profesores calificados,
como una propuesta a través de programas creados y diseñados
para tal fin Programa de Superación del Personal Académico
(SUPERA), Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP). En relación
a este punto están relacionadas dos metas: formar a 11,500 investigadores
en el periodo y mejorar el perfil del personal académico e incrementar
la participación de profesores e investigadores en el Sistema
Nacional de Investigadores (SNI).
2. El establecimiento del Padrón Nacional de Posgrado, el cual
sustituye al de excelencia que operó desde 1991. Este nuevo padrón
tiene tres propósitos: 1) reconocer la buena calidad tanto de
los programas orientados hacia la investigación como la de los
de orientación profesional; 2) establecer un esquema de rendición
de cuentas y en la medida de que los programas logren su registro podrán
recibir apoyos complementarios, y 3) evaluar aquellos programas que soliciten
su registro en el padrón, a través de una metodología
establecida con anterioridad.
En este contexto, resalta la formación académica
de los docentes de las IES, debido a que es el factor de peso en la
evaluación de los programas. De ahí, la importancia concedida
por el subsecretario Rubio a la meta sectorial de formar a 11,500 investigadores
en el periodo sexenal y mejorar el perfil del personal académico
e incrementar la participación de profesores e investigadores
en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Si se toma como referencia
el número de doctores egresados por año (1,000) se puede
suponer que los diseñadores de las políticas le apuestan
a un fortalecimiento del posgrado a través del otorgamiento
de financiamiento en función de indicadores preestablecidos.
Las anteriores acciones propiciaron una nueva dinámica en las
IES que ofrecen posgrados. Los operadores de las políticas consideraron
agotado el modelo del Padrón de Excelencia, y se convocó a
las instituciones para obtener el registro de los programas consolidados
dentro del nuevo padrón en dos categorías: de alto nivel
y competentes a nivel internacional. El apoyo al posgrado desde la creación
del PE en 1991 tuvo sus variaciones como ya ha sido anotado, y un problema
asociado a su operación fue el punto de saturación, es
decir, no se registró un crecimiento sostenido (Zubieta, 2001).
En información proporcionada por CONACyT correspondiente al periodo
1999-2000 se observa que 406 programas obtuvieron apoyo, al año
siguiente se registró un leve aumento: 425 programas.
En el nuevo formato vigente desde 2001-2002, Programa para el Fortalecimiento
al Posgrado Nacional (PFPN), 654 programas quedaron registrados, 204
en la vertiente Padrón Nacional de Posgrado (PNP) en sus dos categorías;
otros 78 dentro del PE, ya que se les permitió hacer válida
su vigencia, y 372 dentro de los Programas Integrales de Fortalecimiento
del Posgrado (PIFOP). El total de programas apoyados registró un
aumento de 38% en relación con el número de programas del
año anterior (425). Sin embargo, podría suponerse que muchos
programas apoyados en el PE, como condicionados o emergentes, optaron
por la vertiente de los PIFOP antes de considerar su evaluación
en el PNP, además, dentro de este nuevo formato se apoyaron tanto
programas de especialización como programas con orientación
profesional, estos dos últimos inexistentes en el PE. Los programas,
ahora apoyados por el PIFOP, están sujetos a un proceso de mejora
continua de la calidad, el cual debe ser atendido por las instituciones
a cargo, ya que tienen el compromiso de lograr su acreditación
a través de su registro en el PNP a más tardar en el 2006
(CONACyT, 2001). Lo significativo en esta nueva convocatoria fue el número
de programas evaluados; el total ascendió a 1,135, de los cuales
57.62% quedaron registrados en las diferentes modalidades. Las áreas
de Ciencias Sociales e Ingeniería fueron las que presentaron mayor
número de programas para su evaluación.
Las cifras contenidas en el Cuadro 5, muestran una mayor concentración
de programas apoyados en la vertiente del PIFOP (56.8%), un mayor número
de programas apoyados del nivel de maestría (63.14%) y una proporción
mínima de especialidades (2.4%).
Cuadro 5
Programas de posgrado apoyados por SEP-CONACyT, 2001-2002
Tipo |
Doctorado |
Maestría |
Especialidad |
Total |
% |
PNP |
82 |
121 |
1 |
204 |
31.19 |
PIFOP |
109 |
248 |
15 |
372 |
56.8 |
PE |
34 |
44 |
0 |
78 |
11.9 |
Total |
225 |
413 |
16 |
654 |
100 |
Fuente: CONACyT http://www.conacyt.mx/dafcyt/pfpn/graficas/index.html.
Si se revisan las cifras por tipo de institución
y nivel se encuentra lo siguiente: las universidades públicas
estatales sobresalen con 185 programas de maestría y 75 de doctorado;
le siguen las universidades públicas federales con 98 y 79,
respectivamente y en tercer lugar los centros CONACyT con 50 programas
de maestría y 43 de doctorado. Las universidades particulares
cuentan con apoyo para 23 programas.
Cuadro 6
Número de programas por nivel e institución, 2001-2002
Tipo de institución (número) |
Doctorado |
Maestría |
Especialidad
|
Total |
% |
Centros CONACyT (21) |
43 |
50 |
0 |
93 |
14.22 |
Institutos tecnológicos (21)
|
7 |
35 |
0 |
42 |
6.4 |
Universidades privadas (7)
|
3 |
20 |
0 |
23 |
3.5 |
Universidades públicas estatales (29)
|
75 |
185 |
15 |
275 |
42.04 |
Universidades públicas federales (5)
|
79 |
98 |
1 |
178 |
27.21 |
Otros (10)
|
18 |
25 |
0 |
43 |
6.57 |
Total (93) |
225 |
413 |
16 |
654 |
100 |
Fuente: CONACyT http://www.conacyt.mx/dafcyt/pfpn/graficas/index.html.
En este padrón,
el CONACyT manejó siete áreas de conocimiento: 1) Física,
Matemáticas y Ciencias de la Tierra, 2) Biología y
Química, 3) Medicina y Ciencias de la Salud, 4) Humanidades
y Ciencias de la Conducta, 5) Ciencias Sociales, 6) Biotecnología
y Ciencias Agropecuarias e 7) Ingeniería. En el caso del nivel
doctorado, los porcentajes de las diferentes áreas (Cuadro
7) están bastante equilibrados, aunque el mayor lo concentra
ingeniería; al igual que en el caso de la maestría;
finalmente, en especialidad, el área de Medicina y Ciencias
de la Salud es el que cuenta con mayor número de programas
apoyados. Cabe llamar la atención que ninguna especialidad
quedó registrada en las áreas de Humanidades y Ciencias
de la Conducta y Biotecnología y Ciencias Agropecuarias.
Cuadro 7
Porcentaje de programas de posgrado por áreas
de conocimiento apoyados por SEP-CONACyT, 2001-2002
Área y nivel |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
6 |
7 |
Doctorado |
15.1 |
10.7 |
10.7 |
10.7 |
18.2 |
11.6 |
19.5 |
Maestría
|
10.4 |
8.5 |
8.5 |
7.7 |
21.5 |
13.8 |
30.0 |
Especialidad
|
12.5 |
62.5 |
62.5 |
|
6.3 |
|
12.5 |
Fuente: CONACyT http://www.conacyt.mx/dafcyt/pfpn/graficas/index.html.
En relación con la concentración,
el Distrito Federal sobresale con más de 150 programas apoyados;
le sigue Puebla con 60 programas; Estado de México con 40 y
Baja California con un poco más de 30. Dentro de los estados
con menos de cinco programas apoyados están los estados de Quintana
Roo, Nayarit, Chiapas y Durango.
Los programas incorporados al padrón son una mínima proporción
del total, como se anotó anteriormente. Es necesario llamar la
atención hacia el número de programas que constituyen la
oferta de posgrado. Según estadísticas de ANUIES, en 2001 ésta
se constituyó por 485 programas de doctorado, 2,617 de maestría
y 1 174 de especialidades, lo cual significa que 46.39% de la oferta
de doctorado quedó dentro del nuevo formato de posgrado en sus
distintas modalidades; en el caso de maestría, el porcentaje es
de 15.78% y en especialidad .01%. Si se toma el total, sólo 15.29%
de la oferta del posgrado del país se encuentra certificado.
La UABC y el posgrado
En Baja California existen 29 IES de las cuales ocho
son públicas y 21 particulares. Se ofertan 151 programas de
posgrado (33 especialidades, 96 maestrías, 22 doctorados), pero
del total solo 34 tienen reconocimiento por parte de CONACyT: 16 pertenecen
al Centro de Investigación Científica y de Estudios Superior
de Ensenada (CICESE), diez a la Universidad Autónoma de Baja
California (UABC), cinco al Colegio de la Frontera Norte (COLEF) y
tres al Instituto Tecnológico de Tijuana, todos ellas instituciones
públicas.
La UABC tiene 47 años de vida; en la actualidad ofrece un amplio
espectro de programas de posgrado tanto en número como en niveles
y áreas y con una cobertura geográfica en los campi de
Ensenada, Tijuana y Mexicali. Al igual que otras universidades estatales,
en la década de los ochenta, la UABC incursionó en la oferta
de posgrado. En 1982 contaba solo con la oferta de un programa (maestría)
y en 2002 ofrecía ya 49: 19 especialidades, 27 maestrías
y tres doctorados. Como puede observarse, el nivel que mayor crecimiento
ha registrado, es el de maestría.
Sin embargo, la mayor concentración se encuentra en la ciudad
de Mexicali, ya que se ofrecen 12 especialidades, 16 maestrías
y un doctorado; por su parte, Tijuana cuenta con seis especialidades,
siete maestrías y un doctorado; en Ensenada se oferta una especialidad,
cuatro maestrías y un doctorado. Si analizamos las cifras en función
de las áreas de conocimiento (Cuadro 9) se encuentra que hay algunas
que no están atendidas por los diferentes sedes. Esto se debe
a que no todas las áreas son ofrecidas en los diferentes campi;
además, el mayor crecimiento en la oferta se ha concentrado en
Mexicali y Tijuana, no así en Ensenada; en el caso de las Ciencias
Exactas y Naturales sólo se ofrece en esta última ciudad.
Cuadro 8
Desarrollo histórico de los programas de posgrado en la UABC
|
82 |
83 |
84 |
85 |
86 |
87 |
88 |
89 |
90 |
91 |
92 |
93 |
94 |
95 |
96 |
97 |
98 |
99 |
00 |
01 |
02 |
Especialidad |
|
4 |
3 |
8 |
9 |
7 |
8 |
9 |
10 |
16 |
11 |
11 |
11 |
16 |
17 |
18 |
18 |
17 |
19 |
19 |
19 |
Maestría
|
1 |
1 |
3 |
8 |
9 |
13 |
12 |
11 |
15 |
16 |
14 |
13 |
15 |
15 |
16 |
17 |
19 |
19 |
21 |
26 |
27 |
Doctorado
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1 |
1 |
1 |
1 |
1 |
1 |
2 |
2 |
2 |
2 |
3 |
3 |
3 |
Fuente: UABC, 2003.
Cuadro 9
Oferta de posgrado por áreas de conocimiento
Área |
Mexicali (%) |
Tijuana (%) |
Ensenada (%) |
Ciencias Exactas y naturales |
- |
- |
100 |
Ciencias Médicas |
58 |
42 |
- |
Ciencias Agropecuarias
|
100 |
- |
- |
Ciencias Sociales y Humanidades
|
55 |
40 |
5 |
Ciencias de la Ingeniería
|
78 |
11 |
11 |
Fuente: UABC, 2003.
Como una respuesta a la convocatoria
2001-2002 del Programa para el Fortalecimiento del Posgrado Nacional
SEP-CONACyT, la UABC se dio a la tarea de diseñar una estrategia
orientada al mejoramiento y mantenimiento de la calidad de todos sus
programas de posgrado (UABC, 2003), lo anterior con la finalidad de
lograr a mediano plazo la acreditación de sus programas. El
proceso de evaluación institucional de sus programas le permitió a
la institución identificar problemas relacionados con la operación
de los mismos. Entre las alternativas planteadas por la UABC destacan
proyectos específicos para fortalecer la planta académica
y contar con un seguimiento de egresados. Respecto al primer punto,
debe destacarse que en 2003, del total de los Profesores de Tiempo
Completo, 522 tienen nivel de posgrado (69%), y entre ellos 124 tenían
doctorado (16%) y 371 sólo contaban con el nivel de maestría
(49%). Pese a estas cifras, el problema se sitúa en el nombramiento
y tiempo de dedicación. Para el periodo 2002-2 el personal académico
de la universidad ascendió a 4,034 académicos, de los
cuales 2,912 tenían nombramiento de profesores (72.2%); 159
de investigadores (3,9%) y 963 de técnicos académicos
(23.9%). Del total del personal académico, de acuerdo con su
dedicación, 998 (24.7%) son de tiempo completo, 68 son de medio
tiempo (1.7) y 2,968 de asignatura (73.6%). Otra cuestión significativa
respecto a la composición de los académicos es la relativa
a que la gran mayoría de ellos no cuentan con una plaza definitiva.
A raíz de la reforma emprendida en la UABC en 2003, se abrieron
las convocatorias de concurso de oposición, las cuales fueron
diferidas a tres semestres; en el pasado 2003-2 se concursaron 113
plazas.
Como se observa, puede dificultarse el mantenimiento de la calidad de
los programas de posgrado, si la planta académica no cuenta con
el tiempo de dedicación al programa solicitado por el CONACyT,
el nombramiento y la pertenencia al Sistema Nacional de Investigadores.
En la anterior convocatoria, la UABC sometió a evaluación
a diferentes programas, tres de ellos, que ya se encontraban en el PE,
fueron acreditados por el PNP como de alto nivel: Doctorado y Maestría
en Ciencias en Oceanografía Costera y Maestría en Ciencias
en Sistemas de Producción Animal. Otros siete lograron apoyo por
parte del PIFOP (Cuadro 10). Lo anterior significa que 20% del total
de programas que ofrece la institución cuenta con apoyo para becas.
En relación con los niveles: 25% de las maestrías se encuentran
acreditados, 66% de los doctorados y 5.26% de las especialidades.
Cuadro 10
Programas de la UABC acreditados por CONACyT
Área |
Doctorado |
Maestría |
Especialidad |
Modalidad
|
Ciencias Sociales
|
Economía
|
|
|
PIFOP |
Ciencias Sociales
|
|
Ciencias Económicas |
|
PIFOP |
Ciencias Sociales
|
|
Ciencias Educativas
|
|
PIFOP
|
Física, Matemáticas y Ciencias de la Tierra
|
Oceanografía costera |
|
|
PNP
|
Física, Matemáticas y Ciencias de la Tierra
|
|
Oceanografía costera
|
|
PNP
|
Medicina y Ciencias de la Salud
|
|
|
Odontología pediátrica |
PIFOP
|
Ingeniería
|
|
Ingeniería de sistemas
|
|
PIFOP
|
Biología y Química
|
|
Manejo de ecosistemas de zonas áridas |
|
PIFOP
|
Biología y Química
|
|
Ciencias Químicas
|
|
PIFOP
|
Biotecnología y Ciencias Agropecuarias
|
|
Sistemas de producción animal |
|
PNP
|
Sin embargo, los siete programas ahora
apoyados por el PIFOP están comprometidos a integrarse, a más
tardar en 2006, al PNP. Por ello, la visión institucional contempla
la acreditación de los programas como “un compromiso ineludible
y meta factible a lograr en un plazo razonable mediante el cumplimiento
de sus planes de acción sujetos a evaluación continua” (Coordinación
de Posgrado e Investigación, 2003).
Conclusiones
Es indudable que la operación de un
padrón de posgrado por parte de CONACyT (1991-2000) se impuso
como un marco orientador para muchas instituciones; ahora, con el
nuevo padrón y el funcionamiento del PIFOP, se apunta más
como una tendencia que aspira a consolidarse. Sin embargo, en diez
años de la operación del PE, se fueron revelando cuestiones
centrales de la oferta del posgrado. Si tomamos como ejemplo los
rubros bajo los cuales son evaluados los programas, entonces, en
la lógica del CONACyT, la mayoría de programas que
han ofrecido las IES no han contado con lo mínimo para su
operación tanto en infraestructura como planta académica;
pero el problema está en los criterios de excelencia, los
cuales se estipulan como un punto de partida para la conformación
de los posgrados, ignorando la dinámica particular de las
diferentes instituciones de educación superior.
Además, el número de programas con orientación profesional
dentro de la oferta de posgrado siempre fue significativo y nunca fueron
sometidos a evaluación, aún ahora, que fue abierta esa
posibilidad, el número de programas que quedaron inscritos es
poco representativo en relación a los de orientación a
la investigación.
A pesar del aumento en el número de programas en el actual padrón,
a diferencia del último operado solo por CONACyT, el 67% se encuentran
en el PIFOF, esto es, son programas condicionados a una mejora continua,
en ese sentido, no ha cambiado mucho la situación respecto al
PE, en el cual seguramente figuraron como condicionados. Tal vez la diferencia
estribe en que se les otorgó financiamiento no sólo para
becas y con ello, que aumentaran su eficiencia terminal, sino apoyo complementario
para realizar proyectos asociados a los indicadores. La última
convocatoria reportó 674 programas apoyados para 2004, 20 programas
más que 2003, lo cual indica que este nuevo formato no se manifiesta
como una tendencia que apunta a la consolidación del posgrado,
ya que del total, 54% quedaron en la modalidad del PIFOP.
En relación con la UABC, puede señalarse que ha subordinado
su planeación a la lógica de las políticas relativas
al posgrado. Sobre todo a partir de incursionar en el PIFOP. Sin embargo,
deberá ajustar estos procesos de evaluación a reformas
internas de la universidad a fin de contar con aquellos indicadores solicitados
por el CONACyT.
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[en línea] http://www.conacyt.mx/daic/padron-excel/pnp.html (versión
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y tecnología. Actualización 1999-2000. Marco de referencia
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[Fecha de Consulta15 de octubre de 2003]
1 Desde
1976 este organismo cuenta con programas específicos; en ese
año se elaboró el Plan Nacional Indicativo de Ciencia
y Tecnología, le siguió el Programa Nacional de Ciencia
y Tecnología (1978-1982), el Programa Nacional de Desarrollo
Tecnológico y Científico (1984-1988), el Programa Nacional
de Ciencia y Modernización Tecnológica (1990-1994)
y el actual se denomina Programa de Ciencia y Tecnología (2000-2006). «volver«.
2 Este
sistema surge formalmente en 1992, cuando se transfieren a la SEP las
atribuciones de coordinación y promoción del desarrollo
científico y tecnológico de la desaparecida Secretaría
de Programación y Presupuesto, y cuando a su vez, la SEP conviene
en incorporar dichas funciones al CONACyT. (García de Fanelli
et al., 2002) Sin embargo, debe anotarse que en la actualidad solo
tienen la categoría de centros CONACyT, 24 de ellos.«volver«.
3 Las áreas
del conocimiento que maneja CONACyT son ocho, las cuales a su vez
agrupan diversas disciplinas: Ciencias aplicadas a la Biología
(10); Ciencias aplicadas en Ingeniería (12); Ciencias de la
Salud (9); Ciencias de la Tierra, del mar y de la atmósfera
(5); Ciencias Exactas (6); Ciencias Humanas (10); Ciencias Naturales
(7) y Ciencias Sociales (16). No obstante esta clasificación,
el organismo gubernamental para efectos de evaluación de programas
maneja las tres referidas. «volver«.
Zona de debate
Manuel Gil Antón
El crecimiento de la educación superior privada en México:
de lo prentendido a lo paradójico...¿o inesperado?
Estudios e Investigaciones
A.
Martínez González, A. Bernal Moreno, B. Hernández
Cruz, A. Gil Miguel y A.I. Martínez Franco
Los
egresados del posgrado de la UNAM
Paola Verónica Paoloni,
María Cristina Rinaudo y Danilo Donolo
Aportes
para la comprensión de la motivación en contexto. Tareas
académicas en la universidad
Ensayos
Alfredo Jiménez Eguizábal, Carmen
Palmero Cámara y Pedro Alonso Marañón
Educación
superior y empleo. Escenarios, desafíos formativos y compromisos
de sus actores.
Análisis desde el caso español
Crista Wiese Vargas
La evaluación
como política, discurso y práctica en la educación
superior boliviana
Reformas e Innovaciones
Rosario Vega García
La educación
continua a distancia en México
Rosamary Selene Lara Villanueva
El aprendizaje
cooperativo: un modelo de intervención para los programas
de tutoria escolar cooperativo: un modelo de intervención
para los programas de tutoria escolar
Estadísticas
Guadalupe Tinajero Villavicencio
Una
década de acreditación de programas de posgrado: 1991-2001
Mirador
María
José Lemaitre
La calidad colonizada: universidad y globalización
Estados del Conocimiento
Norma Georgina Gutiérrez
Serrano
La generación
de conocimientos en comunidad de aprendizaje en la empresa
Judith Pérez Castro
La profesión académica en el Tercer Mundo
Información para Colaboradores
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aceptan colaboraciones
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